Islandia, país ubicado en el extremo noroeste de Europa, entre Groenlandia y el Viejo Continente, cuenta con una gran actividad volcánica y geológica, por lo que el paisaje de esta enigmática y bella nación se caracteriza por montañas convulsionadas por infinidad de volcanes y glaciares eternos expelentes de agua helada que fluye rumbo al mar a través de las tierras bajas.
Tras más de mil años de historia, los islandeses –escandinavos de origen danés y noruego– consiguieron su independencia apenas el siglo pasado; sin embargo, su economía se ha desarrollado abruptamente, dejando como un emotivo recuerdo la pesca y la agricultura de la que habían dependido tantos y tantos años.
En 2009 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) clasificó a Islandia como el tercer país más desarrollado del mundo gracias a la libre economía de mercado que ha implementado su gobierno, así como la asistencia sanitaria universal, el desarrollo tecnológico y el acceso a la educación superior gratuita para todos sus ciudadanos; qué mejor lugar para que Audur Ava Ólafsdóttir (Reikiavik, 1958) haya desarrollado el talento literario que la ha puesto en el ojo de las letras universales manteniendo la tradición islandesa de la cultura medieval en el pináculo de las artes en este siglo XXI.
“Rosa candida” (Alfaguara, 2011) es la gran novela de Ólafsdóttir en la que el lector encontrará una enorme carga de idealismo enmarcado por el perfume de las flores, donde los personajes alcanzan tal grado de vulnerabilidad que son expuestos a las consecuencias del sentimentalismo a través de detalles y pequeños sucesos que dejan al espectador al borde de la tristeza.
El protagonista de la historia es el joven Arnljótur, quien por una noche desenfrenada de pasión, debe enfrentar su nueva condición: la paternidad; una pesadilla que amenaza su egocéntrico “yo” y lo coloca en una crisis existencial, por lo que el dejar su país natal es considerado por él como una opción obligatoriamente viable.
Sin embargo, la figura de su madre representa la carga emocional del universo que busca desterrar, por lo que ahora –lo quiera o no– se verá obligado una y otra y otra vez al recuerdo del exótico invernadero donde ella cultivaba una extraña variedad de rosas de ocho pétalos y sin espinas: la “Rosa candida”, que recoge su nombre de su vocablo científico en latín.
Como a modo de reconciliación con la vida, Arnljótur transitará un camino plagado de múltiples espinas con la finalidad de traer a la memoria cada recuerdo para expiarlo con el candor almizclado de las flores y la punción venenosa de un pasado lastimado.
Audur Ava Ólafsdóttir es una escritora que con su pluma acompasada, argumento puntilloso y paisaje exótico islandés –que busca confundir–, construye una novela portentosa al tocar, como con el pétalo de una rosa, el alma astillada de cada persona que se acerca a su lectura.
“Rosa candida”, un grito de amor contenido por el miedo y el temor, que a golpe de recuerdos y de los consejos de un viejo, darán paso a la indefensión del apego que un hombre hace ante el valor, el respeto y la conmiseración del “nosotros”; sin lugar a dudas, una novela inmisericorde que nos lleva al pináculo de un festín por la vida.