El 8 de noviembre próximo los estadounidenses celebrarán elecciones intermedias, cuya importancia radica principalmente porque se consideran un referéndum a favor o en contra del trabajo del presidente en turno y su partido después de dos años en el cargo; además de que determinan el equilibrio del poder en el Congreso y con él, una influencia directa en la aprobación de los proyectos de ley que sirven para el funcionamiento del gobierno de Estados Unidos. En pocas palabras, el partido que gane más escaños tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes controla la agenda política estadounidense.
En el caso del presidente, en la medida que se acerca noviembre las encuestas muestran que el índice de aprobación de Joe Biden ha caído del 57% (cuando inició su mandato) al 40%, el mismo porcentaje que Donald Trump obtuvo previo a las votaciones intermedias de 2018. Respecto al Congreso, actualmente el partido demócrata cuenta sólo con una pequeña mayoría; mientras que en el Senado el desempate en las decisiones lo da el voto de la vicepresidenta Kamala Harris pues los demócratas ocupan 50 de los 100 curules, en la Cámara de Representantes el partido demócrata cuenta con 222 de los 435 escaños, sólo tres más que el número necesario para obtener la mayoría.
Quizá estos números digan poco al lector sobre cómo quedará conformado el Congreso de Estados Unidos después del 8 de noviembre, no obstante, los temas de preocupación entre los estadounidenses dan más luz al respecto. En este sentido, de acuerdo con una encuesta del Pew Research Center, cerca del 77% de los votantes registrados dijeron que la economía era muy importante para su voto en las elecciones intermedias. A este respecto, una inflación del 8.2% registrada en agosto pasado parece ensombrecer los 20 meses consecutivos de crecimiento laboral, una disminución constante en los precios de la gasolina y diésel después de los máximos históricos alcanzados en junio de este año, la reciente condonación en deudas estudiantiles, así como el triunfo legislativo de los demócratas por la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 que apunta a reducir el déficit nacional, abaratar los precios de los medicamentos recetados y luchar contra el cambio climático invirtiendo en la producción de energía doméstica mientras se promueve la energía limpia.
Por otro lado, la inmigración se ha convertido en un tema que divide mucho a los votantes y que es particularmente usado por la derecha extrema estadounidense. Según la encuesta de NPR/IPSOS de agosto pasado, más de la mitad de los adultos estadounidenses, tanto republicanos como demócratas, creen que es cierto que se está experimentando una invasión en la región fronteriza que Estados Unidos comparte con México, mientras que 48% de los encuestados manifestó que el tema de inmigración era muy importante para su voto.
Si bien a una semana de las elecciones intermedias nada está decidido en lo que respecta al equilibrio de poder en el Congreso estadounidense, y pese a muchos pronósticos de comentaristas políticos, el ambiente electoral parece menos desfavorable para los demócratas que hace unos meses, gracias a los escándalos del expresidente Trump y a la decisión de la Corte Suprema de revocar el derecho al aborto, temas que le han causado una reducción en los escaños a los republicanos en las encuestas y que los demócratas podrían aprovechar. Queda por ver si estas nuevas perspectivas electorales serán suficientes para que los demócratas mantengan la mayoría en el Congreso.
Cabe decir que entre otros temas cruciales para los estadounidenses en las elecciones intermedias se ubican la política energética, el cambio climático y la política exterior. Al respecto, independientemente que sean los demócratas o republicanos quienes ganen más curules en la Cámara de Representantes o el Senado, es un hecho que México se verá presionado, pues a ambos partidos les preocupan los flujos migratorios que llegan por su frontera sur y el narcotráfico, aunque las prioridades explícitas de los demócratas se concentren en el cambio climático y energía; y las de los republicanos en la seguridad.
Del resultado de las elecciones intermedias dependerá el énfasis que Estados Unidos dé a la relación con México. Después de todo, no es lo mismo tratar con un gobierno totalmente demócrata como ahora, que con uno en el que el ejecutivo esté enfrentado a un legislativo de derecha extrema que cuestione todos los programas de colaboración con nuestro país, argumentando que no estamos haciendo nuestra parte en materia de seguridad, migración y estado de derecho.