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OPINIÓN

¿Conservadores o progresistas?; un nuevo pluralismo

La función de los intelectuales tiene un carácter político. | Laura Baca Olamendi

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¿Quiénes son los intelectuales? Por definición existen dos tipos de trabajo: el trabajo manual y el trabajo intelectual y se les considera como “men of ideas” o “women of ideas” y son aquellos transmisores y difusores de ideas y pueden ser clasificados como creadores o portadores de concepciones del mundo, visiones sobre la realidad o simplemente puntos de vista.

Para analizar a los conservadores o los progresistas en México es más apropiado utilizar una acepción intermedia que implique un uso neutral sin juicios de valor y que se refiera a la influencia que tienen las ideas en una determinada sociedad o en su caso la escaza incidencia de estas ideas en un determinado contexto. El origen del nombre significa crítico o antagonista del poder y se distingue del poder económico o de la riqueza, del poder político o de la fuerza o del poder ideológico como el saber.

Los intelectuales han sido definidos como grupo, clase o categoría, pero lo que realmente importa es el lugar que ocupan en la sociedad y la función y el rol que ejercitan en ella. En el caso de México, con la presidencia de Andrés Manuel López Obrador han emergido dos tipos de intelectuales: los conservadores y los progresistas. Por un lado, existen grupos que están a favor o en contra del gobierno actual, y podemos mencionar a Elena Poniatowska, Lorenzo Meyer o Epigmenio Ibarra y por el otro están Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Isidro H. Cisneros y Federico Reyes Heroles, Enrique Florescano y Jean Meyer por nombrar los más significativos. Cada grupo defiende o critica al poder político y por ello mantiene una cercanía o una distancia con el poder.

En un país como México donde impera un pluralismo político e ideológico, esta contraposición es connatural a la democracia y la coexistencia entre consenso y disenso forma parte de la diversidad política e ideológica que impera en nuestro país. Hoy vivimos momentos de cambio y de renovación y la existencia de conservadores y liberables habla de la salud de nuestra República. La libertad de expresión y la expresión de diferentes puntos de vista es natural en tiempos de cambio político donde han emergido nuevas mayorías y minorías no sólo en el ámbito político sino en el ámbito intelectual.

En la actualidad el hombre y la mujer de ideas, son escritores y autores de libros que promueven la formación de la opinión pública y la coexistencia entre consenso y disenso. Cabe señalar que los intelectuales deben ser responsables de aquello que piensan y de aquello que escriben y su función es la formación de la opinión pública y deben ser independientes, pero no indiferentes en un determinado contexto social y cultural como el que estamos viviendo con la emergencia de un nuevo grupo gobernante. La función de los intelectuales tiene un carácter político ya que refleja los símbolos y las ideas de un determinado momento histórico.

En el gobierno de AMLO muchas cosas han cambiado y aquello que lo distingue de los períodos anteriores –donde el PRI y el PAN gobernaron-  es una nueva mentalidad política basada en nuevos símbolos y ritos del poder. Debemos precisar que en cada particular contexto histórico se debe estudiar caso por caso ya que depende del juicio positivo o negativo que se tiene del poder político. En otras palabras, la función política de los intelectuales se relaciona directamente con los problemas de su tiempo. El universo de los “men of ideas” y de “women of ideas” es muy variado y de carácter multidimensional y depende del juicio positivo o negativo que se tiene del poder. No existe una sola política y cambia según los tiempos y las circunstancias.

La tipología mexicana entre conservadores y progresistas influye directamente con el juicio positivo o negativo que se tiene de la política. La tipología entre conservadores y liberales expresa un sistema de valores que impera en la sociedad mexicana de nuestro tiempo. Existen tanto los ideólogos como los expertos, los comprometidos y los apolíticos, los creyentes y los laicos, los progresistas y los conservadores. Los protagonistas de la historia mexicana hoy se llaman sabios, hombres y mujeres de letras, filósofos, doctos, eruditos, estudiosos, literatos o simplemente escritores.

En el caso de los intelectuales progresistas o conservadores ellos se dedican no sólo a la actividad literaria sino también a la actividad política. En este contexto aparecen como escritores comprometidos y con una fuerte influencia en la sociedad que impactan la opinión pública de nuestra época. Cuando hablamos de estos grupos de intelectuales no debemos olvidar la fuerte influencia que tienen en la sociedad mexicana y se debe tener presente la actitud crítica y la capacidad de problematizar cuestiones relevantes como son la lucha contra el coronavirus, la crisis económica, los programas sociales en favor de los grupos vulnerables y la defensa de la cuarta transformación como una nueva forma de hacer política.

En este sentido tanto los progresistas como los conservadores deben ser independientes, pero no indiferentes a la realidad que vive nuestro país. De alguna manera se está escribiendo la Historia de las Ideas Políticas en México ya que los hechos económicos son hechos sociales y están basados en las creencias y fortalecen la opinión pública. Esta nueva época política será recordada como un cambio en las mentalidades no sólo de los intelectuales sino también de los políticos. Este proceso creciente está conformado por dos polos de atracción y de repulsión política y cultural que influye en un sector importante de los intelectuales mexicanos.

En la mentalidad de este particular contexto histórico se pueden analizar las actitudes colectivas tanto de los conservadores como de los progresistas y que tendrán una enorme influencia en las siguientes generaciones de intelectuales. Cada uno de estos tipos de “men of ideas” y “women of ideas” difunden las concepciones del mundo en la sociedad y su función política no es meta-histórica, sino que nace y se desarrolla en un determinado contexto histórico.

Es importante tener presente las diferentes actitudes colectivas tanto de los conservadores como de los progresistas, hoy son los representantes de corrientes políticas e intelectuales que influirán en la historia económica, social y política de nuestros días; resaltan no sólo por la producción, el intercambio y las luchas de clases –en todos los niveles de la sociedad mexicana-, resalta el intercambio de ideas, o como diría Marx las luchas de clases en todos los aspectos de la realidad mexicana.

Hoy existe una mentalidad colectiva de los diferentes grupos de intelectuales que permiten comprender el efecto que tiene las diferentes actitudes colectivas que hacen posible la renovación de las ideas políticas en nuestro país. Hoy el pluralismo político e intelectual tiene un enorme impacto en el actual contexto histórico. En realidad, no existe una sola respuesta a esta problemática entre conservadores y progresistas es preferible como diría el filósofo italiano Norberto Bobbio tratar de responder a la siguiente interrogante: ¿Cuál intelectual para cuál política?