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‘Nos importan más los sentimientos de Will Smith’

“Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti.” Oscar Wilde- El Retrato de Dorian Grey.

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Escrito en OPINIÓN el

Después de llegar a casa, agotado por el desgaste del turno nocturno, me dispuse a revisar Facebook y me encontré con un meme alusivo sobre una profunda conversación entre Will Smith y su esposa, Jada Pinkett Smith. Como los memes solo son el dedazo del pastel, sin importar la pesadez de mis parpados, entré a YouTube para enterarme del chisme y me encontré con el fragmento de una plática que sostuvieron para Red Table Talk, dónde ella detalla los motivos de una infidelidad.  No terminé de ver el video. Me aburrió. Pero de igual forma no pude evitar leer los comentarios, que se han vuelto para mí, tan necesarios como el aire. 

Como era de esperarse, la gente no daba crédito a quien fuera el protagonista de ‘El Príncipe del Rap’, un personaje carismático, que en apariencia en sus redes sociales trasmite luz, felicidad, y unas ganas de vivir la vida al máximo, padeciera la dolorosa experiencia de una infidelidad, y por consiguiente se le fueron a la yugular a su esposa, a pesar, de solo ser una plática donde sacaban a la luz un problema añejo y resuelto en la intimidad.

El video dejó de interesarme porque no se dijo nada que no hayan platicado antes las parejas en la inviolabilidad del secreto conyugal. Pero lo que más me llama la atención es el efecto que causa en terceros. Gente que probablemente haya jugado ambos roles en la ecuación fatalista del amor, califiquen o descalifiquen, según su criterio o su doble moral, a los partícipes de una situación. 

No me sorprende, y tampoco es relevante lo que hayan hecho estos personajes hollywoodenses. Lo que me preocupa es la facilidad con que los usuarios se tragan esos montajes y hasta se rasgan las vestiduras. La gente de la farándula no solo vive de las capacidades vocales o actorales que puedan demostrar arriba de un escenario o la pantalla grande, sino de prostituir su intimidad para mantenerse en la agenda de temas públicos, como es ahora el caso. Si trasladamos eso a nuestra tragicomedia mexicana, la lista de personajes es interminable. 

Suponiendo que existiera una premiación que galardonara a los personajes con los escándalos más sobresalientes, en la nominación final para llevarse ‘La Niurka de Oro’ estarían nominados Alfredo Adame y Karla Panini.  

En un podcast llamado ‘Creativo’, conducido por Roberto Martínez y Jacobo Wong. Roberto planteó lo siguiente: “La responsabilidad como creador de contenido, no es que le guste a la gente o no, sino que cause una reacción”. Explicaron que algoritmo del ‘Like’ o ‘Dislike’ en YouTube (en cualquier red social) es lo mismo. El chiste es que la gente lo consuma, aunque genere los sentimientos más bajos.  

Para la mala nuestra, esas prácticas por parte de los medios que carecen muchas veces de sentido, pero que solo generan ruido (no solo ahora sino desde siempre) se llevan a cabo en la política, sobre todo, si nuestro ciudadano presidente Andrés Manuel López Obrador, es el creador de contenido oficialista más importante del país. 

Lo que para unos podrían considerar desfases de una mente senil, otros lo toman como la reacción natural del pecado de la corrupción que recae en la espalda del tabasqueño como si se tratara de un viacrucis.  Me resulta difícil creer que esos momentos puntuales son involuntarios, como cuando le preguntaron en la conferencia del 18 de marzo sobre un plan de acción sanitario para evitar la propagación del Covid-19:

 “El escudo protector es la honestidad, eso es lo que protege, el no permitir la corrupción. Miren, éste es el detente. Esto me lo da la gente”- y sacó de su bolsillo una estampita del Sagrado Corazón de Jesús. 

Ejemplos como el anterior abundan en internet. La carencia de dar respuestas que giran fuera de la lógica de su investidura, se llevan las tapas de los diarios y las opiniones. Como ahora. Contenido oficialista igual de basura, como la plática de Will Smith y su esposa o el último conflicto de Alfredo Adame, ahora con Laura Bozzo

Qué ingenuos somos al pensar que con la llegada de internet uno marcaría la agenda setting de los medios, cuando en realidad nos seguimos predisponiendo a que nos sigan vendiendo humo. Por cierto. México está destacando. Hoy alcanzamos el cuarto lugar en muertes por covid: 35,006 para ser exactos, superando a Italia en el ranking. Pero qué más da. Nos importan más los sentimientos de Will Smith.

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