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La política surrealista de México

En México tenemos una democracia muy costosa; tristemente, esto no se ve reflejado en la calidad de los candidatos. | Rafael Pulido

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Escrito en OPINIÓN el

Madrid, España. Aún recuerdo la primera vez que me tocó vivir unas elecciones generales en España, yo tenía un par de meses viviendo en Madrid, cursando mi postgrado en la universidad. Era el año 2008, marzo para ser preciso, cuando José Luis Rodríguez Zapatero se presentaba por parte del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) a las elecciones generales (para elegir presidente del Gobierno Español), en aquel momento uno de sus rivales fue Mariano Rajoy del PP (Partido Popular), que a la postre y años más tardes también sería presidente del Gobierno. En España, a diferencia de México, existe una Monarquía Parlamentaria, y en elecciones no se elige a un candidato para el puesto de presidente, sino que se elige una lista de personas de un partido para integrar el Congreso de los Diputados, que normalmente lo encabeza quien será el presidente del Gobierno, si logra conseguir la mayoría absoluta en las elecciones, ya sea por votaciones o por alianzas o acuerdos con otras fuerzas políticas, en caso de no obtener la mayoría absoluta. Dejando de lado lo interesante que representó para mí la forma en la que se generan esos acuerdos entre partidos que permiten gobernar el país, tengo que decir que una de las cosas que llamó mi atención fue el ambiente electoral previo al día de las elecciones, recuerdo que faltaba un mes para la fecha y apenas se veían unos pendones sobre las principales calles de Madrid, las cuales se dividían con un orden que me asombraba, además de que los mítines que se realizaban y presentaban en televisión eran con la base de simpatizantes del partido, normalmente en espacios de un tamaño normal, tirando a regular.

Obviamente al ver lo anterior y compararlo con México, vinieron a mi mente imágenes como aquellas de las bardas de cualquier pueblo que eran invadidas por el candidato del partido <<fulano de tal>> y que en muchos casos prevalecen aun después de las elecciones y forman parte del paisaje urbano, así como los postes de luz repletos de propaganda de diversos colores, azules, rojos, amarillos, verdes, tricolores, etc., que representan a candidatos a diputados locales, diputados federales, presidentes municipales, senadores, etc. Anuncios espectaculares por las principales avenidas de las distintas ciudades, mensajes en radio y televisión, así como secciones de publicidad en los periódicos, mítines en plazas públicas y en estadios deportivos con el tradicional acarreo de gente motivados por la participación de un grupo musical de moda. Por supuesto, a lo anterior hay que agregar el tradicional merchandising o material de propaganda, que incluye gorras, vasos, camisetas, plumas, calcomanías, mochilas, útiles escolares, despensas, en resumen, un derroche grosero de recursos, que nos cuesta a todos los mexicanos. Podemos decir que en México tenemos una democracia muy costosa, sin embargo y tristemente, esto no se ve reflejado en la calidad de los candidatos que se presentan, sino todo lo contrario.

Querido lector, en junio de este año se eligen diputados federales, diputados locales, alcaldías y 15 gubernaturas. Una contienda en la que, como ningún año, se han sumado como candidatos; actores, futbolistas, cantantes y hasta luchadores, es decir, usted  podrá dejar de comprar el Tv Notas de junio ya que en la boleta electoral aparecerán personajes como Kiko, Paquita la del Barrio, Alfredo Adame, Jorge Campos, Tinieblas, Místico, Blue Demon, entre otros, y sobra decir que no son los primeros ni por supuesto serán los últimos de la vida política de nuestro país, o qué me dice usted de Carmelita Salinas, flamante diputada federal del PRI (Partido Revolucionario Institucional) de la LXIII Legislatura, quedándose dormida en plena sesión  o  en reuniones de la comisión a la que pertenecía en la Cámara de Diputados, o bien, de su hijo en la telenovela “Triunfo del Amor”, el Gobernador de Morelos, el señor Cuauhtémoc Blanco, del cual hasta el día de hoy se desconoce su máximo grado de estudios, ya que citando a una investigación del portal MedioTiempo quienes al hacer una solicitud de su perfil académico al portal de Transparencia del Estado de Morelos descubrieron que el currículo de esta persona es una fiel copia de la Wikipedia, donde destaca su gran experiencia como jugador en los diferentes clubes del futbol mexicano, algo que dista mucho con la responsabilidad de gobernar un municipio, en el caso de Cuernavaca, o un estado como Morelos.

Soy un convencido que somos el resultado de nuestras decisiones, pero por favor no abusemos de nuestra suerte, tengamos  presente a quién elegimos en las próximas elecciones, porque al paso del tiempo cuando estas personas asumen su responsabilidad obviamente muestran carencias a la hora de gobernar, propias de la falta de preparación y es ahí cuando levantamos la voz y aparecen los reclamos, algo que por supuesto llega tarde en la línea del tiempo, ya que ellos son los menos culpables de ocupar un cargo para el que obviamente no estaban preparados.

Cuando les platicó a mis amigos españoles sobre los candidatos que se presentan en México me preguntan si estoy bromeando, peor cuando les contestó que ganan y que llegan a formar parte de la Cámara de Diputados e incluso a gobernar un Estado, el semblante de broma cambia por el de asombro y preocupación. Ya lo decía Salvador Dalí cuando se refirió a nuestro país "De ninguna manera volveré a México; no soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas" y créame que no se equivocaba.