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OPINIÓN

¿Cuántos son/somos los mexicanos morenos?

Si tenemos un México lleno de discriminación, está así porque no hemos confrontado este fenómeno. Lo hemos dejado acumularse. | Ernesto Cruz Ruiz

Escrito en OPINIÓN el

Múnich, Alemania. Recientemente vi en la calle un póster con publicidad de una tienda departamental en la que los modelos eran latinos, africanos y en menor cantidad europeos. Una mezcolanza total, pero que representa fielmente a la cambiante sociedad alemana, esa que incluye cada vez más a extranjeros y que en un futuro será más multicultural. Precisamente esto me hizo recordar que típicamente en México este tipo de publicidad es protagonizada por rubios o europeos. Pensé en ello, porque desde que recuerdo, así ha sido. Y a juzgar por la publicidad, entonces México vive ya sea en el pasado, o se imagina como un futuro sin morenos.

Considero que ese sesgo es absurdo, pues México es un país con una gran diversidad cultural y de tonalidades de piel. Y entonces ¿qué papel que juega la tez morena en nuestro país? En general, creo que esa tez es un estigma para muchos, pues se le relaciona a una clase baja y a la delincuencia. Y entre más moreno, más la discriminación. Pero ¿son/somos todos los morenos delincuentes? Da la impresión que en la publicidad no hay morenos por que no representan la mayoría de la población mexicana. Pero ¿no sería más representativo de México y su población tener más publicidad con personajes morenos?

Ciertamente México no es el único país con este tipo de discriminación. En todo el mundo, el color de piel es aún una excusa para negar oportunidades laborales o sociales. Y en todo el mundo la exclusión crea inequidad de todos los tipos, por ejemplo, social y económica. En el caso de México, mientras los morenos no estén/estemos más representados en los círculos donde las decisiones son tomadas, la exclusión continuará a nivel sistémico y ya no se diga a nivel particular o social. Por ello urge que todos los mexicanos hablemos de discriminación y de la estigmatización a clases sociales y grupos étnicos por el color de piel. Y esa conversación comienza por aclarar si esta discriminación es explicita, o se esconde detrás de una máscara

Yo creo que se trata de una discriminación oculta la que tenemos en México. Tenemos la del tipo de la que hace guiños y frunce el seño para expresar descontento. Pero también tenemos expresiones aún más sutiles. Por ejemplo, las del tipo que figuradamente cierra puertas y segrega. Ese tipo de discriminación se aprende desde la casa y poco se hace para denunciarla. Y esa es la que hace más daño al país porque niega a muchos la movilidad social, la salida de la pobreza. También polariza y puede convertirse en una excusa para que algunos excluidos se conviertan en delincuentes o seres asociales.

Por el contrario, y en pocas palabras, yo estoy seguro que lo moreno no genera delincuentes o pobreza, pero si la exclusión y la discriminación. Quizás no de manera directa, pero si que es un factor, que se va acumulando y combinando con otros componentes culturales, sociales y económicos. Y si sufrimos de delincuencia, nos debemos de preguntar como nosotros contribuimos a ella. Para ello podemos empezar a entender el entorno y comprender o identificar las causas que contribuyen a crearla. Podemos empezar por evaluar si es que nosotros discriminamos o no, y si sí, a que nivel.

En suma, el cambio es sencillo y la discriminación se puede reducir. Así como dice mi mamá, “la casa limpia no es la que se limpia a diario, sino la que se mantiene limpia”. Luego entonces, si tenemos un México lleno de discriminación, está así porque no hemos confrontado este fenómeno. Lo hemos dejado acumularse. Entonces, comencemos por discutir temas de discriminación, de piel, de condición social, de credo, etcétera. Respetémonos los unos a los otros, fomentemos la comprensión y no solo la tolerancia. Así impulsaremos el respeto a las instituciones políticas y económicas. El combate a la delincuencia empieza desde uno, y seguramente no llegará por una administración. Seamos incluyentes, imaginemos a un México del futuro donde todos tengamos cabida.

Múnich, Alemania