Entre estas dos opciones ¿Qué es más apremiante: el pasado o el presente? ¿si se superan los retos del presente se puede escapar de un futuro funesto y así evitar la creación de un aciago pasado? Si bien la respuesta depende de la perspectiva desde la cual se mire, considero que ver el pasado desde el presente para analizar lo que no sucedió o lo que ya ha sucedido, es construir un castillo en el aire. Por el contrario, pienso que la única certeza que se tiene es el presente. No se puede conocer el futuro, pero se puede moldear el presente y quizás después voltear la mirada atrás y ver cristalizado el esfuerzo realizado durante el presente.
Lo anterior aplica tanto para personas como para naciones. Por ejemplo, la historia reciente nos ofrece claros ejemplos de aciertos y desatinos de algunos países. Piénsese en Alemania, esta nación tiene un pasado que aún le sigue cobrando facturas. Específicamente, después de la Segunda Guerra Mundial este país vivió y sigue viviendo de una o de otra forma, lo que se conoce como Vergangenheitsbewältigung (“Superación del Pasado).
La “Superación del Pasado” comprende el combate de las consecuencias del nacionalsocialismo, nazismo, en ámbitos tales como el legal, político, científico y social, entre otros. Como es bien sabido, la ideología nazi permeó todas las esferas de la sociedad alemana de aquel tiempo, desde lo familiar hasta lo científico. Para ese régimen totalitario Alemania era primero y estaba, sobre todo. A su modo, aquel régimen logró convencer a su pueblo de que Alemania era etérea. No obstante, tal poesía era finita, pues estaba basada en el sufrimiento y la injusticia de otros. Finalmente, después de la recapitulación de ese régimen racista, los alemanes aún lidian con las cicatrices de su pasado.
Al respecto, las ahora viejas generaciones, tuvieron que lidiar en aquel momento con las consecuencias inmediatas del nazismo, entre otras, integrar a la fuerza productiva a soldados, enjuiciar a los altos mandos del ejército, reintegrar a la academia a los científicos que contribuían a la investigación de la guerra, que las empresas que estuvieron ligadas al Führer produjeran de nuevo productos no militares, etc. Así pues, a nivel social se edificaron monumentos para no olvidar su pasado y las atrocidades que fueron cometidas en el nombre el pueblo alemán. De igual manera, se construyeron museos que muestran los crímenes de los nazis. Y todas estas acciones, no sólo fueron iniciadas por las fuerzas aliadas que derrotaron a Alemania, sino también por el gobierno alemán y por los mismos ciudadanos. La Vergangenheitsbewältigung es una tarea transgeneracional y aún es un tema de conversación entre las nuevas generaciones. Alemania no quiere olvidar, no puede olvidar. Alemania se empeña en recordar, quizás por aquel dicho que dice que la historia se repite una y otra vez.
Superación del presente
Esta enunciación de como los alemanes llevan a cabo ese diálogo transgeneracional me refiere indirectamente a México. He dicho que considero soso y sinsentido pensar en el pasado, imaginar lo que pudo haber sido. Sin embargo, creo apremiante y necesario pensar en el presente. No sólo en el presente, sino también en el futuro, ahí sí, en el qué será, en el qué podrá ser y lo qué va a ser. Ésta es una acción vital y que debe de ser un deber personal, social y de nivel nación. Y en el caso particular de México, esto me parece que se está perdiendo de vista. En ocasiones (muchas) parece que el presente y el futuro están olvidados, a pesar de que el presente está manchado de sangre, de delincuencia. Cualquier mexicano, dentro de su círculo de amigos, familiar o de trabajo conoce a alguien que ha sido asaltado, o al que han robado su casa, su carro. Secuestros y criminalidad de alto impacto también son el pan de cada día ¿estamos ciegos los mexicanos?
En este sentido, quizás no nos hace falta una guerra, quizás México nunca viva lo mismo que Alemania, y nunca tengamos una Vergangenheitsbewältigung (“Superación del Pasado”), pero hoy en día sí debemos tener una Gegenwartsbewältigung (“Superación del Presente”), porque estamos arriesgando perder nuestro futuro por culpa de nuestra ceguera, por no ver los problemas que nos asedian el día de hoy.
Aún me sigo preguntando si la delincuencia y la violencia que impera en México es invisible. Hoy en día escucho desde Alemania de una así denominada “Cuarta Transformación”, y ella me hace pensar en el “Tercer Reich” de Alemania. Y es que muchos países han tenido periodos de transformación denominados de diferentes maneras: eras, dinastías, repúblicas, entre otros. Y considero que el éxito de algunos de esos casos no depende de una persona, sino de como todo un pueblo trabaja por el bien común.
Por ende, concluyo: ¡Construyamos un México de oportunidades para todos! De no ser así, la delincuencia seguirá siendo un grito de la falta de oportunidades de desarrollo personal, un reflejo de una sociedad mexicana injusta, clasista y racista ¿seremos medio nazis los mexicanos? ¿racistas?
Dante Delgado: ganar perdiendo
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