La Guardia Nacional acaba de cumplir tres años de ser creada. Lo hace enarbolando cifras, datos, números, estadísticas, pero no resultados concretos, serios, demostrables que hayan impactado en forma definitiva el grave y escandaloso problema de la inseguridad en todo el país.
Los 121 mil 655 asesinatos contabilizados en los cuatro años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, no mienten, no dan margen de error para calificar como un rotundo fracaso el despliegue militar-policiaco con el que la 4T ha intentado enfrentar a la criminalidad que campea en el país.
Las masacres, los feminicidios, las fosas clandestinas, los miles de desaparecidos -más de 90 mil- abonan, desgraciadamente, en favor del modelo fracasado que privilegió la creación y crecimiento acelerado de un cuerpo híbrido, falsamente civil, como lo es el de la Guardia Nacional, un ente militar que rechaza y combate con fuerza desde su interior a todo aquello que suene o huela o tenga un pasado civil, especialmente vinculado con la Policía Federal.
No hay exageración ni ataque o crítica fácil hacia lo hecho por la Guardia Nacional. La mejor prueba de ello es precisamente el informe o resumen o lectura de resultados que el general Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional (SEDENA), hizo en el Colegio Militar, nueva sede de la formación de los militares que se unirán irremediablemente a la GN.
Sandoval fue en realidad el orador principal del aniversario -el general Luis Rodríguez Bucio enfermó de COVID-19- aunque al final el presidente Obrador explicó los motivos de la creación de la Guardia, por qué es de corte militar y qué se espera al incorporarla como nueva arma en la estructura de la SEDENA.
El general Sandoval reconoció, al menos, la gravedad y complejidad del tema de la inseguridad en el país y la necesidad de enfrentarlo con firmeza y, sobre todo, con la disciplina y estructura de las fuerzas armadas.
“Bajo este contexto, y en virtud que la creación y conformación de una nueva institución de seguridad no permitía improvisaciones, la Secretaría de la Defensa Nacional se dio a la tarea de analizar, investigar y conocer las capacidades, organización y funcionamiento de cuerpos policiales similares alrededor del mundo, de los cuales 32 países cuentan con una Guardia Nacional o su equivalente y, de estos, 16 naciones tienen un origen militar en el modelo de su organización como son Francia, Italia, España, Argentina y Colombia, entre otros. Siendo esta importante condición un factor fundamental para su permanencia, su disciplina y profesionalización, y de igual manera para que estas organizaciones se institucionalicen y perduren en el tiempo”, explicó Sandoval.
Luego vinieron cifras, datos, estadísticas, el recuento que cada mes hacen en las mañaneras el general Bucio o la secretaria de Seguridad Rosa Icela Rodríguez.
En materia de personal, actualmente se cuenta con un efectivo con 118 mil 188 elementos desplegados en todo el país, con prioridad a los municipios de mayor incidencia delictiva, lo que significa un avance del 86.31 por ciento de los 136 mil 702 proyectados en la constitución de su fuerza operativa para el año 2024.
Respecto a la educación y adiestramiento, han concluido sus cursos de especialización cinco mil 170 subagentes y agentes en la Escuela Militar de Sargentos, y 79 mil 923 elementos el curso de formación inicial para la Guardia Nacional en diferentes centros de adiestramiento en la República.
Aunado a lo anterior, actualmente 793 cadetes y 50 agentes mayores se encuentran cursando en este plantel educativo militar la licenciatura y especialidad en Seguridad Pública. Además, 37 cadetes realizan el curso de formación de pilotos aviadores con licenciatura en Seguridad Pública en el Colegio del Aire en Guadalajara, Jalisco.
En el rubro de infraestructura, se han construido hasta el día de hoy 241 instalaciones, 63 están en proceso de construcción, 190 se encuentran proyectadas para su edificación, de las cuales 67 para el segundo semestre de este presente año y 123 para el año 2023.
A estas instalaciones se suman 100 asignadas por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional en diversos lugares estratégicos del país para ser ocupadas por unidades de nivel compañía de la Guardia Nacional. Este apoyo contribuyó de manera significativa en la reducción de costos de construcción.
Adicionalmente, se tiene proyectado construir 13 instalaciones para coordinaciones estatales, 40 de nivel batallón, así como 10 unidades habitacionales para la Guardia Nacional, las cuales beneficiarán directamente a las familias de los miembros de este instituto de seguridad pública.
Sobre el apoyo logístico y con apego a los principios de austeridad, trasparencia, rendición de cuentas y uso eficiente de los recursos presupuestales asignados a la Guardia Nacional, se adquirieron 118 mii 230 armas, 81 millones de cartuchos de diferentes calibres, tres mil 747 vehículos, cinco mil 457 bienes informáticos y diversos artículos, vestuario, calzado, equipo, mobiliario permanente y no permanente. Lo anterior complementa el armamento, material, equipo y vehículos transferidos por las secretarías de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina a esta fuerza policial.
Por último, cabe destacar que en los aspectos doctrinarios se reestructuraron los planes y programas de estudio del Heroico Colegio Militar, Colegio del Aire y de la Escuela Militar de Sargentos para implementar en el sistema educativo militar la licenciatura y especialidad en Seguridad Pública, y se han elaborado 40 manuales de aspectos jurídicos, técnicos y tácticos policiales.
Esto es lo más que se puede decir en sentido estricto acerca de la Guardia Nacional y los efectos de su presencia para combatir o inhibir los niveles de criminalidad federal o a nivel estatal y municipal como parte de las confusas misiones que le han sido encomendadas.
Por supuesto están los resultados, las cifras de la Guardia Nacional para justificar su presencia, presupuesto o actuación, que, como se podrá ver, no tiene naque ver con la violenta realidad de un país sin verdadera estrategia anticrimen y sumido en la impunidad y los pactos inconfesables entre la delincuencia y el Estado mexicano:
“La detención de 32 mil 117 personas por la presunta comisión de diversos delitos.
El aseguramiento de siete mil 844 armas de diferentes características, 11 millones de cartuchos, 37 mil 300 cargadores para diversos tipos de armas, 48 mil 370 vehículos terrestres y 81 aeronaves, 104 mil 246 kilos de marihuana y 299 de heroína, 17 mil 620 kilos de metanfetaminas y 450 de goma de opio, tres mil 714 ampolletas y 606 mil 755 pastillas de fentanilo. 352.2 millones de pesos, 19.5 millones de dólares.
Por último, se han rescatado humanitariamente a 487 mil 910 migrantes.
“Todo lo anterior representa ya en este momento el 34 por ciento de los resultados del esfuerzo nacional que realizan las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional en el combate al narcotráfico y en labores de seguridad pública, lo que refleja el compromiso institucional para contribuir de manera eficiente y determinante con lo que establecido en el Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-204 y la Estrategia Nacional de Seguridad Pública implementada por el gobierno federal”, argumentaba el general Sandoval en una luminosa mañana de datos alejados de una realidad aplastante.