De 2014 a 2024, la recaudación estatal por tenencia cayó 39.8%, en promedio, la contribución de este impuesto dentro de los ingresos estatales pasó de 19.8% a solo 6.3%, y 19 de las 32 entidades han eliminado este gravamen o lo mantienen con tasas reducidas que han mermado su impacto fiscal, según datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
De acuerdo con el análisis del CIEP, para 2025, se estima que las entidades que aún lo cobran percibirán 20 mil 375.2 millones de pesos, 9.8 % menos que el año previo.
Esto ocurre mientras el país experimenta un aumento acelerado del número de automóviles. El parque vehicular creció 129% entre 2007 y 2024, lo que implica mayor uso de infraestructura urbana, mayor demanda de inversión en movilidad y un impacto ambiental significativo.
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Contexto: El impuesto a la tenencia vehicular, creado en 1962 para financiar infraestructura vial, perdió relevancia a partir de 2007 cuando dejó de ser federal y quedó en manos de los estados.
Impuesto con gran potencial recaudatorio
El análisis estima que si el impuesto se aplicara de manera homogénea en los 32 estados, con una tasa de cumplimiento del 80% del parque vehicular, se recaudarían 68,732.4 millones de pesos por el componente progresivo, 21,419.2 millones de pesos por el componente ambiental y 31,098.5 mdp por el componente de infraestructura.
En total, la recaudación ascendería a 121,249.7 millones de pesos, lo que representa 98,966.9 mdp adicionales para los estados. Morelos sería la entidad con mayor incremento relativo (5.6%), mientras que Puebla registraría el menor (0.1%).
Además, este impuesto reduciría la dependencia del gasto federalizado en 2.4% en promedio.
Más autos, más emisiones y más presión
Las tendencias de mercado muestran que los vehículos vendidos en México son cada vez más grandes. Los subcompactos cayeron de 39.6 % de las ventas en 2005 a 20.8 % en 2023, mientras que los SUV aumentaron de 14.6 % a 36.7 % en el mismo periodo. Este cambio implica mayor ocupación del espacio público, más peso sobre el pavimento y mayor generación de emisiones.
El documento recuerda que el 23.7 % de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del país provienen de los automóviles (INECC, 2025), por lo que el rediseño de la tenencia podría convertirse en una herramienta tributaria ambiental.
Se necesita un nuevo modelo
El CIEP propone un rediseño integral del impuesto, basado en tres componentes:
- Progresividad: tasas diferenciadas según el precio del vehículo.
- Medio ambiente: una tarifa de 40 pesos por cada 100 cm³ del motor, para incentivar tecnologías menos contaminantes.
- Infraestructura: una cuota del 2 % sobre el precio depreciado del vehículo, ajustada por su volumen en metros cúbicos.
Este modelo mantendría la lógica fiscal original del impuesto y permitiría alinearlo a necesidades actuales, como la transición energética y la movilidad sostenible.
El documento subraya que muchos estados carecen de un padrón vehicular actualizado. Para aplicar el nuevo modelo, se requiere un registro homologado que incluya información de precio, dimensiones, peso y emisiones.
También resalta que el impuesto debe acompañar los cambios tecnológicos, como el crecimiento de vehículos híbridos y eléctricos, y que no es necesario crear nuevos impuestos, sino fortalecer los existentes.
