EMPRENDIMIENTO FEMENINO

Falta de financiamiento, la mayor barrera para empresas creadas por mujeres

Los gobiernos de América Latina tienen la asignatura pendiente de brindar educación financiera y crear fondos de coinversión con enfoque de género para impulsar a las empresas fundadas y gestionadas por mujeres, señala la empresaria Silvina Moschini

Mujeres empresas.Estudios muestran que pocas mujeres forman parte de los equipos fundadores de empresas. Créditos: Foto tomada del estudio Radiografía del Emprendimiento en México (REM): edición Mujeres 2023
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Los reportes más recientes del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo exponen que cerca del 70% de las empresas lideradas por mujeres sigue sin acceso a financiamiento institucional, cifra que pone en duda la narrativa en torno a la igualdad de oportunidades y pone en evidencia que los mecanismos actuales no funcionan.

Silvina Moschini, fundadora de Unicoin y primera mujer latinoamericana en construir una empresa valuada en más de mil millones de dólares, lo dice sin rodeos: “A pesar de los avances, los sesgos estructurales persisten. Muchos inversionistas aún asocian liderazgo, riesgo y dinero con perfiles masculinos.”

A días de conmemorarse el Día Internacional de la Mujer Emprendedora, este 19 de noviembre, el tema adquiere relevancia porque no solo recuerda la importancia del emprendimiento femenino en la economía global, sino que subraya la urgencia de revisar por qué, aun cuando el número de mujeres emprendedoras y empresarias ha aumentado,  las brechas de acceso a capital permanecen prácticamente intactas.

“Las instituciones financieras deben adaptar sus productos a la realidad de las mujeres emprendedoras, muchas de las cuales operan en la informalidad y no tienen historial crediticio, aunque han demostrado ser mejores pagadoras y gestoras del riesgo. Los gobiernos, por su parte, deben invertir en educación financiera, crear fondos de coinversión con enfoque de género y garantizar marcos regulatorios que impulsen la equidad en el acceso al capital”.

Foto: Especial

Tolerancia y uso de tecnología, claves

El rediseño que ella plantea no recae solo en el sector público. Explica que los bancos y los fondos de inversión siguen replicando sesgos que contradicen la lógica del mercado. A pesar de que las cifras muestran que las empresas fundadas por mujeres son más rentables, más sostenibles y generan mayor impacto social, aun así reciben menos capital. La explicación, para Moschini, es simple: el sistema financiero sigue siendo custodiado por comités que no reflejan la diversidad del talento disponible.

A pesar de las barreras, las mujeres emprenden igual. El Global Entrepreneurship Monitor señala que un 33% planea iniciar un negocio, aunque muchas no logran escalar. Moschini sostiene que parte de la respuesta está en comenzar aun sin condiciones perfectas, entender que la frustración es parte del proceso y construir redes de apoyo que suplan lo que el sistema financiero no ofrece. Para ella, el éxito no es un golpe de suerte, sino un proceso que se construye con consistencia, incluso cuando el capital no llega.

Frente a un sistema que se mueve lento, Moschini afirma que la tecnología se ha convertido en un habilitador decisivo para que más mujeres puedan emprender con independencia de su contexto, ubicación o disponibilidad de recursos. Plataformas digitales de servicios, comercio electrónico y formación en línea han reducido las barreras que históricamente frenaban la participación económica femenina.

 “La tecnología es el gran igualador de nuestro tiempo. Con blockchain, los criptoactivos y las plataformas de inversión digital, ya no dependemos de intermediarios para acceder al capital. Es una revolución silenciosa que está abriendo las puertas del sistema financiero a millones de mujeres que antes estaban fuera”, asegura.

La empresaria nacida en Argentina y fundadora de Unicoin observa cómo las mujeres se han convertido en una de las comunidades más activas del ecosistema cripto, lo que anticipa un cambio profundo en la estructura del poder económico. En la próxima década, señala, el 70% de la transferencia global de riqueza estará en manos femeninas: “Este es nuestro momento para invertir, innovar y liderar… Cuando el talento femenino adopta la tecnología, el resultado no es solo inclusión: es transformación.”