Antes del zafarrancho entre Gerardo Fernández Noroña y Alejandro Moreno, el Senado y la Cámara de Diputados han sido escenario de agresiones, amenazas a insultos.
El antecedente más antiguo se remonta a 1999, cuando Félix Salgado, entonces senador del PRD y hoy de Morena, amenazó con agredir al priista Dionisio Pérez Jácome, quien presidía la mesa directiva.
El motivo del enojo de Salgado fue muy similar al de este miércoles en la antigua sede del Senado, en el centro de la CDMX: el presidente del Senado le negó el uso de la tribuna al guerrerense porque ya no había asuntos por desahogar en el orden del día.
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Crónicas de los periódicos de esa fecha indican que al levantarse la sesión Salgado subió a la tribuna y encaró al priista, pero no logró convencerlo de que le diera la palabra. Minutos después, en entrevista, advirtió que iba a “madrear aquí delante de todos, y a ver quién se sale a defenderlo”.
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Salgado Macedonio siguió amenazando con golpear a Pérez Jácome, sin embargo, no las cumplió.
El arranque de Violenta
La reyerta que causó más escándalo en el Congreso fue sin duda la de noviembre de 2006, previo a la toma de posesión de Felipe Calderón; ante la inconformidad del PRD por los resultados de la elección y su advertencia de que no permitirían que el panista rindiera protesta, los blanquiazules se apoderaron de la tribuna y se prepararon a resistir.
Los diputados de ambos partidos protagonizaron zafarranchos para desalojar a los oponentes.
En el más agudo, el perredista Víctor Varela subió a la mesa, pero los panistas lo bajaron a jalones y lo lanzaron al suelo.
Entre los jaloneos, la panista veracruzana Violeta Lagunes lanzó una lata de refresco contra Varela y la fotografía se publicó aún en medios internacionales.
Ante la difusión de la imagen, la diputada se defendió preguntando qué daño podía hacerse con una lata de refresco.
Francisco Domínguez, entonces diputado y luego gobernador de Querétaro, también se lio a golpes y patadas con los perredistas.
La tacleada a Madero
En noviembre de 2019 el Senado eligió a Rosario Piedra como presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. La oposición impugnó el proceso porque argumentaban que no se alcanzaron los votos necesarios, pero la morenista Mónica Fernández se negó a hacer el recuento para despejar dudas.
Cuando Piedra estaba por rendir protesta y numerosos legisladores subieron en la tribuna, los morenistas para respaldarla y la oposición para protestar, Gustavo Madero trató de acercarse al micrófono, pero Salomón Jara, actual gobernador de Oaxaca, se interpuso y como si se tratara de un partido de futbol americano, lo bloqueó.
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Madero volvió a intentarlo, pero las morenistas Citlali Hernández, Marybel Villegas y Lucía Trasviña, además de Eduardo Ramírez, actual mandatario de Chiapas, lo inmovilizaron, lo sujetaron por la espalda y después lo tumbaron en el suelo.
“Me echaron montón”, dijo Madero.
djh
