El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum está llevando a cabo una rápida campaña legislativa que busca centralizar significativamente el poder gubernamental, advirtió el diario londinense Financial Times. Destaca que en una sesión extraordinaria, los legisladores aprobaron cambios en al menos 16 leyes en solo nueve días, con el respaldo de la supermayoría de la coalición gobernante. Este esfuerzo es parte de una iniciativa más amplia para consolidar el control gubernamental que se inició bajo el expresidente y mentor de Sheinbaum, Andrés Manuel López Obrador.
Entre las medidas más destacadas, la administración Sheinbaum ha instituido elecciones para todo el poder judicial y ha puesto a los reguladores independientes bajo el control directo del gobierno. Esto representa un cambio sustancial, ya que expertos como Carlos Ramírez de Integralia califican la situación como "el fin de la era de las instituciones autónomas", regresando a un escenario donde estas están "en manos del ejecutivo".
Además, se ha continuado el impulso para consolidar el control del sector energético y se ha fortalecido a las empresas estatales, así como la Guardia Nacional bajo control militar. Estos cambios, según el analista político Sabino Bastidas, son un "intento de desmantelar el viejo Estado mexicano".
Las nuevas leyes también otorgan nuevos poderes a los funcionarios de seguridad y a los militares para acceder a bases de datos centralizadas de información y rastrear teléfonos en tiempo real sin una orden judicial. Si bien cláusulas más controvertidas fueron eliminadas de una propuesta de ley de telecomunicaciones, la capacidad de vigilancia ha aumentado. Ante estas preocupaciones, la presidenta Sheinbaum ha declarado que "una intervención telefónica solo puede ser aprobada por un juez" y ha calificado de "mentira" que las leyes aprobadas signifiquen que el Estado espiará a la gente, afirmando que su objetivo es "construir un país seguro, en paz".
El partido Morena de Sheinbaum argumenta que el periodo de tres décadas hasta 2018, en el que México hizo la transición a la democracia y buscó construir instituciones independientes, "falló a la gente común y fomentó altos niveles de pobreza, violencia y corrupción"6. La seguridad es la principal preocupación de los mexicanos en las encuestas, y Sheinbaum ha adoptado un enfoque más agresivo para combatir el crimen organizado que su predecesor.
No obstante, críticos como los opositores de Sheinbaum acusan a su movimiento de intentar emular siete décadas de gobierno unipartidista. Algunos describen lo votado como una "vergüenza" y la "construcción de un estado autoritario". Aunque algunos en el sector de las telecomunicaciones han mostrado cierto alivio por las enmiendas a la ley, percibiéndolo como una señal de que el gobierno escucha al sector privado, la dirección general apunta a un mayor control centralizado.
A pesar de las críticas, Sheinbaum mantiene altos índices de aprobación, impulsada en parte por su política de seguridad y un estilo "más técnico y menos confrontativo".
Si bien Sheinbaum ha demostrado una "demostración de fuerza", se percibe que tiene menos control sobre su partido que su predecesor y ha evitado confrontarse públicamente con la agenda de López Obrador.