Llegar a la edad del retiro es un momento importante en la vida. Después de muchos años de trabajo, es natural preguntarse cómo asegurar un ingreso estable para vivir con tranquilidad. En México, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ofrece un esquema de pensiones para quienes han cotizado durante su vida laboral. Pero ¿qué es exactamente una pensión del IMSS y cómo puedes obtenerla?
La pensión del IMSS es un pago mensual que se le otorga a las personas que han trabajado formalmente y han realizado aportaciones al Instituto a través de su empleo. Este ingreso tiene el objetivo de brindar apoyo económico cuando llega la jubilación, o bien, en caso de invalidez, viudez o cesantía. Es decir, es una forma de reconocer los años trabajados y asegurar cierta estabilidad económica en la etapa adulta.
Pueden acceder a una pensión todas aquellas personas que hayan trabajado en el sector formal y estén registradas en el IMSS, es decir, que tengan un número de seguridad social y un historial de semanas cotizadas. También aplica para quienes cotizaron y dejaron de trabajar, siempre y cuando conserven sus derechos vigentes. Incluso hay pensiones para viudas, huérfanos y personas con discapacidad por enfermedad o accidente.
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Dependiendo de cuándo empezaste a cotizar en el IMSS, tu pensión se calcula con base en una de dos leyes. Si comenzaste a trabajar antes del 1° de julio de 1997, te rige la Ley 73; si empezaste después, estás bajo la Ley 97. La diferencia es importante: en la Ley 73, tu pensión se calcula con base en tus semanas y salario promedio; en la Ley 97, el monto depende principalmente de lo que hayas ahorrado en tu Afore.
¿Cómo solicitar una pensión IMSS?
Contexto: Para poder solicitar una pensión IMSS debes cumplir con algunos requisitos básicos: tener al menos 60 años cumplidos (aunque la edad puede variar según el tipo de pensión), contar con un mínimo de semanas cotizadas y tener tus documentos en regla: identificación oficial, CURP, acta de nacimiento, comprobante de domicilio, número de cuenta bancaria y tus constancias laborales. Es recomendable reunir todo con calma y paciencia.
El trámite se realiza directamente en las oficinas del IMSS o en línea, dependiendo del tipo de pensión. Para ello, se recomienda hacer una cita previa y llevar toda la documentación solicitada. En la página del IMSS puedes consultar los requisitos específicos y agendar tu cita. También puedes llamar a los números de atención al derechohabiente para recibir orientación gratuita. Es buena idea pedir ayuda a un familiar de confianza o a un asesor certificado si tienes dudas.
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Recibir una pensión no es un favor: es un derecho ganado por años de trabajo. Por eso, conocer tus derechos y los pasos para solicitarlos te ayudará a vivir tu retiro con más tranquilidad. Si aún no estás en edad de pensionarte, es buen momento para planear; y si ya estás cerca, prepárate con tiempo pues todavía puedes hacer algunos movimientos que impacten positivamente tu pensión del IMSS.
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5 cosas que puedes hacer antes de solicitar una pensión IMSS
Estas son cinco acciones concretas y alcanzables que pueden ayudarte a tener un retiro más tranquilo y seguro:
- Verifica tus semanas cotizadas: El primer paso es saber exactamente cuántas semanas tienes registradas ante el IMSS. Esto lo puedes hacer en línea, en la página del IMSS, con tu CURP y número de seguridad social. A veces, por errores administrativos, no todas las semanas trabajadas aparecen reflejadas. Si detectas inconsistencias, puedes hacer aclaraciones y sumar lo que te corresponde. ¡Cada semana cuenta!
- Considera la Modalidad 40 (Continuación Voluntaria): Si ya dejaste de trabajar formalmente, pero quieres seguir aumentando tu pensión, la Modalidad 40 te permite continuar pagando al IMSS por tu cuenta. Esto te ayuda a sumar más semanas y, lo mejor: puedes cotizar con un salario más alto al que tenías, lo que eleva el cálculo final de tu pensión. Es una inversión que muchos adultos mayores consideran muy útil.
- Revisa tu salario base de cotización: Tu pensión se calcula tomando en cuenta el salario con el que estuviste registrado. Si has cotizado con un salario más bajo al real (lo que lamentablemente sucede en muchos trabajos), podrías analizar con tu empleador o asesor la posibilidad de ajustar tu base salarial. También puedes considerar cambiar a un empleo con mejor salario de cotización durante tus últimos cinco años laborales.
- Haz aportaciones voluntarias a tu Afore (si estás bajo la Ley 97): Para quienes están bajo el régimen de la Ley 97, la pensión depende en gran medida de los ahorros en la cuenta individual de la Afore. Las aportaciones voluntarias son una excelente forma de incrementar el fondo de retiro, y lo mejor es que puedes empezar con cantidades pequeñas. Es como sembrar un ahorro que crecerá con el tiempo.
- Asesórate con un experto en pensiones: Un contador, asesor certificado en pensiones o incluso personal del IMSS pueden ayudarte a tomar mejores decisiones. Muchas veces, una consulta a tiempo puede evitar errores o ayudarte a descubrir beneficios que no conocías. No estás solo: hay personas y herramientas que te pueden orientar paso a paso. Una decisión informada hoy puede darte tranquilidad mañana. Prepararse para la pensión no tiene que ser complicado ni abrumador. Tomarte el tiempo para revisar tu situación actual puede marcar la diferencia entre una pensión básica y una más cómoda. Recuerda: nunca es tarde para organizarte mejor.
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