Al décimo quinto tribunal colegiado en materia civil de la Ciudad de México le tocó decidir sobre un caso especialmente complicado: una acusación por daño moral entablada por un periodista contra una colega que difundió señalamientos de acoso.
En el caso entraban en conflicto el derecho a la honra de una persona, pero también el de la periodista, por dar a conocer información relevante para el público, así como el punto de vista de una mujer que argumentó haber sufrido acoso.
El litigio tenía otros elementos que lo hacían más complejo: quien presentó la demanda murió durante el juicio y sus herederos no optaron porque se archivara, sino que decidieron continuar con el proceso y, adicionalmente, los protagonistas eran periodistas de larga trayectoria, con una carrera acreditada y muy reconocidos, Ricardo Rocha y Carmen Aristegui.
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El motivo del diferendo fue una entrevista hecha en el marco del movimiento Me Too, en el que víctimas de acoso y violencia sexual relataron sus experiencias. La comediante Sofía Niño de Rivera dijo en entrevista con Aristegui que en colaboraciones en el programa de Ricardo Rocha había sentido acoso. La respuesta del periodista fue iniciar un litigio contra Aristegui, la entrevistada y la cadena de televisión por la que se transmitió.
Tras una serie de decisiones judiciales el caso llegó al tribunal colegiado, que debía decidir si la periodista, la standupera y el canal habían causado un daño moral al periodista, o si la tarea de difundir información tiene supremacía.
El colegiado decidió de manera unánime que la libertad de expresión es el valor primordial a preservar en un caso lleno de valoraciones personales y subjetivas, con un criterio sugerido por el presidente del tribunal, Francisco Javier Sandoval.
“Basta que el caso estuviera rodeado de tantos juicios de valor, para que en este tipo de situaciones deba de prevalecer la libertad de expresión”, dijo el magistrado, con más de cuatro décadas en el Poder Judicial en entrevista con La Silla Rota.
Percepciones y juicios de valor
En la serie de entrevistas se transmitieron testimonios de violación, acoso y hostigamiento y, en algunos casos existían elementos tangibles para demostrarlo.
En la entrevista que provocó la controversia, la standupera Niño de Rivera dijo que durante sus participaciones en el programa de Rocha recibido comentarios a su físico, que se había invadido su espacio y eso la hizo sentir incómoda.
Durante el proceso, jueces y peritos observaron grabaciones y capturas de pantalla en los que las partes argumentaban en su favor y era casi imposible llegar a un acuerdo.
“(Niño de Rivera) No dijo qué tipo de acosador, solo dijo que era un acosador. Pretender que el tribunal se metiera a juzgar si efectivamente se sintió incómoda, si efectivamente se sintió acosada, era un despropósito. Desde luego, con total respeto a la carrera del periodista Ricardo Rocha nosotros vimos que para muchos no había acoso sexual, para otros sí, entre ellos la denunciante, de ahí la importancia de permitirle hablar”.
CONTEXTO: Libertad bajo asedio
La decisión del tribunal colegiado en materia civil llegó en momentos en que periodistas y ciudadanos han sido sancionados por difundir información y comentarios tanto en medios tradicionales como en redes sociales.
La gobernadora de Campeche, Layda Sansores, logró que una juez local condenara al periodista Jorge Luis González a dejar de ejercer el periodismo, oficio que ha practicado por más de 40 años, e indemnizarla con más de dos millones de pesos, además de ordenar que el medio Tribuna de Campeche dejara de operar, por presuntos ataques de odio en su contra.
El Instituto Nacional Electoral pidió a la periodista Laura Brugés que informe quién le proporcionó datos sobre la elaboración de acordeones para inducir la votación en la elección para jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte.
El Tribunal Electoral de Tamaulipas condenó al periodista Héctor de Mauleón a disculparse con Tatiana Contreras, candidata a presidenta del Tribunal de Justicia de ese estado, por escribir una columna en la que describe que un cuñado de ella era el jefe de un grupo de huachicoleros.
En ese marco se pregunta al magistrado cuál es la situación de la libertad de expresión en México.
"Pienso que las ideologías son un mal método de interpretación legal, o ni siquiera son un método de interpretación legal. Las ideologías en sí son más bien sesgos del conocimiento. Fíjense como, a veces, las ideologías terminan confrontándose a sí mismas. Acabamos de ver un caso donde el el feminismo que ha luchado por visibilizar estos casos, logra abrir los espacios de libertad de expresión ante los medios. Pero, por el otro lado, a través de esta herramienta de perspectiva de género, pues lo cierra. Entonces ahora en la medida en que ya cualquier comentario se puede transformar en una herramienta, un comentario de odio con perspectiva de género, pues entonces fíjense como es la misma ideología la la que se confronta a sí misma y los espacios que había logrado abrir por un lado, los empieza a cerrar por el otro".
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