México cuenta con una población de 133 millones de personas, señaló la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, durante la Sesión Ordinaria 2025 del Pleno del Consejo Nacional de Población (Conapo).
La funcionaria destacó que esta cifra representa un reto, pero también una gran oportunidad para el desarrollo nacional, siempre que se aproveche de manera estratégica el bono demográfico y de género.
Rodríguez subrayó la importancia de impulsar políticas públicas que garanticen igualdad, inclusión y bienestar para todos los sectores sociales, en especial para niñas, mujeres y juventudes, quienes representan una parte clave de este potencial.
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"Somos el décimo país más poblado del mundo, con 133 millones de personas, para ponernos en contexto; el décimo cuarto más extenso del planeta; la decimosegunda economía más grande".
La secretaria de Gobernación afirmó que el panorama poblacional actual exige una estrategia de largo plazo que trascienda generaciones y permita enfrentar los desafíos derivados del cambio en la estructura por edad. Subrayó que este enfoque debe incluir políticas sostenibles e integrales para garantizar bienestar, equidad y desarrollo social, especialmente ante el envejecimiento progresivo de la población y la transformación del bono demográfico.
México se encuentran en un momento de transición población
La responsable de la política interna del país advirtió sobre los desafíos que enfrenta México ante los cambios en la estructura demográfica, como el descenso sostenido de la fecundidad y la mortalidad, lo que demanda renovar políticas públicas de largo plazo, ya previstas en el Programa Nacional de Población 2025-2030.
Uno de los temas que más preocupan, señaló la funcionaria, es la alta tasa de fecundidad en adolescentes, especialmente entre niñas menores de 15 años, un fenómeno que afecta gravemente su desarrollo, derechos y futuro. Según datos oficiales, en México se registran 22 nacimientos diarios de madres en ese grupo de edad.
Aunque los embarazos en adolescentes han disminuido —gracias a la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo Adolescente, coordinada por Conapo y la Secretaría de las Mujeres—, aún persisten prácticas nocivas como uniones forzadas, matrimonios arreglados y embarazos de niñas por hombres adultos, en contextos de pobreza y exclusión.
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En seis años, se ha logrado reducir en 30% la tasa de fecundidad adolescente y en 20.7% los casos de niñas madres menores de 15 años. Sin embargo, Rodríguez enfatizó que el reto sigue siendo grande: el 54% de estas niñas estaban unidas al momento del parto, el 12% son hablantes de lenguas indígenas y más del 80% habían abandonado sus estudios. Algunas madres tienen apenas 10 u 11 años.
La titular de Gobernación también expresó preocupación por el hecho de que en el 34% de los casos no se declara la edad del padre, lo cual —dijo— podría reflejar un intento de ocultar abusos sexuales o coerción.
Finalmente, hizo un llamado urgente a todas las instituciones para trabajar coordinadamente en la prevención, atención, sanción y erradicación del embarazo infantil y adolescente, y reconoció el compromiso de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha colocado el tema como prioridad nacional en sus conferencias.
¿Por qué es relevante el tema?
Estos datos ayudan a comprender los retos y oportunidades que enfrenta México en temas de planeación urbana, salud, educación, empleo, seguridad social, derechos reproductivos y equidad de género. Aprovechar el bono demográfico y atender fenómenos como la maternidad infantil o el envejecimiento poblacional requiere una estrategia de largo plazo, multisectorial y con enfoque de derechos.
Contexto: este 11 de julio se conmemora el Día Mundial de la Población fecha establecida por el Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en 1989, fecha que busca concienciar sobre los problemas de población mundial.
En este marco, México se consolida como el décimo país más poblado del mundo y el de mayor población de habla hispana.
Donde la tasa de fecundidad ha descendido por debajo del nivel de reemplazo a cerca de 1.6 hijos por mujer, mientras que la esperanza de vida ha subido a 74.6 años (71.6 años para hombres y 77.7 para mujeres).
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Sumado a este escenario, nuestro país enfrenta una baja fecundidad y envejecimiento, lo que implican presión sobre pensiones, sistema de salud y mercado laboral. Así como embarazos adolescentes y distribución desigual.
kach