EL PASO, Texas.- Al norte de El Paso, una colonia de Ciudad Juárez, Anapra, marca el límite entre México y Estados Unidos. Una barda de acero de 10 metros de altura que se extiende por cientos de kilómetros traza la frontera entre ambos países, pero al final de este muro, sólo hay unas barreras metálicas de unos 70 centímetros de alto.
En apariencia, nada impide cubrir los cerca de 300 metros que hay entre las casas de Anapra y los postes que marcan el fin de un país y el comienzo de otro. Parecería sencillo cubrir el tramo de monte, entre declives, lomas y un terreno accidentado, e ingresar a Estados Unidos por el monte de Cristo Rey.
En este punto de Nuevo México, a unos kilómetros de El Paso, y apenas a unos pasos de la colonia Anapra, ya no hay muro, pero en el lado estadounidense hay cámaras ocultas que detectan cualquier movimiento, ya sea humano o animal, y envían la señal a través de antenas que permiten ubicar en todo momento a quien hizo saltar la alarma.
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A ese primer filtro se suman más, todos de alta tecnología, colocados para cumplir con una de las políticas que han definido al gobierno de Donald Trump, el combate a la migración.
Desde abril de 2025, cuando el gobierno de EU designó Áreas de Defensa Nacional a las zonas que colindan con México, la fuerza del Ejército de Estados Unidos se hizo sentir en los 3 mil kilómetros de la frontera entre ambos países.
Así, la tarea de combatir la migración ya no recae solo en la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés), sino que el ejército de Estados Unidos tiene ahora la encomienda de reforzar la vigilancia y mejorar la detección de migrantes.
Una advertencia blindada
Para apoyar la localización y detención de migrantes, las diferentes agencias del gobierno de EU han aportado recursos y personal. Entre otros elementos, cuentan con un vehículo blindado para transporte de personal conocido como Stryker, que puede contar con una ametralladora calibre .50 o un cañón de 105 milímetros.
El Stryker colocado en una loma desde la que se observa el límite entre ambos países no está artillado, pero su sola presencia envía un mensaje de advertencia y disuasión a quienes tratan de pasar por aquí.
Una calcomanía colocada sobre la carrocería subraya este mensaje: “hell on eight wheels” (el infierno sobre ocho ruedas).
El vehículo colocado en territorio de Nuevo México no tiene armas, sino que cuenta con una cámara operada por inteligencia artificial que puede detectar movimiento a tres kilómetros de distancia.
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Este dispositivo, que barre el horizonte de manera incesante, puede ubicar a quien haya entrado al territorio de Estados Unidos y eso detona la acción de los agentes del CBP, que en patrullas o motocicletas están listos para interceptar o detener a cualquiera que haya ingresado sin autorización al territorio.
Los militares que operan el Stryker cuentan con otros dispositivos de alta tecnología: una especie de pistola diseñada para inutilizar drones empleados por los coyotes que los elevan para conocer en qué sitios hay patrullas del CBP y así evitarlas.
Los responsables de este dispositivo lo localizan, tratan de bajar a tierra y si no es posible simplemente cortan su señal para que el dron caiga.
También disponen de un altavoz montado sobre un tripié, con alcance de tres kilómetros, con el que advierten a los que han entrado sin autorización al territorio que los han detectado y que deben volver sobre sus pasos, si no quieren enfrentar cargos penales.
Antes de la llegada de Trump, los detenidos por entrar sin documentos eran acusados de una falta administrativa. Desde febrero, esas faltas se castigan con cargos penales.
La presencia de elementos de CBP en tierra, aire y vehículos marítimos en zonas como el Océano Pacífico, las pesas Falcón y Amistad, en Texas, y en la costa del Golfo de México, reforzados con el ejército, sintetizan el alcance de esta operación. En el terreno, queda claro que todos los recursos disponibles están al servicio de un objetivo: detener la migración.
El coronel Jefferson Grimes, uno de los responsables del equipo que opera el Stryker, comentó a La Silla Rota que este operativo significa que todos los niveles del gobierno cooperan con ese mismo objetivo.
Récords en expulsiones y mínimos de detenciones
El resultado de este despliegue es evidente: de octubre de 2024 a mayo de 2025, en el sector El Paso se detuvo a 41 mil 962 personas; en comparación, en el año previo, se detuvo a 256 mil 1032 personas en este sitio, y en 2023 fueron 427 mil 471, de acuerdo con Claudio Herrera, agente supervisor de la Patrulla Fronteriza en el sector El Paso.
(El año fiscal en EU comienza en octubre y termina en septiembre, de modo que el año fiscal 2025 concluye en tres meses).
“Estamos hablando de una caída muy significativa, casi 90 por ciento para nuestro sector".
Estadísticas del Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) revelan que más de 176 mil mexicanos han sido expulsados de Estados Unidos, debido a diversas violaciones a la ley, desde irregularidad en su situación migratoria, o por haber sido condenados por conductas criminales.
Al revisar los datos se encuentra que en el año fiscal 2023 (que comienza en octubre y culmina en septiembre del siguiente) se expulsó a 54 mil 56 ciudadanos de México; en 2024 fueron 87 mil 298 y en lo que va de 2025 son 35 mil 84 personas.
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De acuerdo con los datos en 2025 se ha expulsado a 71 mil 45 ciudadanos de todo el mundo, pero sólo de México fueron 35 mil 84, poco menos de la mitad.
En materia de arrestos, el ICE se encarga de detener a extranjeros que violaron la ley en EU o tienen situación migratoria irregular.
kach