En medio de las crecientes tensiones entre Estados Unidos y México con respecto al tráfico de drogas y la seguridad fronteriza, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ha emitido fuertes advertencias sobre una posible acción militar estadounidense si México no aborda las preocupaciones de Estados Unidos.
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- Hegseth dijo a funcionarios mexicanos que el ejército estadounidense está preparado para tomar medidas unilaterales si México no aborda la colusión entre el gobierno y los cárteles de la droga. Funcionarios mexicanos reaccionaron con sorpresa e ira ante la sugerencia de una acción militar estadounidense dentro de México.
- Hegseth ha repetido este mensaje públicamente, incluso desde la frontera entre Estados Unidos y México y desde la base naval estadounidense en la Bahía de Guantánamo, Cuba.
- Cuando se le preguntó si descartaría ataques militares en México, Hegseth dijo: "No descartamos nada. Nada".
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Estas declaraciones se producen cuando la administración Trump busca que México tome medidas enérgicas contra el contrabando de fentanilo y el tráfico de migrantes. Trump ha amenazado con imponer aranceles del 25% a México si no cumple con las exigencias de Estados Unidos.
Altos funcionarios mexicanos están trabajando para lograr resultados tangibles en la frontera y en materia de drogas que Trump pueda considerar como señales de progreso. El gobierno de Claudia Sheinbaum ha tomado algunas medidas para apaciguar a la administración Trump, incluida la entrega de 29 líderes de bandas de narcotraficantes que enfrentan cargos en Estados Unidos.
México también está considerando igualar los aranceles de Estados Unidos a China. Además, el gobierno de México también ha detenido los planes del fabricante chino de vehículos eléctricos BYD de abrir una fábrica en el país, ha lanzado un programa para sustituir las importaciones de China y ha iniciado investigaciones antidumping sobre las importaciones de varios productos chinos.
Un grupo de ex funcionarios militares y comerciales de Estados Unidos y México, miembros del personal del Congreso, analistas y expertos en políticas antidrogas se reunieron en el Capitolio para un ejercicio de tres horas en el que se describía lo que sucedería realmente si Estados Unidos llevara a cabo ataques militares en México. El ejercicio describió las graves perturbaciones económicas entre los dos países, el cierre de fronteras, los estallidos de violencia y el malestar social en ambos lados de la frontera.
Un grupo de legisladores estadounidenses publicó una resolución en la que condenaban “cualquier llamado a una acción militar estadounidense en México sin la autorización del Congreso estadounidense y el consentimiento del gobierno mexicano”.