LOS ZETAS

La operación de la DEA contra los hermanos Treviño, el Z-40 y el Z-42, que desató una masacre

Una operación de 2011, orquestada por la DEA en contra de Miguel Ángel Treviño, alias el Z-40 y su hermano Omar, alias el Z-42, líderes de Los Zetas; costó la vida de centenas de personas en Coahuila

La operación de la DEA contra los hermanos Treviño, el Z-40 y el Z-42, que desató una masacre
La operación de la DEA contra los hermanos Treviño, el Z-40 y el Z-42, que desató una masacreCréditos: Especial
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La tarde noche del viernes 18 de marzo de 2011, los vecinos del poblado de Allende, en Coahuila, México, localizado a unos escasos kilómetros de la frontera con Estados Unidos; vieron entrar a su localidad a cientos de hombres armados que desataron una ola de violencia como represalia a una operación estadounidense en contra de los hermanos Treviño, líderes del “Los Zetas”.

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La operación orquestada por la Administración para el Control de Drogas (DEA) desató el infierno para los cerca de 23,000 habitantes de Allende, un pequeño pueblo ganadero y minero, el cual tuvo que ver por semanas la desaparición y homicidio de decenas o centenas de personas, nunca se confirmó el número total de víctimas de la masacre. Además hubo saqueos e incendios y demoliciones de casas.

De acuerdo con una investigación de ProPública, durante la ola de violencia que se desató en Allende tras la operación de la DEA para la captura de Miguel Ángel Treviño, alias el Z-40 y su hermano Omar, alias el Z-42, líderes de Los Zetas, las autoridades recibieron 250 llamadas con reportes de saqueos, incendio y otros hechos violentos, pero ninguna fue atendida. Bomberos declararon que temer por su vida, "no podíamos combatir las balas con agua".

La hechos violentos ocurrieron incluso, frete a oficinas gubernamentales, jefaturas de policía y puestos militares, los Zetas, tenían el control total de la entidad.

“Quisiera aclarar que Allende parece zona de guerra”, declaró un habitante de la entidad que escapó de la violencia.

Operación de la DEA desata el infierno en Allende

La violencia que desató el infierno en Allende fue la respuesta a una operación orquestada por la Administración para el Control de Drogas (DEA), la cual consiguió convencer a uno de los operarios de los Zetas de traicionar a los hermanos Treviño, brindándoles sus números de teléfonos para que estos fueran rastreados y capturados.

La DEA compartió la información con la policía mexicana, la cual, tenía problemas con filtraciones de información a favor de la célula delictiva, por lo que casi de inmediato, los Treviño se enteraron de que habían sido traicionados y planearon vengarse de los presuntos delatores, de sus familias y de cualquiera que tuviera un vínculo remoto con ellos.

Los Zetas atacaron a los miembros sospechosos de traicionarlos, entre ellos la familia Garza, dedicada a la ganadería y a la minería de carbón, pero también dirigieron su irá en contra de civiles en el pueblo, jóvenes, mujeres, niños, agarraron parejo e hicieron saber a los habitantes de Allende quienes tenían el control del pueblo.

El entonces vicealcalde de Allende, Evaristo Rodríguez declaró que los primeros que pensaron en huir fueron los funcionarios públicos. “Con todo lo que estábamos viviendo, desconfiábamos de todos. Nos dábamos cuenta de que había una situación de doble gobierno; el gobierno oficial de Coahuila y lo que es la delincuencia, que tenía el mando. Sabíamos que la policía ya estaba infiltrada”, declaró.

El mismo informante de la DEA, identificado como Jose Vasquez Jr. “El Diablo”, declaró que él advirtió a la dependencia estadounidense que si filtraban la información a la policía mexicana desatarían una masacre en contra de la gente de Allende.

“Conseguí todos los números: el de 40 y 42, y de todos ellos. No sabía lo que iban a hacer con ellos. Pensé que iban a intentar interceptarlos o algo así. Nunca pensé que iban a mandar los números de vuelta a México. Les dije que no hicieran eso, porque iban a causar la muerte de mucha gente. No solo eso, yo todavía estaba allí. Todavía andaba con esa gente. Me dijeron que no lo harían. Richard (el agente de la DEA con quien estaba en contacto) me dijo que tenía que confiar en él”, declaró a ProPública.

Y es que, desde 2007, los Zetas ya tenían el control total de Allende. “Eliminaron a rivales, tomaron el control de agencias gubernamentales importantes, convirtieron a la policía local en su secuaz y transformaron la región en un refugio para todo tipo de criminales”, detalla la investigación de ProPública.