La salida del fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, no fue sencilla para la bancada de Morena en el Senado. Tras un día en el que abundaron las especulaciones y el receso para abordar su salida o renuncia se prolongó durante horas, el nudo se deshizo cuando Gertz dio a conocer que la presidenta Claudia Sheinbaum lo invitó a irse a la embajada de “un país amigo”.
La fórmula no existe en la ley y dejó a la mayoría parlamentaria obligada a construir, a contrarreloj, una “causa grave” que la oposición consideró inexistente.
Lo que siguió fue una discusión apresurada, dividida, y marcada por esta acusación de que no existía gravedad para aceptar la renuncia del fiscal. La comunicación no menciona la palabra renuncia, ni detalla las causas, requisito indispensable según el artículo 24 de la Ley de la FGR para que el Senado pudiera procesar su separación.
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Pese a ello, la Mesa Directiva pidió votar si el asunto debía incorporarse inmediatamente al orden del día. Se aprobó. Después se consultó si debía considerarse de urgente resolución. La votación nominal arrojó 87 votos a favor y 9 en contra. Con ello, el Senado decidió que lo señalado por Gertz constituía una causa suficiente para acelerar el trámite.
La oposición reclamó falta de fundamento legal
Cuando comenzó la discusión, fue la oposición quien fijó postura. Raymundo Bolaños Azócar (PAN) sostuvo que el documento “no enuncia una renuncia” y que ser propuesto como embajador “no constituye una causa grave”. Recordó que la ley solo admite tres supuestos para separar al fiscal: pérdida de ciudadanía, incapacidad permanente dictaminada por ISSSTE o violaciones graves a la Constitución. Ninguno se acreditaba en la carta.
Desde Movimiento Ciudadano, José Clemente Castañeda coincidió en que el Senado carecía de elementos para calificar la gravedad de la causa. “Lo único que tenemos es el párrafo donde se indica la propuesta como embajador. Esa razón no puede considerarse extraordinaria ni anómala”, dijo. MC acompañó la urgencia del trámite, pero no la validez de la causa.
Sin embargo, la presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo Juárez defendió que la salida y el nombramiento de un nuevo fiscal eran de “máxima relevancia institucional” y por eso urgían una resolución del Senado.
Argumentó que la Fiscalía General de la República (FGR) es un órgano clave del Estado, encargado de la acción penal, por lo que no podía quedar sin titular.
Gertz permaneció aislado mientras el Senado procesaba su salida
Mientras el pleno debatía, trascendió que el fiscal se mantuvo el jueves por la tarde “atrincherado” en su oficina, sin tomar llamadas ni recibir visitas, incluso mientras el Senado entraba en receso para procesar el documento. La operación política estuvo a cargo de legisladores que buscaron una salida formal, entre ellos el senador Alejandro Esquer, quien cabildeó con distintos grupos en medio de versiones cruzadas.
En las conversaciones de argumentaba que había quejas acumuladas por el desempeño del fiscal: Marina, Defensa y Seguridad Pública habían externado molestias por la falta de cooperación y por filtraciones que afectaban su trabajo. En la conferencia matutina, la Presidenta Sheinbaum confirmó que el coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López, le entregó un documento relacionado con el fiscal y anunció que su contenido se daría a conocer tras consultarlo con abogados.
Votación final y relevo listo
Al caer la noche, el Senado aprobó la renuncia con 72 votos a favor, 22 en contra y 0 abstenciones. La Mesa Directiva anunció que emitiría la convocatoria para iniciar el proceso de designación del nuevo titular de la FGR.
Sin embargo se presumía que Ernestina Godoy, asumirá temporalmente la encargaduría del despacho, debido a que habría sido designada por el mismo Gertz en la Fiscalía Especializada de Control Competencial (FECOC) sustituyendo a Cristina Reséndiz Durriti.
La sesión terminó con un acuerdo legislativo firme, pero con una inconformidad. Para la mayoría de Morena y aliados, la función estratégica de la Fiscalía justificaba resolver de inmediato. Para la oposición, la ausencia de una causa grave expresamente señalada hacía improcedente la urgencia y sentaba un precedente problemático.
djh