Coatlicue, la venerada diosa mexica cuya imagen simbólica de vida, muerte y renacimiento ha perdurado por siglos, retoma protagonismo con la anunciada supercomputadora pública que llevará su nombre: Coatlicue.
Este miércoles, la presidenta Claudia Sheinbaum reveló el ambicioso proyecto tecnológico que, en su bautizo, rescata una figura milenaria para representar la futura punta de lanza de la investigación científica, el procesamiento masivo de datos y la soberanía tecnológica de México.
Coatlicue: la diosa madre en la mitología mexica
En la cosmovisión mexica, Coatlicue era venerada como madre de dioses, incluyendo al guerrero solar Huitzilopochtli, patrona de la tierra, la fertilidad, la vida y la muerte. Su nombre en náhuatl significa literalmente “la que tiene su falda de serpientes”.
Te podría interesar
La iconografía de Coatlicue es rica en simbolismo: su escultura tradicional la representa con una falda de serpientes entrelazadas, pechos caídos, emblema de fertilidad, y un collar de manos y corazones humanos, símbolos de sacrificio, regeneración y dualidad vital.
TAMBIÉN PUEDES LEER: Así será la supercomputadora pública y mexicana “Coatlicue”
Te podría interesar
Un mito fundacional: vida, muerte y renacimiento
El mito narra que Coatlicue vivía en el cerro sagrado Coatepec, donde barría un templo. Un día, cayó del cielo una bola de plumas que guardó en su seno; de ese modo quedó embarazada de Huitzilopochtli. Esa concepción divina enfureció a sus otros hijos, la diosa lunar Coyolxauhqui y los cuatrocientos dioses estelares Centzon Huitznáhuac, quienes intentaron asesinarla. Pero Huitzilopochtli nació ya armado, defendió a su madre y dio origen al Sol; Coyolxauhqui se convirtió en la Luna, sus hermanos en estrellas, simbolizando el triunfo de la luz sobre la oscuridad, de la vida sobre la muerte.
Este mito resume la dualidad fundamental de la cosmovisión mexica: la tierra y el cielo, vida y muerte, destrucción y regeneración, un ciclo eterno donde Coatlicue representa el origen y el sustento.
La estatua más famosa de Coatlicue fue descubierta el 13 de agosto de 1790 en la Plaza Mayor de la Ciudad de México, durante trabajos de nivelación. Tallada en andesita, mide aproximadamente 2.52 m, y es considerada una obra maestra de la escultura mexica. Tras la conquista, fue enterrada para suprimir su culto; rescatada siglos después, hoy se exhibe en el Museo Nacional de Antropología como uno de los testimonios más emblemáticos del México prehispánico.
TAMBIÉN PUEDES LEER: Sheinbaum: temas clave en la mañanera hoy 26 de noviembre
El renacimiento simbólico de Coatlicue: una supercomputadora para la era digital
Contexto: Hoy, Coatlicue reaparece en un contexto totalmente distinto: como el nombre del supercomputador público más poderoso de América Latina. En la conferencia matutina de este 26 de noviembre de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció el proyecto tecnológico que llevará ese nombre ancestral.
Según el titular de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), José Antonio Peña Merino, la supercomputadora será parte del plan gubernamental “Plan México” y contará con unas 15,000 GPUs, equivalentes, en práctica, a decenas de miles de computadoras convencionales operando al mismo tiempo.
Peña Merino afirmó que “es una computadora que casi ninguno de nosotros ha visto en su vida y que en dos años veremos construida en México”.
La supercomputadora Coatlicue tendrá una capacidad de 314 petaflops, es decir, 314 mil billones de operaciones por segundo, lo que la convertirá en la más potente de América Latina, superando a la actual líder en la región.
El proyecto contará con una inversión pública cercana a 6,000 millones de pesos, con la expectativa de que su uso en ciencia, inteligencia artificial, procesamiento de datos gubernamentales y servicios al sector privado amortice el costo.
Según las autoridades, entre sus aplicaciones figuran predicciones climatológicas, modelado hidráulico, planeación energética, análisis de datos fiscales y aduaneros, movilidad, salud, telecomunicaciones, así como apoyo a proyectos tecnológicos y científicos.
También está previsto que la construcción de Coatlicue dure 24 meses, incluyendo diseño, obra civil, logística, integración, pruebas y validación, con su puesta en marcha prevista hacia 2027.
AJA
