Ante amagos del presidente Donald Trump, la mandataria mexicana Claudia Sheinbaum aseguró que cambiar el T-MEC sería un proceso difícil, ya que el Tratado es ley en México, Estados Unidos y Canadá.
“El T-MEC es ley en Canadá, EU y en México, porque pasó por el Congreso. Si quisiera cambiarse sería un proceso muy profundo”, remarcó la presidenta en su conferencia mañanera
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Sin embargo, la presidenta también precisó que es posible la realización de reuniones bilaterales o trilaterales, pero no afectan al tratado. Agregó el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ya realiza consultas territoriales con empresarios mexicanos para recabar información previo a la renegociación formal del T-MEC que daría inicio en noviembre próximo.
Por otra parte, la mandataria mexicana Claudia Sheinbaum expuso que si es necesario buscará una llamada con su homólogo estadounidense para abordar temas comerciales.
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“No tenemos información adicional sobre el proceso de las revisiones”, expuso sobre los dichos de Trump.
¿Cuál fue el amago de Trump?
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro canadiense, Mark Carney, sostuvieron un encuentro este martes en la Casa Blanca. Durante la cumbre, ambos mandatarios abordaron la disputa comercial bilateral, la renovación del T-MEC prevista para 2026 y los esfuerzos conjuntos en el combate al tráfico de fentanilo.
En el contexto de esta reunión, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abrió la posibilidad de reemplazar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) por acuerdos bilaterales entre cada una de las naciones que hoy integran el pacto comercial.
De concretarse la sugerencia de Trump, el T-MEC, que entró en vigor el 1 de julio de 2020, se dividiría en tres tratados bilaterales independientes: uno entre México y Estados Unidos, otro entre México y Canadá, y un tercero entre Estados Unidos y Canadá. Esta modificación implicaría una transformación profunda en el modelo de comercio regional que ha prevalecido desde la entrada en vigor del TLCAN en 1994 y su posterior actualización como T-MEC.
Vale la pena destacar que el actual tratado tiene una vigencia inicial de 16 años, hasta 2036, con revisiones programadas cada seis años. Si no existe consenso para su renovación, el acuerdo se mantiene activo, pero perdería validez automática al llegar a su fecha límite. En caso de acuerdo entre las partes, se extendería por otros 16 años; sin embargo, si alguna de ellas decide no continuar, se establece una revisión anual conjunta.
Cabe recordar que en su primer mandato presidencial, Trump tomó decisiones similares al abandonar el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), lo que marcó un giro hacia políticas comerciales más nacionalistas. Esta nueva propuesta de dividir el T-MEC refuerza su enfoque bilateralista y podría tener implicaciones significativas para el comercio regional, la estabilidad jurídica de los acuerdos actuales y la relación entre las tres economías más importantes de América del Norte.
El resto de la reunión transcurrió con intercambios públicos en los que destacaron coincidencias, diferencias y expectativas sobre los principales temas de la agenda binacional.
1. Comercio: competencia entre vecinos
Trump calificó la tensión comercial entre Estados Unidos y Canadá como un “conflicto natural” debido a la cercanía geográfica y la intensidad de la actividad económica entre ambos países.
Reconoció que esa competencia genera impactos negativos para ambas partes, al señalar que “nos lastimamos unos a otros cuando competimos”.
Carney coincidió en que existen diferencias estructurales, pero subrayó que ambos gobiernos pueden lograr acuerdos funcionales.
El presidente estadounidense describió la complejidad del nuevo acuerdo como superior a otras negociaciones comerciales activas.
2. Renovación del T-MEC: aranceles en el horizonte
El proceso para renovar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que concluye en 2026, ocupó una parte central de la conversación.
Trump adelantó que cualquier nuevo acuerdo incluirá aranceles y señaló que el diálogo con Canadá busca condiciones equilibradas.
Carney destacó la importancia de su país como segundo socio comercial de Estados Unidos y como su mayor inversionista extranjero.
El mandatario estadounidense afirmó que espera alcanzar un acuerdo que sea satisfactorio para ambas partes.
3. Fentanilo: cooperación y compromisos
Otro punto clave de la reunión fue el combate al tráfico de fentanilo, sustancia que ha impactado a comunidades estadounidenses con miles de muertes por sobredosis.
Trump recordó que utilizó esta crisis como justificación para aplicar aranceles a México y Canadá en años recientes.
El presidente reconoció los esfuerzos de Canadá en el control de precursores químicos y rutas de distribución, aunque anticipó que el problema continuará.
Carney respondió que menos del 1% del fentanilo que ingresa a Estados Unidos cruza desde Canadá, pero aseguró que su gobierno mantiene el compromiso de frenar cualquier flujo ilegal.
4. Relajamiento y bromas sobre “fusión”
Al cierre de la reunión, Trump retomó su propuesta simbólica de una “fusión” entre ambos países, descartando la palabra “anexión”.
Carney reaccionó con una sonrisa y evitó desarrollar la idea, a diferencia de encuentros anteriores donde respondió directamente.
Ambos mandatarios optaron por mantener un tono cordial durante la rueda de prensa conjunta.
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5. Reconocimientos diplomáticos
Durante la conferencia, Carney reconoció el papel de Trump en procesos de paz recientes, como el acuerdo preliminar que busca poner fin al conflicto en Gaza.
El primer ministro canadiense no profundizó en otros temas de política internacional.
La reunión concluyó sin anuncios formales, pero con el compromiso de mantener el diálogo abierto en los próximos meses.
Con información de EFE
VGB