La presencia de líderes extranjeros en las ceremonias de toma de posesión presidencial en Estados Unidos ha sido históricamente inexistente, y cualquier intento de cambiar esta práctica podría romper con una larga tradición. Así lo señaló Thomas Balcerski, historiador presidencial de la Universidad Estatal del Este de Connecticut, en declaraciones a McClatchy News.
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No obstante, Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos está rompiendo con esa tradición al invitar a Xi Jinping, Giorgia Meloni, Volodymyr Zelenskyy y Javier Milei, este último ya ha confirmado su asistencia. En distintas ocasiones se le ha preguntado a la presidenta mexicana si acudirá a la toma de posesión de Trump, a lo que la mandataria ha respondido reiteradamente que no le ha sido enviada la invitación al evento.
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¿Por qué está prohibido invitar a jefes de estado en EU?
"Invitar a jefes de Estado al día de la toma de posesión es algo nuevo bajo el sol", afirmó Balcerski. De hecho, en el pasado, se ha prohibido expresamente la asistencia de líderes extranjeros a estos eventos. Un ejemplo notable ocurrió en 2009, cuando el Departamento de Estado envió una carta a las embajadas aclarando que, como en ocasiones anteriores, no se invitaría a delegaciones extranjeras a Washington para la toma de posesión del presidente electo Barack Obama, según reportó The San Diego Union-Tribune.
La exclusión de líderes extranjeros de estas ceremonias se basa en varios factores históricos y logísticos. Balcerski explicó que, en los primeros días de la república, las limitaciones en los medios de transporte habrían dificultado que líderes mundiales llegaran a tiempo para la ceremonia. Además, las visitas de jefes de Estado suelen implicar protocolos formales, como alfombras rojas, conferencias de prensa conjuntas y cenas de Estado, elementos que no encajan en el ambiente solemne y enfocado de una toma de posesión presidencial.
"El día de la toma de posesión no se daría ese trato. Quizás por eso los líderes extranjeros han reservado sus visitas para una ocasión posterior", comentó Balcerski. Esto permite que las visitas oficiales se lleven a cabo en un entorno más adecuado para el protocolo diplomático y la creación de acuerdos bilaterales.
Aunque la tradición ha mantenido este evento como una celebración puramente nacional, la posibilidad de invitar a dignatarios extranjeros podría ser vista en el futuro como un gesto simbólico de unidad global. Sin embargo, por ahora, la toma de posesión seguirá siendo un evento centrado en el pueblo estadounidense y en la transferencia pacífica del poder.