Era 2019, el primer año de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador y el tercero del primer mandato de Donald Trump en Estados Unidos. México enfrentaba un flujo inusual de migrantes centroamericanos, sudamericanos y de otros países, tanto que se registró la primera caravana migrante que atravesó el país.
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Además, el gobierno mexicano otorgó miles de visas humanitarias, lo que aumentó el flujo migratorio en la frontera con Estados Unidos y Trump lanzó la amenaza.
El presidente de EU amenazó a México con aplicar 25% de aranceles a las exportaciones mexicanas si no se detenía el flujo migratorio y aceptaba a los migrantes que no dejarían entrar a la Unión Americana. Así lo recuerda en entrevista con La Silla Rota quien precisamente fuera secretaria de Gobernación durante el mandato de López Obrador, Olga Sánchez Cordero.
De entrada, México no aceptó las propuestas del gobierno trumpista, presentadas por su secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, como la de recibir a los migrantes deportados en distintos puntos de los seis estados fronterizos, al final la amenaza arancelaria hizo que el presidente López Obrador acordara que los migrantes fueran devueltos de Estados Unidos a México, y que se suspendiera la visa humanitaria que inicialmente se entregó a quienes pasaban por México en camino a EU, lo que significó un cambio en la política de migración, reconoce Sánchez Cordero.
“El presidente dijo vamos a cooperar. Vamos a tener una colaboración con los norteamericanos, nosotros no podríamos con 25% de aranceles, no obstante que la relación del presidente Trump continuó magnífica con el presidente López Obrador”, asegura la también ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
-Al final, al paso de los años diría usted que se cedió o…
-No hablo de ceder, porque no, se colaboró y cooperó para disminuir la entrada ilegal de migrantes a los Estados Unidos-, dijo Sánchez Cordero.
Cambio de política
Entrevistada en su oficina, la actual diputada por Morena comparte parte de lo que vivió ese año. Su intención de dar una política humanitaria a los migrantes, su trato con la secretaria de Seguridad, Kirstjen Nielsen, a quien veía como su hija, por su edad, y sus impresiones sobre Trump y sus paralelismos con López Obrador.
Recuerda que ante el flujo migratorio y sabiendo que muchos migrantes huyen de la violencia de sus países, por condiciones de pobreza o desplazamiento incluso climático, y atendiendo la convención de Marrakech en la materia, que busca que la migración sea segura, regular y ordenada, fue que México comenzó a darles atención y expidió visas humanitarias.
Muchos de estos migrantes sí se quedaron en México, pero la mayoría quería llegar a la frontera con la visa humanitaria. Entonces se disparó el ingreso de la población migrante en la frontera de 14 mil a 130 mil
“Trump pone el grito en el cielo con toda la razón porque el número de inmigrantes aumentó tres o cuatro veces”, admite Sánchez Cordero.
El mandatario estadounidense encomendó entonces a su secretaria de Seguridad, Kirstjen Nielsen negociar con Sánchez Cordero el freno a los migrantes.
Cercanía con Kirstjen Nielsen
Sánchez Cordero comparte que tuvo buena relación con Nielsen.
“Era como una hija porque mis hijos eran mayores que ella, ella no llegaba a 45-47 años, mis hijos tenían arriba de 50. Era una muy joven funcionaria”.
Nielsen sí era dura en la negociación, pero a la entonces secretaria de Gobernación le ayudó su experiencia y su carrera.
“Cuando ella me plantea que retornen a México para esperar la decisión final de las cortes norteamericanas para el asilo o el refugio, le dije, fueron muchas horas de platicar con ella, no tenemos la infraestructura para recibir aquí a todos los migrantes, ni ellos la tenían.
“Le dije que no puedo tener infraestructura en la frontera para recibirlos. Entonces ella me dijo: ‘es que traen visa humanitaria’”, explica Sánchez Cordero.
Nielsen replicó entonces que eso obligaba a México a recibirlos.
“Era cierto de que pudieran quedarse regular, segura y ordenadamente en el país”, reconoce.
Estados Unidos quería enviar a migrantes a diversos puntos de la frontera
Pero no todos los migrantes contaban con ese documento y menos cuando se suspendió la expedición de la visa humanitaria al comenzar las negociaciones entre ambos países. El énfasis de la funcionaria estadounidense fue que de todos modos pasaban por México.
El gobierno de Estados Unidos pedía puntos de entrada a México desde Nogales, Monclova, Colombia (Nuevo León), Piedras Negras, Allende, Nogales y Tijuana, pero a eso se opuso la entonces secretaria de Gobernación,
Nielsen le dijo a Sánchez Cordero que ella debía llevarle una respuesta al presidente Trump.
“No sé si entendió, pero yo me sostuve por una razón muy sencilla. Al final se acordaron nada más dos puntos de entrada que eran para nosotros los menos complicados debido a la infraestructura que podíamos nosotros otorgarles, en Chihuahua que sí teníamos infraestructura, y en Baja California.
“Nada más, obviamente, le dije: ‘en Tamaulipas no te puedo dar ninguna, ni las quiero por el grave riesgo que corrían los migrantes, pues ya habíamos tenido la matanza de San Fernando”.
Nielsen salió del gobierno de Trump por no cumplir con lo ordenado por el presidente de Estados Unidos. Sin embargo, la presión siguió y México debió aceptar a los migrantes para evitar el alza a las tarifas arancelarias.
La funcionaria estadounidense contó a periodistas que Trump exigió que hubiera seis puntos de entrega de deportados, y que si no cumplía la encomienda sería despedida. En abril de 2019 el presidente anunció vía Twitter que la había cesado.
López Obrador no dejaba de pensar en las amenazas de aranceles porque su contraparte lo dijo con todas sus letras y al final transigió.
“Lo que pasa es que el presidente Trump primero dijo va a haber 5, 10, 15, 20 y hasta 25% de aranceles y el presidente López Obrador nos dijo ‘es que está una economía con 25% de aranceles, va a ser un golpe durísimo para la economía mexicana. Entonces por eso es por lo que empezamos a colaborar con los norteamericanos y a cooperar con ellos en la frontera sur”.
Cambió la política migratoria
Sánchez Cordero sostiene que López Obrador tuvo una política humanitaria hacia los migrantes.
“Sí te quiero decir, porque eso sí me tocó, es que el presidente tenía una política muy clara y humanista con los migrantes en la primera etapa”.
Se le pregunta si cuando se decide cooperar con Estados Unidos para contener el flujo migratorio cambia la política migratoria.
“México tiene otro tipo de cooperación, no diría cambia la política migratoria, simplemente tiene otro tipo de cooperación”, responde.
-¿Cómo se traduce eso?
-Ayuda a que no llegaran tantos, para ellos ilegales, para nosotros irregulares, tanta población migrante a la frontera norte.
Paralelismos entre Trump y López Obrador
La exsecretaria de Gobernación no ve diferencias entre el Trump de 2019 y el actual. “Es fue y será Trump. No hay más que decir que él es así, pero está haciendo cosas que llaman mucho la atención”.
Las diferencias con su primer mandato estriban en que “llegó a echarle toda la carne asador y se puede decir coloquialmente en este segundo mandato, nunca hubiera pensado, aunque Trump es Trump, que se hubiera salido de la Organización Mundial de la Salud”.
-Algo que usted quiera agregar sobre este tema de Trump.
- Trump también como el presidente López Obrador. Es un presidente muy nacionalista.
- ¿Se parecen?
-Son nacionalistas los dos, sí. Les hablan directamente a sus bases electorales. Se comunican con sus bases electorales directamente, no se comunican a través de medios tradicionales. Arrasaron en las votaciones. Entonces uno es de derecha, otro es izquierda y son vecinos, pero atienden a su población.
- ¿Ve en desventaja a México?
-Todo depende de la negociación.