La política de seguridad y prevención del gobierno federal ha sido insuficiente para abordar el aumento constante de venta de drogas por parte del crimen organizado en las escuelas públicas, secundaria y bachillerato, principalmente, así como para hacer frente a la adicción de drogas como el cristal entre el alumnado, considera el académico Claudio Lomnitz.
En entrevista exclusiva con La Silla Rota, Lomnitz expone que cuando Andrés Manuel López Obrador arribó a la presidencia de la república la expectativa que se generó es que implementaría una política de justicia transicional, que incluiría entre otras, una reconciliación nacional, una fórmula de paz, una nueva definición de justicia, pero nada de esto sucedió.
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“En este sentido, si la medida del éxito sería construir una paz a través de reconocer en los actores beligerantes sus intereses para pasar a un proceso de desarme y pacificación, eso no sucedió, y en ese sentido es una política totalmente fracasada”, explicó en el programa Charlas con La Silla.
La entrevista con el antropólogo se hizo a propósito de la presentación de una investigación que ha encabezado en los últimos dos años en el estado de Zacatecas. La ponencia se intituló “Adicción y Traición”, como parte del ciclo “Teología Política del Crimen Organizado", donde reveló datos preocupantes sobre el aumento en el consumo de metanfetaminas como el cristal, entre los jóvenes estudiantes.
¿Funcionó la política de abrazos no balazos?
Interrogado sobre la si funcionó o no la política gubernamental, conocida como "abrazos, no balazos", el antropólogo en realidad solo se trató de una frase pegadora, que rima, pero que en realidad no transmitía nada respecto a qué significaba eso: "¿Abrazos para quién, balazos para quién?", se pregunta él mismo.
Lomnitz argumentó que la estrategia, que en teoría busca reducir la violencia mediante el diálogo y programas sociales, ha fallado en ofrecer una solución concreta y efectiva frente al narcotráfico y la adicción. La falta de una estrategia consolidada y la ausencia de medidas preventivas adecuadas han permitido que los cárteles continúen operando con impunidad, explicó.
Uno de los problemas cruciales que destaca Lomnitz al hablar del estudio que encabezó y que se centra específicamente en Zacatecas, sin que esto signifique que sea una práctica a nivel nacional, aclara, es la falta de un registro formal y exhaustivo de los casos de adicción y violencia en las escuelas.
“La información disponible es fragmentada y no refleja la magnitud del problema. Este vacío de datos impide una comprensión completa del fenómeno y dificulta la implementación de políticas más efectivas”, explica.
La adicción ha provocado aniquilación de jóvenes
En el estudio realizado por Lomnitz, se revela que muchos jóvenes adictos al cristal han sido asesinados en las últimas dos décadas, pero estos casos rara vez son registrados como parte de la problemática de las drogas. Los maestros y directivos de las escuelas a menudo se enfrentan a la impotencia al ver cómo sus alumnos son atrapados en un ciclo de adicción y violencia sin que se tomen medidas adecuadas para abordar el problema.
La crítica de Lomnitz se dirige también hacia la forma en que el Estado ha manejado el fenómeno. La falta de una respuesta coordinada y efectiva ha permitido que los cárteles mantengan su presencia y control en las comunidades escolares. La ausencia de una estrategia robusta para enfrentar el tráfico de drogas y la adicción en las escuelas es evidente en los testimonios y datos recogidos en su investigación.
El antropólogo también cuestiona la política de programas sociales del gobierno como solución al problema. Aunque la idea de proporcionar apoyo económico y social a las comunidades afectadas es válida, Lomnitz sugiere que esta no aborda la raíz del problema: la infraestructura del narcotráfico y su influencia en las comunidades jóvenes.
Para resolver la crisis de adicción al cristal, es necesario un enfoque integral que incluya no solo medidas de prevención y tratamiento, sino también una estrategia clara para desmantelar la red de narcotráfico que afecta a las escuelas.
¿Cómo operan los narcos en las escuelas?
Según su investigación, los cárteles de drogas han desarrollado métodos cada vez más sofisticados para infiltrar sus productos en las instituciones educativas, especialmente en los niveles de secundaria y preparatoria.
Lomnitz explica que los cárteles han utilizado a jóvenes de entre 12 y 14 años como distribuidores de cristal dentro de las escuelas, ofreciendo incentivos económicos y métodos de venta agresivos que atrapan a los estudiantes en un ciclo de adicción.
Los datos recabados por Lomnitz muestran que, en Zacatecas, la adicción al cristal ha tenido un impacto devastador en los jóvenes. Los cárteles no solo venden la droga, sino que también la distribuyen junto con productos de consumo cotidiano como papitas y cacahuates, facilitando así su acceso. Además, la violencia asociada con el control territorial ha llevado a un aumento significativo en los asesinatos de jóvenes en estas áreas, exacerbando aún más la crisis.
Para enfrentar esta crisis, es imperativo que se implementen políticas más rigurosas y coordinadas, y que se reconozca la magnitud del problema para ofrecer soluciones adecuadas y sostenibles.