Para la atención de las necesidades de salud de la población que no cuenta con seguridad social, se requiere menos del 1% del Producto Interno Bruto (PIB). Este cálculo es un mínimo, toda vez que de dejarlo así mantendría las mismas carencias (de todo tipo) que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por lo cual es necesario incrementar el presupuesto actúa, señaló Judih Senyacen Méndez.
La investigadora del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) mencionó que el IMSS-Bienestar nació con mayores retos que el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), y al igual que éste carece de una fuente sostenible y suficiente de recursos.
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“Para la atención de las necesidad de salud en la población sin seguridad social se requiere al menos el 1 % del Producto Interno Bruto (PIB) adicional. Este cálculo es un mínimo ya que mantendría las mismas carencias en atención que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) pero es un acercamiento de las necesidades presupuestarias. Es indispensable reconocer que, para lograr que todas las personas tengan acceso a los servicios de salud y ampliar el paquete de servicios para este sector de la población, se requiere incrementar el presupuesto actual", detalla la investigadora en el documento denominado "IMSS Bienestar: Estimación del impacto presupuestario".
Y es que en México el sistema de salud está fragmentado y se compone de subsistemas: para los trabajadores del Estado, es el ISSSTE; para empleados de empresas particulares IMSS, y ahora el IMSS-Bienestar para las personas sin seguridad social, además de los servicios de salud de las Fuerzas Armadas y de Pemex, esto de acuerdo con un estudio del CIEP.
El Centro sostiene que el IMSS-Bienestar se crea sin una fuente sostenible y suficiente de recursos, con el 28% de la población con carencia por acceso a los servicios de salud y con un saldo en el Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi) de 79 mil 116 mdp.
“No vemos recursos que se hayan invertido en el Insabi, el dinero no fue tirado a la basura sino que no hubo resultados”, menciona en entrevista con La Silla Rota, Judith Méndez, coordinadora de salud y finanzas públicas del CIEP.
Explica que México invierte menos de la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) y menciona: “de 2018 a 2024 lo que vemos es que la inversión pública en el sector salud era en 2018 2.4%, para 2024 se aprueban presupuesto de 2.9%. Esto querría decir que hay una diferencia de alrededor de medio punto del PIB, la promesa de este gobierno fue aumentar en un punto del PIB la inversión en el sector salud, pero más allá de que sí se haya visto un aumento, que no alcanza a compensar la brecha y el gran déficit, que ya se tenía de otras administraciones, es importante aquí mencionar que a pesar de que hubo de un aumento no tan significativo esto no se vio reflejado en un aumento en la atención al contrario, lo que vemos es un aumento en el gasto de bolsillo”.
Uno de los planes más ambiciosos de este sexenio era lograr la cobertura universal, la cual se realizaría a través del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), pero en el abril del 2023 se anunció su extinción y el 15 de marzo de 2022 el gobierno federal señaló que buscarían la federalización de los servicios de salud a través del modelo IMSS-Bienestar y el encargo se le dio a Zoé Robledo, el director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que este jueves fue ratificado por la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum.
¿Cómo va el IMSS-Bienestar?
Zoé Robledo recién informó que al 28 de junio pasado, son 9.5 millones de personas beneficiarias de IMSS-Bienestar, el cual opera en 23 estados para brindar servicios de salud gratuitos. El funcionario resaltó que, para la integración del padrón fue fundamental el trabajo conjunto con la Secretaría del Bienestar y los mandatarios de Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Chiapas, Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas, las entidades que ya se sumaron al programa.
Robledo detalló que 164,000 registros se realizaron en módulos de afiliación; 559,000 mediante autorregistro en línea y 8.9 millones al cruzar bases de datos de Programas de Bienestar.
No era algo nuevo pero sí con otro propósito
El programa IMSS-Bienestar no es nuevo pero sí tenía un propósito distinto, cabe mencionar que surgió en 1979 como IMSS- Coplamar mediante la firma de un convenio entre el IMSS y la Coplamar para extender los servicios de salud a grupos de población en condición de pobreza y marginación extrema. A lo largo de su historia, se ha conocido como IMSS-Solidaridad, IMSS-Oportunidades, IMSS-Prospera y finalmente, IMSS-Bienestar (IMSS 2019).
IMSS-Bienestar hasta el año 2022 era un programa que otorgaba servicios médico-preventivos y de promoción a la salud a más de 11.7 millones de personas de comunidades rurales en 20 entidades (IMSS 2021). Sin embargo, en 2020, 3.4% de la población, 394 mil personas se reconocían como beneficiarias de este programa (INEGI 2021).
Ahora el IMSS–Bienestar pretende culminar la promesa del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, que apuntó a universalizar los servicios de salud y otorgar la atención médica a toda la población sin importar su filiación por su empleo, a pocos meses de acabar el mandato del presidente, sólo 23 estados de los 32 se han adherido al IMSS–Bienestar, no obstante la ratificación de Zoé Robledo podría apuntar a concluir en el siguiente sexenio la universalización de los servicios de salud.