La mayoría que obtendrá Morena en las cámaras de Diputados y de Senadores para la LXVI Legislatura del Congreso de la Unión, abre la puerta para que antes de que el presidente Andrés Manuel López Obrador deje el Poder Ejecutivo, impulse en septiembre la aprobación de las reformas constitucionales que propuso el 5 de febrero de este 2024, las cuales incluyen la reforma al Poder Judicial y la electoral.
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Ello podría traer ventajas o desventajas para quien se convertirá en la próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum, consideraron los analistas politólogos Víctor Alarcón y Gustavo López Montiel.
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Con los resultados de la elección en la que Morena y sus aliados obtuvieron más de la mayoría legislativa en la Cámara de Diputados y que casi la alcanza en el Senado, se aplana el camino para el llamado Plan C, en específico para aprobar la reforma judicial y electoral, que fueron rechazadas con la actual conformación legislativa, explicó Alarcón, quien es académico y experto en sistemas electorales y parlamentarios.
El politólogo dijo que el camino es más fácil en la Cámara de Diputados que en la de Senadores, aunque en esta última tampoco será tan complicado.
“De todos modos el propio presidente López Obrador en el mes que le quede o cuando inicie la Legislatura 66, él y sus partidos aliados tendrán esta opción de impulsarlas antes de que él se vaya, de aprobarlas y con eso darle un cierre a su gestión”, avizoró.
“Quizá con eso sería dejarle la mesa limpia a Sheinbaum para que entre con un esquema relativamente cerrado. Que ella tenga la posibilidad de abrir un sexenio con una agenda propia, que en todo caso sería más bien implementar estas reformas para un primer año de gestión y que le gane a un margen de maniobra, operar y dar continuidad a lo que ella misma ha dicho, que no tiene ninguna intención de modificar o de dar ningún otro tipo de giro a lo que se ha venido haciendo hasta ahora”, explicó Alarcón.
López Montiel coincidió en que el presidente López Obrador podría impulsar las reformas constitucionales e incluso buscar la aprobación de las constitucionales en los estados. Pero a diferencia de Alarcón, dijo que la aprobación de las reformas pudiera representar una camisa de fuerza para Sheinbaum pues es una manera de imponer una agenda antes de que llegue a gobernar.
“El presidente le está poniendo la agenda desde antes y no únicamente eso, sino como ganaron muchos de los grupos duros de Morena, entonces ellos serán los primeros que van a estar presionando a Sheinbaum para poder hacerle honor a la agenda del presidente y eso va a ser lo complicado, la forma en la que se establezca la relación entre el presidente, ella y los demás grupos de Morena”, consideró el profesor de Ciencia Política en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey.
Una situación que podría ser interesante es que ella hiciera cambios en las iniciativas que se enviaron o a plantear puentes de negociación con los partidos de oposición para generar reformas con un apoyo más amplio y no únicamente reformas de Morena, lo cual no necesariamente necesita.
“Si lo hace, podría ser visto como una presidenta que está generando precisamente esos acuerdos, pero de entrada es una agenda que no es la de ella y que al final el presidente le está imponiendo y que ella tendría eventualmente que seguir”, remarcó.
Una mayoría como no se veía desde hace mucho
Los resultados de este 2 de junio recuerdan a lo que ocurrió durante la votación de 1994, cuando en la LVI Legislatura todavía el PRI tenía más de la mitad de los diputados federales, o incluso la mayoría aplastante del PRI en 1976, cuando sólo hubo un candidato a la presidencia, José López Portillo.
Pero el caso más similar es el de 1994, cuando ya había 500 diputados y 128 senadores.
En la LVI Legislatura, en 1994, el PRI obtuvo en la Cámara de Diputados 300 legisladores, mientras que sus adversarios de entonces, el PAN, el PRD y el PT obtuvieron 119, 71 y 110.
En 2018, Morena logró 252 diputados, su aliado el PT 44 y el PES 23, con lo que sumaban 319. El PVEM compitió ese año solo pero al inicio de la legislatura LXIV ofreció aliarse con Morena. El ahora dirigente de Morena, Mario Delgado, en campaña contó que cuando le ofrecieron esa alianza, lo dudó inicialmente, pero al final aceptó, lo que le valió 11 diputados más, con lo que alcanzaron la cifra de 330 curules.
¿A cuántos llegarán?
En el Senado en 2018 Morena obtuvo 59 escaños, el PT 6, el PES 5, y su entonces reciente adhesión el PVEM otros 5. El PAN logró 24, el PRI 18, el PRD 6, Movimiento Ciudadano 8 y sin partido hubo 1.
Este 3 de junio, la secretaría de Gobernación, Luisa María Alcalde, informó que de acuerdo con los resultados preliminares, Morena obtendrá 243 diputados por Morena, el Partido del Trabajo 48 y el Partido Verde Ecologista de México 74, lo cual significa una mayoría calificada -que se consigue con 334 diputados. Entre las tres fuerzas sumarían 365 diputados.
“Es decir, de dos terceras partes, como sabemos, una mayoría calificada, lo que implica es la posibilidad de llevar a cabo reformas constitucionales”.
En el caso del PRI, en la elección obtendría cerca de 34 diputados; el PRD, 2; el PAN, 72; Movimiento Ciudadano, 26 y los independientes, uno, para dar el total de 500 diputados y diputadas.
En el caso de la composición de la Cámara de Senadores, los cálculos son que habrá 60 senadores para Morena, 8 para el Partido del Trabajo, 14 para el Partido Verde, 17 para el PRI, dos para el PRD, 22 para el PAN y cinco por Movimiento Ciudadano, para dar un total de 128 senadores y senadoras.
Sobre esta aplanadora de Morena y sus aliados en el Congreso, López Montiel consideró que no se había visto esto.
“Más aún ahora con la estructura de gobernadores y gobernadoras, Morena se hace de dos gobiernos estatales más y hay estados que buscan ganar en el futuro, como Querétaro o Guanajuato en el que Sheinbaum ganó con la candidatura a la presidencia. No ganaron en términos de los municipios pero sí en la presidencia”, expresó el académico.
Los márgenes de maniobra para la oposición
Así como están las tendencias, Morena y sus aliados tendrían la mayoría calificada e incluso quedarían sobrados, mientras que en el Senado les faltarían dos o tres senadores, analizó López Montiel, pero para conseguirla podrían recurrir a perredistas que se pueden pasar a Morena y así incrementar a su grupo parlamentario.
“Ahí ya tendría la mayoría calificada, si no, tendría que negociar de manera individual con senadores afines de otros partidos y a cambio de prebendas, que puedan aprobar el voto, particularmente en las iniciativas que el presidente dejó pendientes a la legislatura que está terminando e incluso podrían pasar también la parte de los congresos locales, porque una parte importante de ellas son reformas constitucionales”, añadió.
Por su parte, Víctor Alarcón consideró que hay que seguir la pista a algunos de los actores políticos de la oposición, como son los dirigentes del PAN y del PRI, Marko Cortés y Alejandro Moreno, respectivamente, quienes seguramente por los resultados obtenidos en la elección serán llamados a cuentas por la militancia de partidos y eso incidirá en la renovación de sus dirigencias.
Otro personaje para seguir es el excandidato presidencial, el panista Ricardo Anaya, quien volvería al Senado.
Alarcón también pronosticó que en algunas votaciones Morena podría hacer uso de legisladores de la oposición, o que incluso Movimiento Ciudadano se acerque a la mayoría.
“En el caso del Senado, la oposición pudiera todavía tener algún nivel de contención, aunque lo veo muy difícil, dada la cantidad de diputaciones y de senadurías que adquirió Movimiento Ciudadano, al que veo con una mayor proclividad y disponibilidad para generar una agenda de diálogo por separado a la que pudieran tener el PRI y el PAN, dado que los indicios nos dicen que el PRD es prácticamente un hecho de que perderá el registro”, explicó Alarcón.
También previó que destacarán algunos cuadros en ambas cámaras ante la necesidad de generar pactos con la oposición o incluso con facciones dentro de Morena, que buscarán algo a cambio del apoyo que dieron durante las elecciones que llevaron al triunfo de Claudia Sheinbaum.
“Veremos a las personas cercanas a Ricardo Monreal, a Marcelo Ebrard. La gente también allegada a Adán Augusto López, que aunque es el que menos logró colocar gente afín en los listados, pero esta combinación de tener que lidiar con diferentes grupos que seguramente tratarán de cobrar la factura lo más alto posible por el aporte que hicieron a la campaña.
“Ya sea el Partido Verde y las facciones internas de Morena pues eso también va a ser un reto muy interesante para ver qué tanto efectivamente esa disciplina parlamentaria no se convierta en inmovilismo parlamentario y que entonces eso sea un aspecto que repercuta negativamente en la propia capacidad de gestión del oficialismo”, concluyó.
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