SENADO DE LA REPÚBLICA

“Llegan migrantes al Senado”, por primera vez se ocupará un escaño en cámara alta

Karina Ruiz es la primera mexicana migrante que ocupará un lugar en el Senado mexicano. Llega por la vía plurinominal y abanderada por Morena, pero ella asegura que va por la búsqueda de beneficios para quienes tuvieron que dejar México

Karina Ruiz
Karina RuizCréditos: Especial
Escrito en NACIÓN el

Tras recorrer un camino jurídico que permitió la creación de ‘acciones afirmativas’, la comunidad de mexicanos en el exterior avanza para posicionarse en el Congreso de México. Se logró la figura de diputado migrante a nivel federal y en congresos locales, pero ahora, se contará con un escaño en el Senado de la república, desde donde se peleará para que a los mexicanos en el exterior no solamente se les vea como una remesa, también como gente que tiene necesidades, las cuales, desde México se pueden solventar.

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Karina Ruiz llegó a Estados Unidos cuando tenía 15 años, siendo una adolescente. Junto con sus padres desde Tlalnepantla atravesó México hacia el norte y cruzó la frontera con el sueño de trabajar un año, hacer dinero, volver a su tierra natal y poner un negocio.

Pero a 24 años de eso, sigue en Estados Unidos, en Phoenix, Arizona, y ahora se convirtió en la primera senadora mexicana migrante que ocupará un escaño en la Cámara Alta en México.

“Cuando yo digo eso en espacios donde hay comunidades migrantes, a muchos les resuena este mensaje porque era la idea de muchos, trabajar, juntar dinero y regresar a nuestro México lindo y querido. Al paso del tiempo la frontera se fue cerrando más y ya se hizo difícil que las personas regresáramos o como yo, que me quedé con mis padres y de verdad arriesgamos nuestra vida cruzando esa frontera y no quisimos retornar porque ya no íbamos a poder volver”, recuerda.

Karina Ruiz ahora tiene 3 hijos y el mayor, de 22 años, también engendró tres, por lo que ya es una feliz y orgullosa abuela.

“Me hice abuelita esperando una reforma migratoria, una legislación en Estados Unidos que nos hubiera dado el camino a la ciudadanía. De hecho, por eso nos dicen ‘dreamer’, por esta legislación que se quedó estancada en el Congreso, primero en la Cámara de Representantes y luego en el Senado estadounidense y no ha podido ver la luz del día para convertirse en ley y seguimos luchando por eso. Ahora la lucha va a ser en ambos lados de la frontera”, dice quien se convertirá a partir de septiembre en la primera senadora migrante en México.

La próxima legisladora conoce la problemática y dificultades de los paisanos que viven en Estados Unidos. Estudió en Arizona la universidad. Es una de los miles de migrantes que se convirtieron en dreamers, jóvenes inmigrantes que soñaban que podían convertirse en ciudadanos estadounidenses gracias al Act Dream, un proyecto legislativo que nació en 2001 pero que no ha terminado de cuajar.

También es beneficiaria de Daca, un programa creado en 2012 que brinda protección contra la deportación a las personas que arribaron a los Estados Unidos cuando aún eran menores de edad. Un programa que Donald Trump amenazó con eliminar, por lo cual Ruiz apoda al ex presidente, ‘el innombrable’.

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Ruiz vive de manera directa e indirecta los efectos de la falta de la reforma migratoria. Debido a ello, su madre continúa como irregular y carece de acceso a un sistema de ahorro para el retiro. Y sabe que miles de personas a causa de su situación migratoria no pueden cruzar la frontera para ver a sus familias, a veces para despedirse de sus seres queridos.

Pero además percibe que las autoridades de México no brindan la atención a los mexicanos en el exterior. Un ejemplo fue lo ocurrido apenas el pasado 2 de junio, cuando la copiosa participación de quienes buscaban votar desbordó algunos consulados.

“No se trató con dignidad a los mexicanos que buscaron votar en el exterior”, critica.

Por eso ella se compromete a representarlos ante el Senado Mexicano.

“El reto será sensibilizar a los mexicanos en México que los retos de quienes viven en el exterior no son los mismos. No llego yo, son todos los migrantes”, expresa.

“Somos vulnerables, no tenemos representación y tenemos necesidades”, enfatiza.

 

Nos han tenido muy olvidados

De padres oaxaqueños, nacida en Tlanepantla, Estado de México, Ruiz manifiesta su felicidad por resultados obtenidos en la elección del pasado 2 de junio.

“Es histórico que tenemos a la primera mujer presidente -Claudia Sheinbaum- y también a la primera senadora mujer migrante. Estoy muy contenta”, comenta a La Silla Rota.

 

- ¿Por qué es importante que los mexicanos en el exterior tengan una representante?

-Porque no existe en el Senado esta representación. La realidad es que tenemos vivencias, experiencias y necesidades que son únicas desde el exterior y no tenemos a nadie ahorita que abogue por nosotros. En la Cámara de Diputados sí existe esta figura, había 11 en esta legislatura. Vemos que va a incrementar un poquito el número ahí en la siguiente legislatura porque Oaxaca y otro estado incluyeron la diputación migrante, pero es insuficiente. Nos han tenido muy olvidados.

 

- ¿Qué necesidades tienen?

-Para empezar los consulados. Han avanzado, pero no tienen suficiente capacidad. Eso tiene que ver con el presupuesto. Para atender a la cantidad de mexicanos en el exterior, se habla de que son entre 38 y 40 millones y con 53 consulados en Estados Unidos que es donde se concentra la mayoría, es insuficiente para que ellos puedan atender y nos puedan brindar un tipo de protección, especialmente en lugares como Arizona, Texas, Florida, en donde estamos viendo estas leyes antiinmigrantes que nos están empezando a perjudicar.

Ruiz plantea que para quienes no tienen acceso a un fondo de retiro, como su mamá, la pensión del Bienestar para Adultos Mayores sería muy útil.

“Así como mi mamá hay muchos adultos que de verdad necesitan esta ayuda y que por ser mexicanos deberían de tener”.

Añade tópicos como el de la educación y que los niños mexicanos en el exterior no pierdan su lengua materna, incrementar los intercambios de estudiantes de origen mexicano y que vayan a México y los mexicanos, no solo de escuelas privadas sino también de escuelas públicas, que tengan la oportunidad de ir a Estados Unidos a estudiar.

 

El voto en el extranjero

Incluso se requieren apoyos en materia de salud, pues en los estados más conservadores y de políticas antiinmigrantes más recalcitrantes, ese derecho es negado. También busca apoyar a los mexicanos que retornan a su tierra, pero se topan con la indiferencia de las autoridades. Y que haya la oportunidad de ejercer el voto en el exterior, recalca.

“La verdad fue frustrante y devastador ver que no se les trató a los mexicanos en el exterior con la dignidad, el respeto y la atención que se les debía haber dado para que pudieran ejercer su derecho al voto.

“El INE no estaba preparado. A Arizona llegaron con cinco computadoras, imagínate, no pensaban que se iba a desbordar el número de mexicanos, que íbamos a salir por miles en Estados Unidos a ejercer ese derecho del voto y no se promovió la credencialización, el voto electrónico y el voto postal, lo suficiente”.

 

No sólo somos remesas

La próxima senadora migrante explica cómo comenzó su vida de activista. Lo hizo cuando en Arizona se aprobó una ley que le triplicó el costo de su colegiatura en la universidad. Ahí comenzó a contactar a personas relacionadas con la política y a aprender sobre el tema en Estados Unidos y se convirtió en una luchadora social.

Aunque tardó 12 años en terminar su licenciatura en bioquímica, ahí se dio el germen de su activismo. No ejerció de bioquímica. Se convirtió en directora de una organización sin fines de lucro, cargo que deberá dejar para entregarse a su labor como senadora, que le va a cambiar la vida.

 

- ¿Qué representa para usted ser la primera senadora migrante y gracias a una acción afirmativa?

-Para mí es muy importante y un honor representar y llevar esa faceta de nuestra comunidad migrante. Yo sé que hubo personas que estuvieron luchando para que se abriera este espacio en el Senado porque pues hacía falta, responde.

“No solo somos remesas, que son las contribuciones más importantes que tiene México. Somos mexicanos que salimos de México, pero México nunca ha salido de nosotros. Tenemos familiares, todavía tenemos deseos de regresar algún día, deseos de invertir quizás en México. Nos importa lo que está pasando allá, pero también que se nos atiendan esas necesidades.

“Nos da esa oportunidad de elevar nuestras voces y también desde México hacer lo propio para dialogar con nuestros homólogos estadounidenses y decir bueno, cómo trabajamos juntos para resolver el tema de la reforma migratoria, porque no solo podemos ser socios comerciales”.