Tras cinco años fuera del escenario político, público, Alejandra Barrales reaparece en color naranja para tratar de llegar al Senado de la República e impulsar la candidatura Jorge Álvarez Máynez, de quien, dice, ya cambió el proceso electoral.
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Se le recuerda por haber sido presidenta del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y candidata, en 2018, a la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México de la mano de su entonces instituto político y en coalición con el Partido Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC).
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Ella es conocedora de la Ciudad de México. Ahora, va en el número uno de la lista nacional para entrar a la Cámara Alta, y desde ahí, trabajar por la capital del país.
Se siente fortalecida porque MC, a decir de ella, es muy visible actualmente. La elección ha cambiado porque su compañero presidenciable ha movido a jóvenes e incluso a menores de edad, aunque éstos últimos no votan.
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“Yo creo que hoy estamos cambiando la elección. La elección ya se pensaba entre dos, se pensaba que nada podría suceder y bueno, hoy hay una discusión, todos los días están hablando de Máynez, se está hablando de Movimiento Ciudadano”, comenta en entrevista con La Silla Rota.
Alejandra Barrales no es ajena a los procesos electorales, y sabe también lo que es competir de manera interna en partido político, para alcanzar una candidatura. Vivió el apogeo del PRD, para su selección de candidatos.
Tiene claridad en que su compromiso es con la Ciudad de México, y que, pese a su distanciamiento durante cinco años, no se desconectó ni de la capital del país, ni de la política. De ahí que hoy busque llegar al Senado, para ocupar el escaño que corresponde a lo que se conoció como el Distrito Federal.
Cuestionada sobre el por qué regresa a la política de la mano de Movimiento Ciudadano, Barrales asegura que el partido naranja está dispuesto a romper paradigmas, protocolos, prácticas tradicionales que se mantienen.
“Y bueno, después de todos estos procesos, sobre todo cuando me preparé para esta elección del 2018, tuve la oportunidad de confirmar una vez más que muchos de los problemas de la ciudad y del país se podrían resolver si nosotros hiciéramos política a largo plazo, si no estuviéramos reinventando el país o la ciudad cada seis años o cada tres años, a veces dependiendo si es alcaldía o de lo que se trate, pero estamos repitiendo la escena, no cambiamos la forma de hacer política”, menciona.
Comenta que ha buscado las posiciones políticas desde su trabajo, conocimiento y compromiso con la ciudad. Y si bien no es autora de legislaciones importantes que colocaron a la capital del país a la vanguardia, sí ha estado detrás de diversos asuntos que protegen a los capitalinos hoy día.
Por ello, afirma, es que ahora busca una nueva manera de hacer política con Movimiento Ciudadano, desde donde insistirá en que se debe visualizar el país y la ciudad, apostarle al largo plazo, sin importar quién llegue a gobernar.
“Habrá una forma sólida de continuar con proyectos, los que le convengan a la ciudad, los que no tengan un sello personal de ningún gobernante, que realmente sean apuestas, que le sirvan al país y a la ciudad.
“El otro tema que me confirma que es aquí (en Movimiento Ciudadano), pues es un movimiento emergente, está en construcción, hay más trabajo que hacer. Sería más fácil acomodarse con los grandotes, los que ya están hechos, los que ya están en gobierno, pero aquí se puede construir, se puede llegar a los cimientos, se está apostando a una forma diferente”, expresa.
Busca llegar al sector infantil y juvenil, por tratarse de la generación inmediata y para el cual se deben crear políticas.
“Alguien que hable de los niños. Los niños no votan, no son redituables políticamente para muchos. Y hoy, en este movimiento, estamos pensando en los jóvenes, y hoy los jóvenes tiene un partido y cada vez es más el hecho de que tengan una bandera y eso me parece que es una señal muy importante en un país”, indica.
La CDMX
En un análisis que hace de la Ciudad de México, Barrales se duele de que, ‘por desgracia’, las cosas no han mejorado, al contrario, los problemas han aumentado y se han agudizado.
“Yo, en el momento en el que termina la contienda por la jefatura (de Gobierno de la Ciudad de México), hago un espacio para una distancia, replantear en esta última vuelta. Dejo una ciudad con problemas importantes en materia de seguridad, en materia de desempleo, de violencia a las mujeres y del tema de movilidad. Hay una serie de temas en los que yo estoy convencida que hay solución”, menciona.
Quien pretenda gobernar la capital del país, añade, debe tener claridad de los problemas y las soluciones. El problema, es que pasan los años y los conflictos siguen y se han agudizado.
“Seguimos hablando de la inseguridad, pero ya no de la inseguridad de andar en las calles nada más y todos estos temas hablamos de que hoy ya en esta ciudad hay fuego cruzado, hoy en esta ciudad hay balaceras, en esta ciudad ya hay desaparecidos, cosas que no estaban hace cinco o seis años y había inseguridad, pero no se conocían estos temas, atentados a candidatos en esta ciudad.
“Y yo creo que es urgente que no permitamos que esto siga creciendo. No podemos consentir que esta ciudad, se ubique como muchos Estados de la república, donde ya enseñas a los niños a tirarse al suelo porque es muy probable que haya balaceras”, añade.
Y entra a temas de protección a mujeres a través de estancias infantiles, las cuales desaparecieron; refugios para el caso de alejarse de la violencia intrafamiliar, entre otros. Todos esos temas, apuesta, desde el Senado pueden solventarse.
El poder desgasta
Al entrar al tema del PRD, Alejandra Barrales considera que al llamado partido del sol azteca el poder lo desgastó.
De la mano del perredismo, afirma, se llevó a la Ciudad de México a la vanguardia, pero se dejó de lado la autocrítica.
“Pero en el momento en el que, en el que dejamos la autocrítica, en el momento en el que entró el partido en un pragmatismo donde se empezaron a dejar de lado principios, una ideología que nos había colocado y que habíamos convencido a una ciudad que originalmente no aceptaba, por ejemplo, el matrimonio igualitario, (entre otros)”, relata.
El PRD, agrega, no tuvo la capacidad de autocrítica y entró en una disputa interna, en gran medida, por negocios personales y apuestas de distinta índole.
“El tema ya no era cómo logramos ganar la elección, sino, ya era un tema de cómo ganaba cada quien sus espacios”, comenta.
Ella misma considera que su condición de mujer no le permitió dar mayor pelea, por ejemplo, frente a Miguel Ángel Mancera, para tener la candidatura a la jefatura del Gobierno de la Ciudad de México en 2012, esto a pesar de que había mediciones internas las cuales Marcelo Ebrard conocía bien.
Cuestionada sobre por qué no figuró, incluso, en el gabinete del propio Mancera, Barrales agrega que ella conocía las reglas del juego.
“En realidad no, nunca se explicitó. No conocí el detalle. Yo simplemente conocía las reglas del juego.
“Jamás me he victimizado, pero yo creo que la condición de mujer terminaba pesando, sobre todo en aquellos tiempos, te estoy hablando de hace no sé cuántos años”, recuerda.
Dante Delgado
De su relación con el líder de Movimiento Ciudadano, Alejandra Barrales comenta que le reconoce su liderazgo y lo mira como un hombre que piensa con una visión de Estado, buscando dejar un legado para el país.
“Es un hombre que está dispuesto a jugársela, a romper estos esquemas de un partido pequeño, pues siempre es más fácil como lo hace el Verde y lo hace el PT, por ejemplo: colgarse de un partido grande, no para ver qué alcanzas de prerrogativas al ver el registro. Y Dante ha hecho apuestas contra cualquier pronóstico de decir vamos a defender una visión, un proyecto a riesgo de que pudiera no llegar”, asevera.
Ella está segura de que MC llegará a la Presidencia de la República, para ‘verdaderamente’ hacer política, de forma diferente. Se trata, explica, de una política de largo plazo que permita que se resuelvan problemas que enfrenta el país, tales como el de la inseguridad.
“Gobiernos van, gobiernos vienen, y uno hace guerra y el otro abraza; y uno da balazos y el otro no, pero el tema no se resuelve”, lamenta.
Sin embargo, Alejandra afirma que el ideal es llegar ya a la Presidencia, pero de lo contrario, el trabajo no dependerá de un resultado. Aunque, añade, se ha crecido y la elección ha dado vueltas.
“Se alcanza o no se alcance, como en mi caso, claro. Yo he trabajado para llegar a la jefatura de gobierno, pero no a partir de que llegas o no llegas, pues avientas la toalla y dices bueno, como ya no llegué allá, ya no le entro, vamos a trabajar para llegar”, asevera.
Barrales Magdaleno relata que ella pidió a Dante Delgado el apoyo para contender por una candidatura de mayoría al Senado de la República, con la única finalidad de salir a la calle y hacer campaña. La intención ha sido volver a tocar el pulso de la gente, tener contacto y regresar, así, a la vida política.
“Y estoy muy contenta, la verdad, porque son cinco o seis años de no aparecer ni en una kermés siquiera, o sea, en ningún lado, y que de repente llegues y que la gente te vea y ay, sí, claro, me acuerdo de ti.
“No todo ha sido color de rosa. Mentiría si te digo que todo mundo, no, claro, hay mucha gente que sí me llega a decir oiga, pero yo voté por usted en el PRD y ahora viene en el naranja”, menciona.
Ella cree en el proyecto que ahora abandera y considera que puede aportar experiencia, trayectoria y nombre.
El Senado
De llegar al Senado, Alejandra Barrales quiere lograr un andamiaje jurídico que obligue a mejorar las cosas en la ciudad. Se trata, añade, de pensar el país y la ciudad a largo plazo, que lo que se haga no sea para seis años, sino que garantice, por lo menos, 30 años.
“30 años en esta ciudad; qué empleos necesitamos los jóvenes, qué tienen que estudiar, qué universidades son las que hay que desarrollar para que los jóvenes se puedan insertar al empleo. Cómo vemos esta ciudad en los próximos 30 años hay que hacer ese andamiaje jurídico para que la ciudad y el país se planifiquen a 30 años”, menciona.
Pero también, incluye, hay que ciudadanizar la política, discutir con la gente lo que se hace y no depender del estado de ánimo de alguien para emprender obras.
“Mejor hacemos leyes como la que hice en la ciudad de Participación Ciudadana, de presupuesto participativo, que llegue quien llegue, aunque no les guste, pues tienen que oír a los comités vecinales”, afirma.
Por lo pronto, Alejandra Barrales Magdaleno le apuesta al Senado y llama a la ciudadanía para que revise la importancia del momento político que vive el país.
“Hay que contar con un contrapeso, un Senado con equilibrios, un Congreso que guarde equilibrios, que sepa distinguir entre a qué cosas hay que decirle que no, no podemos decirle a todo que sí como se pretende de repente, que se enojan cuando pides discutir, conocer contra propuestas. Esa es una parte importante y la otra es consenso”, finaliza.
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