“Fui muy activa desde pequeña”, así se describe de niña la científica que hoy compite por ser la primer presidenta de México, Claudia Sheinbaum, una mujer que de pequeña pasaba sus días entre clases de ballet, de música y el activismo de sus padres.
Este 30 de abril, Día del Niño, la candidata de” Sigamos Haciendo Historia” compite por la Presidencia de México a sus 61 años de edad. Y tal vez fue su infancia viendo a sus padres ser miembros activos del movimiento del 68 lo que motivó a que, a pesar de dedicarse a la academia, Claudia estuviera también en el servicio público y los movimientos sociales, como la huelga de la UNAM en 1987 y la exigencia de elecciones justas y democráticas en 88.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
Te podría interesar
Nacida bajó el cobijo de padres estrictos, como ellos mismos se describen, Claudia Sheinbaum Pardo tomó clases de ballet desde los 6 años y así lo hizo hasta que la exigencia en la escuela la orilló a tener que decidir entre la ciencia o el baile. La pequeña Claudia también tocaba la mandolina y otros instrumentos de cuerdas.
Te podría interesar
Claudia Sheinbaum es nieta de migrantes judíos y cuenta que cuando era pequeña sus padres le inculcaron a ella y sus dos hermanos a amar la tierra donde nacieron.
“Soy hija del 68”, su acercamiento al movimiento a los 6 años
Pero fue al ver a su madre, que en 1968 era profesora del Instituto Politécnico Nacional, en su activismo en el movimiento estudiantil, lo que influyó en la entonces niña, “soy hija del 68”, como ella misma lo describe.
“Esa dualidad digamos, entre la política, hacer política para transformar el mundo y particularmente nuestra realidad, nuestro país, nuestra ciudad, y al mismo tiempo este sentido académico científico fue donde yo crecí”.
La política que quiso ser maestra de jardín de niños
La candidata ha mostrado su amor por los niños en repetidas ocasiones, ya que asegura que de no haberse dedicado a la academia y la ciencia, habría sido maestra de jardín de niños.
Así lo dijo en su reunió el pasado 22 de abril donde firmó el Pacto por la Primera Infancia, para que en caso de ganar las elecciones, se comprometía a dar seguimiento a los 12 puntos de esta organización y crear políticas públicas a favor de los niños.
Durante aquella reunión realizada en el Papalote Museo del Niño, se proyectó una pequeña semblanza de la niña Claudia y cómo al ver que otros menores no tenían la oportunidad de ir a la escuela, la cambió.
En dicha proyección animada, se contaba como aquel encuentro entre la ahora aspirante a la presidencia y un niño que tenía que trabajar en lugar de estudiar la motivo a buscar ayudar a los demás.
Aquella ocasión, la candidata presidencial cerró su participación con un mensaje muy valioso para las niñas, les dijo que pueden ser lo que ellas quieran, incluso presidentas.
“Las niñas podemos ser lo que queramos ser, podemos ser ingenieras, policías, bomberas, podemos ser senadoras, diputadas, podemos ser científicas y presidentas de la República”, dijo ante un público en su mayoría infantil en aquella ocasión.
La niña que se volvió una amorosa abuela
Ahora, la mujer que busca ser presidenta es abuela, incluso, horas antes de su participación en el Segundo Debate Presidencial compartió una foto de su nieto, Pablito, que la visitaba previo al encuentro oficial.
“Claudia es una mujer, madre, hoy abuela, científica, doctora en ingeniería en energía, secretaria del Medio Ambiente, después alcaldesa de Tlalpan luego jefa de Gobierno, esa es Claudia”, así se describe la candidata en su documental.
Una de las noticias que más alegraron a la candidata presidencial fue el saber que se convertiría en abuela, lo cual celebró con un baile frente a sus hijos.