Un día como hoy, 17 de octubre de 1953 fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el decreto que modificó los artículos 34 y 35 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y reconoció los derechos ciudadanos de las mujeres, y con ello su derecho a votar y ser electas para un cargo de elección popular.
Fue durante el gobierno del presidente Adolfo Ruíz Cortines que la mujer mexicana adquiere plenitud de derechos civiles y políticos conforme a las reformas de los artículos 34 y 35 constitucionales.
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Sin embargo, este proceso fue el resultado de décadas de lucha, organización y perseverancia por parte de mujeres de todos los sectores sociales. Los derechos civiles y políticos significaron la apertura de un nuevo espacio de participación en la vida pública de las mujeres; les permitían expresar sus opiniones, valores y necesidades en las urnas. Esto no solo promovió la inclusión de un grupo demográfico hasta entonces marginado en el proceso democrático, también enriqueció la diversidad de voces, antes acalladas, en la política mexicana.
El antecedente
El movimiento por los derechos político-electorales de las mujeres en México comenzó a tomar forma desde finales del siglo XIX y principios de siglo XX, a través de personajes como Laureana Wright, Dolores Jiménez y Muro, Hermila Galindo, y Elvia Carrillo Puerto quienes fueron precursoras en la lucha por reivindicar los derechos de las mujeres y su rol en la sociedad. A lo largo de los años, el movimiento continuó hasta convertirse en una demanda importante de las primeras agrupaciones de mujeres formalmente constituidas.
Entre 1930 a 1940 se vislumbró la posibilidad real de incorporar esta demanda en la legislación nacional. En 1935, María del Refugio García y Esther Chapa fundaron el Frente Único Pro-Derechos de la Mujer (FUPDM), una organización que aglutinó a más de 50,000 mujeres de diversos sectores de la sociedad. El objetivo central del FUPDM era alcanzar el derecho al voto para las mujeres.
Este esfuerzo coincidió con la presidencia de Lázaro Cárdenas que permitió la participación de las mujeres en las elecciones internas de su partido. A pesar de que Cárdenas anunció en agosto de 1937 una iniciativa con la finalidad de otorgarles a las mujeres la ciudadanía plena, la propuesta se detuvo debido a obstáculos políticos y religiosos.
Con la llegada de Miguel Alemán a la presidencia en 1946 cambió este panorama: su gobierno sostenía que permitirles a las mujeres votar en elecciones municipales no amenazaría los roles tradicionales de la sociedad. De esta manera, el 17 de febrero de 1947 publicaron en el Diario Oficial la reforma al artículo 115 de la Constitución, que les reconocía a las mujeres el derecho a votar y a ser electas en elecciones municipales.
Este cambio admitió la elección de mujeres en cargos importantes como fue el caso de María Lavalle Urbina, magistrada del Tribunal Superior; Aurora Fernández, delegada del Departamento del Distrito Federal en Milpa Alta, y Guadalupe Ramírez, delegada por Xochimilco. A pesar de este avance a nivel municipal, la lucha por el voto federal todavía no daba frutos.
Para 1952, la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano (FPPM), encabezada por Miguel Henríquez Guzmán, incorporó en su programa político la gran demanda ciudadana: el sufragio femenino. Esto atrajo a mujeres de ámbitos diversos (obreras, profesoras, médicas y amas de casa) que se unieron al movimiento. Sin embargo, la campaña de la FPPM fue reprimida en 1952.
Para abril de 1952, en una asamblea en el parque 18 de Marzo de la Ciudad de México, el candidato presidencial del PRI, Adolfo Ruiz Cortines, prometió enmendar la Constitución para que las mujeres mexicanas ejercieran su derecho a votar y a participar en las elecciones federales. A los pocos días de iniciar su mandato, Ruiz Cortines envió la iniciativa correspondiente al Congreso, con el objetivo de reformar el artículo 34 de la Constitución. Finalmente, la modificación se promulgó en octubre de 1953. Dicho cambió establecía la igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres.
Los cambios en los artículos 34 y 35
Anteriormente, el artículo 34 reconocía como ciudadanos mexicanos solo a los varones que cumplieran ciertos requisitos. La reforma eliminó la restricción de género al considerar a las mujeres como ciudadanas con los mismos derechos políticos.
En tanto, el artículo 35 establecía restricciones de género similares; limitaba así la participación política de las mujeres. La reforma eliminó estas restricciones y reconoció su derecho al sufragio, así como a la posibilidad de postularse para cargos de elección popular.
Con estas enmiendas se admitieron el derecho de las mujeres a participar activamente en la vida política del país. De esta forma, en los procesos electorales del 3 de julio de 1955, las mujeres mexicanas pudieron hacer efectivo su voto por primera vez en elecciones federales para elegir a los candidatos que conformarían la XLIII Legislatura del Congreso de la Unión.
En dichas elecciones salieron electas las primeras diputadas federales y en 1964 se eligieron a dos senadoras. Estos hechos reflejaron los primeros logros para reconocer a las mujeres mexicanas como ciudadanas de pleno derecho, con el poder de influir y contribuir activamente en la toma de decisiones en el país.
La lucha de las mujeres por ser parte de la vida política del país no ha sido fácil, pero los cambios sigue, en 2007 se promulgó en México la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que tiene como objetivo prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en todas sus formas.
Esta ley fue producto del trabajo colectivo de organizaciones civiles, grupos feministas y legisladoras, sentó las bases de la política nacional en el combate de la violencia contra las mujeres.
Mientras que 2019 también marcó un momento histórico y un logro sin precedentes para garantizar los derechos políticos de las mujeres, porque se aseguró que la mitad de los cargos de decisión fuesen para las mujeres en los tres poderes del Estado, en los tres órdenes de gobierno, en los organismos autónomos, en las candidaturas de los partidos políticos a cargos de elección popular, así como en la elección de representantes ante los ayuntamientos en los municipios con población indígena, ya que fueron aprobadas reformas en la Constitución para incorporar la paridad de género en el ámbito político, y así garantizar su participación y representación igualitaria en la vida democrática.
Para muestra la pasada elección 2 de junio de 2024, en donde los mexicanos eligieron por primera vez a una mujer como presidenta de México a Claudia Sheinbaum.