Asma, alergias y rinitis alérgica, son solo algunas de las enfermedades que padecen habitantes de una comunidad de Tabasco, ubicada en uno de los llamados cementerios de residuos tóxicos de hidrocarburos de Petróleos Mexicanos (Pemex), donde el olor a petróleo es persistente a cualquier hora del día, sin dejar de lado que en tiempo de lluvias el piso se convierte en lodo tóxico, denuncia la organización Mexicanos contra la Corrupción e Impunidad (MUCI).
Y es que a pesar de que Pemex cuenta con el Programa de Apoyo a la Comunidad y Medio Ambiente (PACMA), que es precisamente para el saneamiento de tierra por la actividad petrolera, los recursos no han llegado a las comunidades necesitadas, como en la Ranchería Anacleto Canabal Primera Sección, entrada a La Rampa, en el estado de Tabasco, ya que el dinero se ha desviado a proyectos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, como es el Tren Maya, obra emblema de su gobierno, destaca el estudio "Vivir entre cementerios tóxicos", realizado por MUCI.
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La Ranchería Anacleto Canabal está ubicada a 7.5 kilómetros de Tabasco y alberga la Central de Almacenamiento de Pemex en Villahermosa.
De acuerdo a los habitantes la Ranchería Anacleto Canabal, lugar ubicado frente a uno de los cementerios tóxicos, si se escarba la tierra, el olor de petróleo es penetrante, pero si se camina por el lugar, de inmediato se sentirá que los zapatos se hunden entre el suelo arenoso, debido a la mezcla de los residuos tóxicos y el aceite que escapan en el lugar.
Olor penetrante a petróleo
“Es un olor muy fuerte, es un olor fétido, un olor como a fierro. Ahora sí que uno come con ese olor. Ya la garganta nos duele demasiado, no le sentimos ni sabor a la comida”, declaró Lorenza Castro Castro, de 60 años, quien asegura que no siempre fue así el ambiente en la zona.
Ella recuerda que el paisaje y ambiente cambiaron en 2019, cuando el predio fue deforestado y Pemex lo utilizó para descargar lodos contaminados, que posteriormente fueron enterrados con maquinaria pesada y fue cuando todo cambió para los habitantes de la Ranchería Anacleto Canabal, ya que ese mismo año con la llegada de la temporada de lluvias, el lugar se inundó, el agua llegó hasta las viviendas.
"Todo ese relleno que hicieron se llenó de agua y esa agua corría, fue lo que nos inundó a toda esta zona de aquí de la entrada de La Rampa", recuerda.
Los vecinos se organizaron para colocar diques en el cementerio tóxico, pero lo que exigen al gobierno es que desentierren todos los desechos tóxicos de ahí.
Además, los vecinos aún esperan los recursos de PACMA, los cuales a pesar de que se debieron destinar a esa zona para su saneamiento, se gastaron en cosas que nada tiene que ver con la procuración del medioambiente, ya que ese dinero fue desviado la construcción de una sala de cine, de centros de registro para beneficiarios de programas sociales y hasta para adquisición de lencería.
De acuerdo a los testimonios, la empresa que realizó el relleno es Constructora Cedros (Los Cedros Construcciones) y la empresa que dio el material es Beeco.
Ambiente desolador y contaminante
Tierra seca, ceniza, tierra de color café, charcos grandes con aguas verdosas, es el ambiente en que tienen que vivir los vecinos de la La Ranchería Anacleto Canabal, de acuerdo a lo denunciado por MUCI.
En la zona, el Programa de Apoyo a la Comunidad y Medio Ambiente no existe, a pesara de que son recursos que Pemex obtiene por la firma de contratos con proveedores o empresas contratistas. El 1% debe destinarse a proyectos de desarrollo social y cuidado del ambiente.
El informe de Mexicanos Unidos contra la Corrupción e Impunidad destaca que con esos recursos también se compraron fertilizantes que fueron entregados a los habitantes afectados por el paso del Tren Maya.
Cementerios tóxicos, originan enfermedades
Los habitantes de la Ranchería Anacleto Canabal, esperan los recursos mientras enferman por uno de los cementerios tóxicos de Pemex, algunos han desarrollado alergias, tos y padecen dolores de garganta.
María de los Santos Pascual Santiago, de 62 años, dice que las bolsas negras que se ven por el lugar son desechos tóxicos, los cuales le han provocado enfermedades a sus nietos, pero no es la única en denunciar enfermedades por el cementerio tóxico, también Kenia Estefanía Méndez Salvador, quien asegura que sus hijos han sido diagnosticados con rinitis alérgica y el otro con asma.
“La verdad que hemos tocado puertas y las autoridades no han hecho nada hasta ahorita por apoyar a la comunidad para levantar todo ese residuo", denuncia Virginia Jiménez López.