El representante de México en la Organización de la Naciones Unidas (ONU), Juan Ramón de la Fuente, expresó que es “inadmisible que 258 millones de personas vivan en insuficiencia alimentaria”, por lo que llamó al trabajo conjunto y coordinado de las agencias de las naciones unidad para atender y mitigar la crisis de la seguridad alimentaria.
Por ello, se pronunció a favor del nombramiento de Reena Ghelani como coordinadora “para prevenir y atender oportunamente cualquier amenaza de hambruna”. Y declaró que “los mecanismos de alerta temprana son fundamentales para evitar catástrofes humanitarias, pero aún más importante es, ante los hechos, una respuesta oportuna y eficaz”.
“Resulta inadmisible que en un mundo en abundancia, aumente de manera constante el número de personas que viven en inseguridad alimentaria”, sostuvo al señalar el incremento entre las cifras declaradas en mayo del año pasado y las de este año, en las que se pasó de 193 millones de personas a 258 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria.
“Es una verdadera tragedia, un incremento de tal magnitud debería alarmarnos a todos sin excepción”, declaró.
Recalcó que si bien hay múltiples factores que intervienen en el incremento de estas cifras, “los conflictos armados son un factor determinante para exacerbarlas”, señalo las situaciones críticas de países como Haití, Malí, Burkina Faso, Sudán, Afganistán, Nigeria y Somalia, las cuales “demuestran que cuando un conflicto se prolonga, llevan a la inseguridad alimentaria”.
Juan Ramón de la Fuente, se dirigió particularmente al caso de Haití, donde la mitad de su población requiere asistencia por inseguridad alimentaria, añadiendo que esto se debe a los desastres naturales, la recesión económica, los efectos nocivos de cambio climático y la disminución de la producción agrícola agravada por el incremento de la violencia.
“Es imperativo reconocer que los sistemas alimentarios en el mundo son interdependientes, un conflicto armado puede alterar el sistema alimentario en su conjunto, por eso México espera que se pueda reanudar la iniciativa de granos del Mar Negro, la cual había reducido la inseguridad alimentaria en los países más pobres”, declaró.
Por último hizo un llamado a los países en conflicto para obtenerse se atacar o llevar a cabo acciones que pongan en peligro la producción de alimentos o la seguridad de la población civil, señalando que la hambruna como táctica de guerra en un crimen condenado a nivel internacional “que no puede quedar impune”.
Los conflictos siguen siendo los principales impulsores del hambre
“Los conflictos armados destruyen los sistemas alimentarios, destrozan los medios de subsistencia y expulsan a la gente de sus hogares, dejando a muchas personas en situación de extrema vulnerabilidad y hambrientas. A veces estos efectos son consecuencia de la guerra, pero con demasiada frecuencia se infligen de forma deliberada e ilegal, y el hambre se utiliza como táctica de guerra”, destacó Reena Ghelani, durante su participación en la sesión del órgano de seguridad de la ONU.
Y añadió que las situaciones de hambre provocadas por los conflictos se ven agravadas por una mezcla tóxica de cambio climático y crisis económica.
“Cada vez más, el cambio climático se está convirtiendo en un factor que multiplica las amenazas. A medida que la presión sobre el agua y otros recursos naturales aumenta la competencia y los desplazamientos, se extienden los conflictos y el hambre”, alertó.
Estas declaraciones fueron cuestionadas por Rusia, quien señaló a occidente de crear un debate “oportunista”, pues afirmó que a los países europeos y a Estados Unidos, “la amenaza del hambre en el mundo les preocupa desde hace poco y sólo en la medida en que creen que pueden intentar explotar este tema para demonizar a Rusia”.
“Según las previsiones de la ONU, técnicamente no existe una escasez aguda de alimentos en el mundo. Es decir, el problema no es que no haya suficientes alimentos. Se producen suficientes alimentos en el mundo. El problema es su distribución desigual cuando Occidente ha acumulado un exceso de reservas mientras que los países en desarrollo tienen un déficit”, señaló.
VGB