Las generaciones han pasado, lo que antes se consideraba como socialmente aceptado, ahora nos ha abierto los ojos y hemos visto y entendido los comportamientos machistas que arrastramos desde hace mucho tiempo. Una las acciones que más causó controversia fue la crítica epístola de Melchor Ocampo.
Dicho texto era leído en todos los matrimonios que se celebraban en México desde que se instauró el registro civil, fue hasta el final del siglo XX cuando la sociedad se manifestó y de forma precisa pidió no volver a leer esta epístola.
Según la RAE el término “epístola” es una composición poética en forma de carta, en donde el autor se dirige a una persona real o imaginaria, cuyo fin suele ser moralizante, instructivo o sátiro.
Te podría interesar
Ahora, dicho texto, tiene párrafos bastante machistas y sin un fundamento alguno fue leído a una serie de generaciones, uno de estos párrafos dice:
“Que el hombre, cuyas dotes sexuales son principalmente el valor y la fuerza, debe dar y dará a la mujer, protección, alimento y dirección, tratándola siempre como a la parte más delicada, sensible y fina de sí mismo, y con la magnanimidad y benevolencia generosa que el fuerte debe al débil, esencialmente cuando éste débil se entrega a él, y cuando por la sociedad se le ha confiado”.
Te podría interesar
“Que la mujer, cuyas principales dotes son la abnegación, la belleza, la compasión, la perspicacia y la ternura, debe dar y dará al marido obediencia, agrado, asistencia, consuelo y consejo, tratándolo siempre con la veneración que se debe a la persona que nos apoya y defiende, y con la delicadeza de quien no quiere exasperar la parte brusca, irritable y dura de sí mismo”.
De esta manera era concebido el matrimonio y lamentablemente este machismo era replicado en todos los hogares de la sociedad mexicana.
Según la articulista Leticia Bonifaz Alfonzo, en su texto “La historia detrás de la epístola” publicado en El Universal, esta epístola “reforzaban los estereotipos de género” y como lo vimos anteriormente los roles eran muy marcados, el hombre proveer y trabajar y la mujer era sumisa y obediente, ahora gracias al feminismo sabemos que claramente está muy mal.
Melchor Ocampo todo un “personaje”
José Telésforo Juan Nepomuceno Melchor de la Santísima Trinidad Ocampo Tapia mejor conocido como Melchor Ocampo aparece en la historia de México como uno de los incondicionales seguidores de Benito Juárez, era abogado y defensor político, su participación fue en las Leyes de Reforma.
Entre los cargos políticos ocupó fue Gobernador de Michoacán, también ocupó el cargo de canciller mexicano y estuvo al frente de la Secretaría de Gobernación, entre otros cargos más.
Sin embargo, según la articulista Leticia Bonitfaz; Melchor “era una verdadera oscuridad de su casa” pues no respetaba su matrimonio, tuvo 4 hijas fuera del matrimonio, 3 con su nana y 1 de madre desconocida.
Según José C. Valadés en su exilio en Europa pidió a la nana llevarla al orfanatorio y se salvara “el honor” de ambos.
¿Por qué se debía de leer la Epístola de Melchor Ocampo?
No era por gusto que se aceptará la lectura de esta carta, al contrario, era una ley, que se debía de acatar, pues en la Ley de Matrimonio Civil, publicada por Melchor Ocampo y que el presidente Benito Juárez promulgará el 23 de julio de 1859 se exigía leer este texto.
Ya que para dar validez al acto jurídico del matrimonio la lectura de los artículos 1, 2, 3, 4, y 15 debían de acatarse al pie de la letra, justo en el artículo 15 venía esa epístola.