Por Frida Paola Bello, Carlos Fidel Escobedo y Sebastián de la Peña
Jorge de 22 años se detiene y se mira en el espejo. Ve los ojos enrojecidos y dilatados en su cara, la piel en él estaba pálida. No entendía si lo que estaba haciendo estaba bien o estaba mal, simplemente lo hacía por su estrés y su constante presión académica y laboral, tratando de gritar que la marihuana ya no es su aliada, sino su carcelera.
El camino hacia la recuperación no es fácil. Ha experimentado ansiedad, insomnio y antojos intensos como el llamado “monchis”, es decir, el hambre que se experimenta después de fumar marihuana. Lucha por deshacerse de esta dependencia, pero él sabe que es un inicio.
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Durante la pandemia, el consumo de drogas duras en adolescentes y jóvenes de 15 y 24 años aumentó un 15%, el de marihuana un 17% y el alcohol 14%. El consumo de drogas no sólo está relacionado con problemas económicos y el estrés psicológico, se ha registrado que los adolescentes y jóvenes de mayor estatus económico incrementaron su consumo, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Diversión y aburrimiento, el primer acercamiento con las drogas
Jorge entró en contacto con las drogas en una reunión estando de intercambio académico por excelencia académica. Era un estudiante prometedor con grandes sueños y una mente brillante y creativa. Pero se sentía presionado por las exigencias de sus padres. Consumió por primera vez marihuana en aquella reunión.
En su primera etapa, la marihuana parecía ser su escape de los problemas y el estrés semanal, pero poco a poco, el brillo de la planta se desvaneció, dejando solo un vacío en su interior: “El acceso es digamos que un poco más fácil comparado con otras drogas, es natural, lo cual tampoco hace que sea buena, pero es mejor que sea natural a que sea gasolina ¿sabes?”, dice.
Entre las razones por las que un joven consume drogas es por aburrimiento, influencia de otras personas, medios de comunicación populares, escape y automedicación, rebeldía, gratificación instantánea, falta de confianza y mala información señala la página Dug Free.
En la primera se encuentra el caso de José, un joven universitario que tuvo un acercamiento al alcohol por aburrimiento. Un día fue a la una plaza frente a su casa, se preguntó: “cómo será la sensación de ebriedad a tan corta edad”. Vio a un “viene viene” y le pidió que si le podía comprar un six de cervezas, en recompensa le dejó el cambio. Así comenzó su relación con el alcohol.
“Yo creo que el alcohol como de que, no sé, te reprime más tus problemas ¿no? Entonces cuando quieres evitar muchas cosas, el alcohol te va a alivianar mucho más que fumar marihuana o darte una tacha o lo que sea, siento que como de que, si te duele mucho algo, el alcohol sí como que te lo desvanece más, momentáneamente ¿no? Eventualmente”, señala en entrevista.
Sin amigos y angustia, consecuencias de las drogas
Jorge, el joven que desarrolló una adicción a la marihuana, se encuentra cada vez más aislado de sus amigos y seres queridos, quienes no pueden comprender su dependencia, lo juzgan en la sociedad sin entender el trasfondo de su adicción, sintiéndose solo y guiando su vida a las cuatro paredes de su habitación, donde se refugia para aislar el dolor y posteriormente escaparse para así fumar sin restricciones. Bajó su rendimiento tanto académico como laboral, sufriendo un duro golpe, ya que sus sueños de éxito se desvanecían en cuanto el humo era exhalado por él.
“Los efectos negativos tampoco son instantáneos, no son tan notables comparados con otras drogas”, comparte.
La adicción al alcohol tiene efectos similares. Las relaciones personales de José se desvanecieron poco a poco. Amigos y familiares se alejaron, incapaces de soportar la destructiva espiral en la cual estaba sumergido, pero no le importaba, ya que esta sensación de alcoholizarse le daban cierta paz en su mente.
Él trataba de justificar su adicción al alcohol con la frase de “una copa al vino no hace daño”, aunque sí aceptó los daños que genera el alcohol.
“Uno se la puede pasar bien con alcohol, se te va de vez en cuando las copitas y no pasa nada” señala José.
El alcohol hace que José se levante cansado, con ansias, nervioso. Va al psicólogo para lidiar con estos problemas, camina en su jardín. Reconoce que esto es sólo una postergación para ingerir alcohol. La intención de recuperase de esta adicción lo ha impulsado a generar relaciones positivas y tener una pareja, lo que lo motiva a parar su adicción.
¿Cómo dejar las drogas?
Tanto Jorge como José, nombres ficticios para ocultar su identidad, decidieron aislarse de las adicciones. Ahora Jorge comprende la importancia del equilibrio y el cuidado persona. De acuerdo con el portal Valencia Adicciones, dejar las adicciones es un gran reto, ya que las personas crean dependencia a la sustancia, por lo que sugiere:
- Buscar apoyo profesional
- Crear un sistema de apoyo, es decir, rodéate de tus amigos
- Identificar qué te lleva a drogarte
- Desarrollar habilidades para enfrentar el estrés y las emociones difíciles
- Considera el apoyo farmacológico
- Establécete metas
- Fortalece las razones para no consumir drogas
- Crea estrategias de autocuidado
*Material elaborado por estudiantes de la licenciatura en comunicación de la Universidad Anáhuac en convenio con La Silla Rota.