"Estos meses hemos estado padeciendo los estragos de la inflación, todo está muy caro y a veces no alcanza ni para surtirnos. Estamos haciendo un esfuerzo por no cerrar la tienda que mi esposo llevó a ser la más completa y más surtida del mercado y hoy a un año de su muerte, los refrigeradores están prácticamente vacíos, no creo que podamos sobrevivir por mucho tiempo”, expresó la señora Emi, quien trata de mantener a flote su tiendita, afectada por la pandemia de covid y por la inflación.
No es la única. La Silla Rota entrevistó a tenderas y tenderos de la Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Guanajuato y Veracruz, quienes al igual que otros dueños de micro y pequeñas empresas luchan contra las adversidades y económicas para mantener su negocio y no perder su patrimonio, pero no es fácil.
La señora Emi cuenta que empezó a ver lo impensable: los refrigeradores comenzaron a vaciarse y los proveedores, que un día hacían fila para repartir, hoy ni se aparecen. “Estamos prácticamente vacíos”.
“Todo se nos juntó: la pandemia del covid que nos afectó económicamente a todos, la inflación y la muerte de mi esposo y desde entonces la mala administración. Ha sido duro”, lamentó.
Ahorrar en estos tiempos, es casi imposible y para enfrentar costos hay que optimizar y sacrificar gastos y espacios, coinciden tenderos. Alejandro, propietario de una tienda ubicada en Impulsora, en el Estado de México comentó: “Quitamos una vitrina y la otra la desconectamos toda la noche para no consumir tanta luz porque hay bimestres que pagamos a CFE hasta 6 mil pesos. Entonces tenemos que reacomodar y ajustarnos al espacio”.
En los últimos años las tiendas de barrio se han enfrentado a varios obstáculos que han dificultado y en algunos casos frenado su funcionamiento. Al ser un comercio que funciona de la comunidad para la comunidad, hay varios factores muy difíciles de sortear.
La desaparición de pequeñas y micro negocios durante la pandemia implicó la pérdida de empleos. De acuerdo con el estudio sobre la Demografía de los Negocios (EDN) 2020 publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de las 4.9 millones de empresas micro, pequeñas y medianas que había en el 2019, sobrevivieron 3.85 millones, es decir, un millón 10 mil 857 establecimientos o 20.81 por ciento cerraron sus puertas definitivamente.
La realidad es que estos negocios familiares que se encuentran en cada esquina, nunca cerraron en la cuarentena o hicieron hasta lo imposible para no cerrar y a pesar de ser un eslabón esencial en la economía mexicana, han sufrido las consecuencias de la falta de apoyo.
¿Cuáles son los problemas que enfrentan las tienditas?
De acuerdo con la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), las tienditas abastecen más del 52% de la demanda nacional y generan el 1% del Producto Interno Bruto (PIB), pero a pesar de ello, enfrentan complejas situaciones:
- Altas cuotas por recibos de luz
- Prohibiciones a productos legales
- Inseguridad
- Falta de créditos
Ejemplo de ello, Carlos, quien recientemente instaló su tiendita en Bosques de Aragón, en el Estado de México. “Calculamos un gasto de luz de 2,500 a 3,000 pesos. Depende también si el arrendador no tiene una deuda o no se nos cuelgan. En cuanto a seguridad, pues en esta zona constantemente pasa una patrulla, pero sí, después de las 9 de la noche ya da un poco de miedo”, dijo.
Sin embargo, también hay otro tipo de problemáticas a las que se enfrentan: billetes falsos y robo hormiga. A esto se suma la tramitología, aunque la parte más crítica es la económica, porque a decir de los tenderos, “ahorrar en estos tiempos es casi imposible”.
“Aquí ofrecemos copias e impresiones. La gente viene por unas copias y a lo mejor se le antojó un chocolate. También tenemos pago con tarjeta”.
Al ofrecer productos diferentes como lo hace Carlos, los clientes se sienten más atraídos, anteponiendo su preferencia a otros establecimientos, sobre todo las tiendas de conveniencia que representan la mayor competencia para 60.46% de las tienditas.
"No pues vea, esto estaba lleno... Esto estaba lleno, vea ahorita como está", dijo con un aire de resignación y tristeza la señora Araceli Chávez al ver los estantes de la tienda donde trabaja semivacios, no como en otros tiempos.
Han pasado 10 años desde que comenzó a trabajar vendiendo abarrotes en un expendio de periódicos en la zona centro de la Ciudad de México. Durante ese tiempo, señaló que las ventas han disminuido paulatinamente y de una forma considerable, debido a la apertura de tiendas de cadenas de autoservicio, al grado de pensar que la tienda cerrará y es que a su alrededor se han instalado dos OXXO, una farmacia con tienda y un Círculo K.
Las ganancias bajan, mientras la inflación sube
Después de la pandemia las ventas en la tiendita de Martha Cecilia y su mamá Alejandra, ubicada en Pachuca, Hidalgo, no volvieron a ser las mismas, las ganancias de 500 a mil pesos diarios se redujeron a 70 pesos que actualmente obtienen en un día.
A finales de 2021 y principios de 2022, las dueñas reabrieron su puerta al público, pero durante este tiempo les ganaron terreno las tiendas OXXO y 3B. Los insumos encarecieron mientras que sus ingresos disminuyeron, por eso dejaron de comprarle a sus proveedores y ahora se surten en el supermercado de productos no perecederos que tardan hasta seis meses en revender.
Las dueñas llevan 46 años trabajando la tienda y el cariño por su negocio es prácticamente lo que mantiene viva a esta miscelánea situada sobre la calle Arista del centro histórico de la ciudad de Pachuca.
“Ya no se vende como antes, como en los años 70 que vendíamos muchísimo, hoy en día con trabajo vendemos un chicle, una paletita (…) hemos resistido a los comercios grandes, nosotros luchamos por estar aquí, aunque ya casi no ganamos, pero seguimos con el negocio familiar”.
Luis Lara, empleado de la tienda de Abarrotes Max, que desde hace 5 años se encuentra en el puerto de Veracruz, Veracruz, dijo que este negocio se ha visto afectado por la disminución de clientes por dos factores: la inflación y las grandes cadenas comerciales de tiendas de conveniencia que acaparan la mayor parte de la clientela.
“Nosotros nada más nos abastecemos con lo que más se vende y lo que es los OXXO y tiendas más grandes tienen más mercancía, más variedad y promociones. Por lo que sí, nos ha afectado en la clientela. Más aquí los pequeños negocios, cuando no disponemos de algún producto se van a esas tiendas”, declaró el joven.
Tan solo en la zona donde se encuentra la tienda de Abarrotes Max hay 3 tiendas de conveniencia que se instalaron en los últimos años, además de grandes cadenas de supermercados como Aurrera y Soriana.
Esto hace que la mercancía de los pequeños comerciantes se reduzca. Además, la inflación es otro golpe que los afecta. Desde el 2022 a la actualidad subieron los precios de productos como el pan blanco y dulce, así como de papás que aumentó casi el doble.
“Hemos subido bastante el precio. Cuando vienen clientes a comprar un producto, ven el precio que es distinto y se quedan sorprendidos por el aumento y no está en nuestras manos el aumento, sino por parte de los proveedores”, agregó.
Prohibiciones, otro problema para las tienditas
La ley que prohíbe que los comercios exhiban cigarros en sus mostradores entró en vigor el 15 de enero. De acuerdo con Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), el golpe en las ventas no se puede cuantificar porque la venta de cigarros impulsa la de otros productos, como las botanas.
Las empresas han recurrido a los amparos para poder exhibir cigarros, mientras la normativa tiene un efecto diferenciado en comercios, como tiendas y restaurantes.
“No podemos vender cigarros sueltos ni exhibirlos y es una merma, porque es de los productos que más se venden”, dijo Carlos
Inseguridad afecta a tenderos
Entre los principales problemas que enfrentan los pequeños comercios destaca en primer lugar, la inseguridad, la cual ha crecido de forma exponencial golpeando prácticamente a todos los sectores.
Para Arturo Vela, abarrotero de la colonia Plaza de Toros, en León, Guanajuato, las tiendas de conveniencia como los OXXO cuentan con grandes recursos y todo el respaldo de los tres niveles de gobierno.
El comerciante dijo que, aparte de que las grandes cadenas de tienda cuentan con posiciones estratégicas, a las abarroteras las deja en desventaja la situación de inseguridad, pues mientras un OXXO está asegurado de un asalto, para los comerciantes locales sería perder una parte de su patrimonio.
“Si vinieran a saltar o quemar mi tienda yo ya hubiera perdido todo, no creo que el gobierno se hubiera hecho responsable”, apuntó.
El ilícito más frecuente es el cobro de derecho de piso a restaurantes, bares, antros, hoteles, pequeños comercios, e incluso vendedores ambulantes y aunque resulte increíble hasta franeleros. Los montos de extorsión varían de acuerdo con el tamaño y tipo de actividad, comentó.
Otro tema que preocupa a los pequeños comerciantes es el excesivo cobro de permisos para la operación comercial, no solo de los requisitos ya existentes, sino también en los que van apareciendo.
El alto costo de los servicios, como agua, luz y transporte es otro asunto de preocupación para los empresarios del sector. “El alto cobro de luz y otros servicios básicos se han convertido en una pesada carga y una amenaza para el cierre de sus negocios, que no ganan los suficientes recursos para pagar el recibo de luz y otros pagos mensuales y bimestrales”.
De acuerdo con datos del mapa “Cobro de Piso”, en el primer trimestre de 2023 la ANPEC reveló que comerciantes de 22 entidades reportan haber sido víctimas de extorsión, Aguascalientes, Baja California, CDMX, Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
El reporte señala que en el caso de la capital el monto de la extorsión o cobro de piso va desde los 300 hasta los 25 mil pesos, mientras que en el Estado de México la cuota es de 2 mil a 5 mil pesos. Los grupos delictivos operan desde amenazas telefónicas y recopilación de datos para después chantajear, hasta violencia armada a los domicilios de los comercios.
El cobro mínimo por derecho de piso va desde los 300 o 500 pesos a la semana, por lo que un pequeño comercio de abarrotes atacado por este flagelo llega a pagar hasta 2 mil pesos mensuales para que lo dejen trabajar, cifra que representa el 20% de su utilidad al mes; sin embargo, este cobro puede alcanzar un techo de hasta 50 mil pesos, dependiendo el giro del negocio. El cobro de piso significa a las bandas delincuenciales 11 mil 300 millones de dólares, equivalente a 1.25% de Producto Interno Bruto (PIB).
Acceso a servicios financieros
Solo el 18% de las tienditas tiene acceso a créditos bancarios. La falta de acceso a financiamiento limita la capacidad de estas empresas para invertir en nuevos proyectos, expandir sus operaciones y crear empleos. De acuerdo con la ANPEC, otro problema que enfrentan los tenderos es la falta de capacitación y asesoramiento.
“Muchas empresas no tienen los recursos o el conocimiento para implementar prácticas empresariales efectivas, como la gestión financiera y de recursos humanos. Además, la falta de capacitación y asesoramiento limita la capacidad de estas empresas para innovar y adaptar a un entorno empresarial en constante cambio”, dijo.
MRV