Un informe de la Guardia Nacional y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), alerta sobre posibles enfrentamientos entre grupos del crimen organizado en sitios turísticos, así como en el transporte público como el Metro, por el aumento del narcomenudeo y del lavado de dinero en la Ciudad de México, principalmente a través de transferencias "hormiga" bancarias.
Incluso, las investigaciones realizadas por las áreas de inteligencia de las dos instituciones, reconocen el riesgo de las autoridades capitalinas de perder el combate contra ambos ilícitos ante el surgimiento de nuevas tecnologías utilizadas por el crimen organizado para las cuales no está preparado el gobierno.
El informe “Mecanismo de Análisis Prospectivo para la Inteligencia Estratégica”, de 2020, elaborado por la Guardia Nacional y la SSPC, incluye información sobre la presencia de los cárteles en la capital del país, así como de ciudadanos chinos investigados por delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita.
“El deterioro en la seguridad de los espacios públicos, aunado a la afectación del funcionamiento de las infraestructuras críticas para el funcionamiento de la CDMX, debido a la dinámica económica y delincuencial del narcomenudeo, requerirá de una iniciativa dirigida a la recuperación de espacios, el restablecimiento de servicios públicos indispensables, en particular de la movilidad, amenazados en su integridad al formar parte de sus procesos de distribución ilegal. Esto implica, por ejemplo, actualizar los registros del comercio ambulante y normalizar el uso de las vialidades, mediante acciones preventivas y de orden público”, menciona el estudio.
De acuerdo con el documento, desde el año 2010 se establecieron nuevas reglas en el narcomenudeo en la Ciudad de México. Uno de los principales códigos fue incorporar a trabajadores de gasolineras, amas de casa, niños, así como a personas indigentes.
“En el trato a los clientes, las bandas del narcomenudeo han incorporado desde personal de gasolineras y tiendas de conveniencia, hasta repartidores de alimentos, sin contar una creciente participación de las mujeres como puchadoras, sicarias, cobradoras y administradoras”.
Los nuevos códigos y métodos de los narcotraficantes en la capital del país, los ha llevado a abrir nuevas rutas para el traslado de la droga, así como a utilizar a vendedores a través de los cuales es nulo el seguimiento a líderes de las estructuras criminales. Las reglas han originado un outsourcing en la venta de drogas, como el usado por empresas para utilizar los servicios de empleados sin tener una relación laboral con ellos.
“El cambio también ha afectado a la estructura del narcomenudeo: se subcontrata más (outsourcing) y por lo tanto hay eslabones que ya no tienen una relación directa con los dueños de los centros de distribución. Además, se suma la alta rotación de las personas involucradas en esta economía criminal y que en algunos expendios se permite la venta de sustancias que viene de otros mercados, lo que reduce aún más el riesgo para las organizaciones criminales y hace más complejo combatirlas.”
La evolución del narcomenudeo en la CDMX
Según el análisis realizado por ambas dependencias, la legalización de la marihuana en Estados Unidos, obligó a los cárteles y organizaciones criminales a centrar en México, principalmente en la capital del país, el mercado de consumo a través de una cadena lineal donde los líderes son invisibles para las autoridades.
“La realización de ventas y ganancias de estupefacientes como la marihuana y el cristal es mayor en México que en el tradicional mercado de exportación, en parte debido a la reducción del mercado tras la reciente legalización en la producción de marihuana en algunos estados de la Unión Americana, y la evolución del antiguo esquema horizontal de distribución de las drogas hacia una cartelización vertical”.
El avance de los grupos criminales, de acuerdo con el estudio, también, ha llevado a la expansión de la venta en lugares públicos a través de un esquema empresarial visible en espacios donde hasta hace unos años no se presentaba la venta de droga.
“La característica más inquietante del modelo de distribución por puntos de venta es la literal invasión de espacios y servicios públicos vitales para el funcionamiento de las ciudades, lo que perfecciona el modelo empresarial, aunque elevando el riesgo colateral que esto conlleva. Hoy se cuenta con evidencia de que las rutas del Metro, con la complicidad de autoridades del Sistema de Transporte Colectivo, lo han incorporado a su infraestructura de operación", se indica en el documento de la Guardia Nacional y la SSPC.
De acuerdo con la información incluida en el “Mecanismo de Análisis Prospectivo para la Inteligencia Estratégica”, el modelo empresarial adoptado por los cárteles ha originado la subcontratación de empleados, con la condición de vender el producto, obtener ganancias y protección, solo si compran a un proveedor único.
“El actual modelo, que surge hacia 2010, subordina a los distribuidores locales, quienes pasan de adquirir los volúmenes de droga haciéndose cargo con libertad para venderlos con el incentivo de apropiarse de las ganancias obtenidas a escala incluso vecinal, con un mínimo de riesgo, siempre y cuando cumplan con su proveedor, para convertirse en asalariados de algún cártel local, distribuidos en puntos de venta específicos, operando en mercados dinámicos, donde son controlados por redes de células locales y sometidos a la violencia necesaria para el control del negocio y el flujo de las ganancias”.
Uno de los métodos para el traslado de la droga, según el documento, es el Sistema de Transporte Colectivo Metro, el cual es utilizado principalmente en las estaciones Lagunilla y Tepito para trasladar droga a los municipios de Ecatepec y Nezahualcóyotl presuntamente con el apoyo de personal del Metro, así como de seguridad pública.
“La característica más inquietante del modelo de distribución por puntos de venta es la literal invasión de espacios y servicios públicos vitales para el funcionamiento de las ciudades, con el riesgo colateral que esto conlleva. Un ejemplo claro de esta forma de operar es la de venta de droga en las instalaciones del Metro de la CDMX”.
De acuerdo con el documento, el esquema para el trasiego de droga a otros puntos, es el Metro de la capital del país. Las autoridades tienen identificadas la vestimenta usada por los “burreros”, entre ellos menores de edad.
“El traslado de enervantes entre las estaciones Garibaldi, Tepito y Lagunilla, lo llevan a cabo supuestos comerciantes acompañados de menores de edad y mujeres, quienes suelen llevar una o dos bolsas grandes de plástico de color negro, aparentemente con ropa u otra mercancía. Otros tres jóvenes, que principalmente usan gorras de color blanco o claro, caminan a cierta distancia y abordan el mismo vagón. Al arribar al destino, primero baja la pareja con los menores y luego los tres jóvenes. Hay colusión con jefes de estación. Información de inteligencia señala que el trasiego se hace principalmente hacia los municipios de Ecatepec y Nezahualcóyotl”.
Los escenarios de violencia incluidos en el documento, por el narcomenudeo, así como por el lavado de dinero de ciudadanos de China, son un riesgo latente, según el documento, para la población en lugares concurridos o de alta demanda de servicios, como embajadas o el transporte público.
“Servicios consulares de los países con mayor población en la CDMX pueden generar alertas de actos terroristas en sitios turísticos y el transporte público. Más desorden, violencia e incidencia delictiva en zonas bajo control de distribuidores y de células de narcomenudeo. Enfrentamientos armados generadores de grandes daños colaterales, en puntos de gran afluencia de ciudadanos, como es el sistema Metro de la CDMX”.
Un combate perdido
El informe alerta sobre los métodos utilizados por el crimen organizado en el narcomenudeo en la capital del país. De acuerdo con la información recabada, es inminente el crecimiento de la venta de drogas en las 16 alcaldías de la Ciudad de México. Su esparcimiento se ha potenciado a través de operaciones en Internet, un nuevo mercado para el cual no están preparadas las instituciones de gobierno.
“La atomización del narcomenudeo y el uso incremental de las opciones digitales para llevar a cabo las transacciones comerciales, podría ponerlo definitivamente fuera del alcance de las fuerzas de seguridad pública”.
El informe de la Secretaría de Seguridad y Participación Ciudadana y de la Guardia Nacional, menciona la cooptación de jóvenes, amas de casa, así como indigentes para ofrecer la venta de estupefacientes.
“Los proveedores e intermediarios reclutan ofreciendo dosis gratuitas a jóvenes (muchos menores de edad) con el propósito de reclutarlos y les pagan con dosis. También incorporan a amas de casa, vendedores ambulantes y personas en situación de calle”.
Los métodos del crimen organizado, incluyen entregas a domicilio, desplazarse en vehículos, taxis, bicicleta o a pie, según se detalla en el documento.
“Pueden ubicarse en puntos estratégicos con algún tipo de señalización secreta, pero reconocida por la banda y sus compradores. Se disfrazan de estudiantes para vender en escuelas y más. La cadena del narcomenudeo tradicional inicia en alguno de los grandes centros, donde se surte bajo la vigilancia de los cuerpos de seguridad y los cobradores de dicho centro. El punto de venta es el lugar donde la organización se hace visible al intercambiar el producto por dinero. El dinamismo del negocio incrementa los riesgos de violencia, así como la incidencia de la delincuencia común”.
El informe menciona el pago electrónico como uno de los métodos utilizados por el crimen organizado para evitar el seguimiento y de las autoridades.
“En la actualidad, los centros de distribución son cada vez más móviles, esparciéndose más por las urbes; se apoyan en las TIC y las Redes Sociales (principalmente WhatsApp) para facilitar las transacciones. Se trata de transacciones más seguras y anónimas para el consumidor, que incluso puede pagar con tarjeta de débito o crédito. Este cambio, sumado al anterior, hace al narcomenudeo más difícil de detectar y atacar, al tiempo que satisface mejor las necesidades de los consumidores”.
MRV