Lograr tener un cuerpo curvilíneo, feminizado, con inmediatos resultados, a bajo costo y sin someterse al uso de un bisturí era el objetivo de Alexa, Guadalupe, Josseline y Luna, lo consiguieron, pero ahora viven con dolor permanente en todo su cuerpo y con heridas que provocaron los modelantes usados en su procesos de transición de género.
A los 14 años Alexa empezó a someter su cuerpo a un proceso de hormonización feminizante sin un control médico, quería que su identidad de género y su cuerpo coincidieran para ser una mujer transgénero. Soñaba con tener prominentes caderas, glúteos y senos, pero no contaba con los recursos económicos para someterse a una cirugía plástica, sus amigas le recomendaron inyectarse aceite mineral que sin mayor problema consiguió en una farmacia.
“Yo quería tener volumen, los cambios fueron instantáneos, pero hasta el año de haberme inyectado los glúteos se me empezaron a poner muy duros, me ardian y estaban de color rojo, luego empezaron a ponerse oscuras (negras)”, explica Alexa, que a los 30 años se quitó el aceite y biopolímero que tenía en los glúteos, aunque la sustancia que se inyectó no dejó del todo su cuerpo y llegó a las pantorrillas donde se le necroso la piel y se le hizo una úlcera.
Alexa explica sus heridas cómo un hoyo que tenía en las pantorrillas y uno de los glúteos, han sanado casi en su totalidad, pero sabe que en cualquier momento los efectos que los modelantes trajeron a su salud van a volver a aparecer en su cuerpo. Ella acudió a varios médicos, muchos juzgaron, otros no querían tratarla, pero fue hasta que llegó a la Brigada Callejera de en Apoyo a la Mujer Elisa Martínez A.C cuando se sintió en confianza y mejoró su estado de salud.
Atender heridas por modelantes sin ser una clínica especializada
Las heridas provocadas por modelantes tienen distintas etapas, la doctora Victoria Tenango, especialista en colposcopia, que atiende en la organización civil Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez A.C, ha aprendido con la práctica médica y con investigación plasmada en diversos artículos, a tratar las heridas por modelantes.
En un consultorio enclavado en el corazón de la Merced atiende a mujeres transexuales y algunas cis que llegan con afectaciones a su salud por los modelantes. Desde el 2020 a la fecha en la Brigada Callejera se han atendido más de 300 casos de este tipo de pacientes, algunas refieren que antes de la emergencia sanitaria por Covid-19 se atendían en el Hospital General, pero al convertirse en un nosocomio de atención a la emergencia sanitaria dejaron de curar su heridas.
La doctora de la Brigada Callejera se ha preparado para atender las heridas que provocan los modelantes, pero los casos que requieren mayor atención y en un ambiente hospitalario han sido canalizados al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, esto gracias a un convenio de palabra que logró la presidenta de la organización, Elvira Madrid Romero, no obstante este proceso ha sido lento y aún esperan atención 250 pacientes.
Proceso de curación
Luna tenía 16 cuando se inyectó aceite en los glúteos, no sabe qué tipo de aceite era, pasaron algunos años y empezó a presentar fuertes dolores y ardor en el área que se inyectó, pero fue hasta los 47 años que el cansancio extremo, fiebre alta y lo que ella describe cómo un raspón en la cadera le indicaron que algo no estaba bien en su cuerpo. La herida se empezó a expandir y llegó a medir un aproximado de 20 centímetros de diámetro.
“Era cómo una cicatriz negra, que al final supe era piel muerta”, señala Luna, que pese a llevar una herida visible no tuvo la atención que requería, ni siquiera curaciones para limpiar la herida en el Hospital General, esta situación ocurrió a finales del 2022, por recomendación de una amiga llegó a la Brigada Callejera, previamente había sido estafada con más de cinco mil pesos en un consultorio de atención privada, donde no obtuvo mejoría.
Actualmente Luna tiene una herida que de profundidad abarca la yema de un dedo índice y en la que la doctora Victoria introduce una gasa para limpiar, seguido de un parche de regeneración celular, a simple vista y sin saber de manejo de heridas uno pensaría que la herida es grave, pero a decir de la paciente y doctora a mejorado de manera considerable en más siete meses.
Cuando Luna llegó a atenderse con la doctora Victoria tenía una herida que abarcaba un diámetro de 20 centímetros, la piel estaba totalmente ennegrecida y tenía que retirarse el tejido muerto con un procedimiento de desbridamiento, que de manera meticulosa realizó la doctora con una bisturí y anestesia superficial, la paciente se sintió en confianza y en en el lugar adecuado para curarse.
Alternativas de tratamiento y porque afecta a las mujeres transgénero
Elvira Madrid, presidenta de la Brigada Callejera, explica que “la mayoría de las mujeres trans recurren a este tipo de inyecciones de modelantes porque no hay programas públicos para ayudarlas en su transición física.
“En México tenemos el problema que las úlceras o cualquier herida por lo general son tratadas por enfermeras, las enfermeras son las que hacen las curaciones, no propiamente los médicos durante nuestra formación solamente nos enseñan a tallar con agua, agua oxigenada, jabón y ya, pero nunca nos dan una capacitación de todas las fases de cómo pasa la cicatrización”, detalló Victoria.
Victoria Tenango comparte que las heridas por modelantes se presentan principalmente en glúteos, en senos y en algunas ocasiones en rostro. “Hemos tenido casos muy graves donde las lesiones son profundas y extensas, en algunos casos tienen más de una lesión en distintas partes del cuerpo, en los casos más graves las heridas se contaminan”, señala la especialistas.
En la Brigada Callejera se han atendido más de 300 pacientes con heridas por modelantes,de las cuales la mayoría son mujeres transexuales. Los síntomas que indican que se presenta un cuadro de enfermedad por modelantes es que “la piel se inflama severamente, enrojece, luego se ennegrece. A veces, se necrosa. O aparecen úlceras que tardan meses, años en cicatrizar. Los pacientes se vuelven vulnerables ante cualquier infección”, explica Victoria.
El tratamiento para atender las heridas por modelantes debe ser “multidisciplinario, no solamente la atención de un infectólogo o un cirujano plástico o un endocrinólogo debe de haber una persona que la batuta”, agrega la especialista.
Instituciones como la clínica trans han solicitado capacitación por parte de la doctora Victoria Tenango, para poder indicar a sus médicos y personal de enfermería cómo tratar estas enfermedades, “les dimos la capacitación y todo, pero al final de cuentas no han instaurado un programa de atención y nos siguen refiriendo pacientes”, explica la colposcopista.
Ironicamente un pequeño consultorio que se ubica en la inmediaciones de la Merced atiende con mayor frecuencia y conocimiento a mujeres transgénero que tienen heridas provocadas por modelantes, los insumos siempre faltan, debido a que parches de material cómo los de regeneración celular tienes un costo de más de 800 pesos, además de otros materiales.
Las curaciones para pacientes afectados por modelantes deberían ser atendidas en clínicas del sector de salud pública y de alta especialidad para llegar a la población vulnerable, pero al no estar disponible esta opción la Brigada Callejera ha sido un halo de esperanza.
Implicaciones a la salud y sociales de los modelantes
“Cuando vi a las chicas con un cuerpazo me emocioné, pues dije yo también voy a tener lo mío y si lo logré pero solo me hice daño. A los 13 años me inyecté aceite, a los 20 años me empecé a sentir mal, me cansaba, me pesaba cuando subía la escalera como que me agitaba mucho, me pesaba las nalgas”, narra Guadalupe.
La depresión por el escurrimiento de pus que emanaba de las heridas de Guadalupe la hizo sentir muy insegura, a veces ocurría que al caminar por la calle el líquido que salía de sus heridas manchaba su ropa en la zona de los glúteos y describe que para ella era una situación muy incómoda que la hacía sentir que “se están pudriendo en vida”.
Las heridas de Guadalupe también fueron atendidas por la doctora Victoria y ahora están curadas en un 95 por ciento.
Yoseline tiene 46 años y hace unas semanas empezó a experimentar dolor en el cuerpo, ardor y fiebres altas, con las experiencias que había escuchado en voz de sus compañeras trabajadoras sexuales ella sabía que estos síntomas son un indicador de enfermedad por modelantes.
A los 18 años Yoseline se inyectó aceite mineral en las caderas, recuerda que el costo fue un poco más de 20 pesos del líquido, más la jeringas, con menos de 100 pesos logró tener grandes caderas y aumentar sus glúteos, pero ese bajo costo ahora tiene le cobró una alta factura a su salud.
“Siento que mi cuerpo está en la lumbre, me duele y arde mucho la cadera, en realidad todo el cuerpo, aún no se me abre la piel pero falta poco, tengo la cadera negra, cómo si estuviera quemada”, así describe su padecimiento Yoseline
“Por falta de información y por quererse ver bien ahora estoy sufriendo mucho. Ahora para mi ser mujer trans es verme bien vestida de mujer, pero uno siempre es vanidosa y quieres tener el cuerpazo de una mujer, hoy me gusta cómo me veo así cómo estoy pero no me siento bien de salud”, explica Yoseline que el día de la entrevista optó por un pants, una playera holgada y adornar su cabello con dos trenzas.
No hay estadísticas
El cirujano plástico Raymundo Priego Blancas, exjefe del servicio de cirugía plástica y reconstructiva del Hospital General de México Eduardo Liceaga (HGM) y que actualmente atiende en el Hospital ABC, señaló en el artículo "La enfermedad por modelantes.Un problema de salud pública", que este tipo de padecimiento en México no cuenta con estadísticas confiables acerca de la magnitud, pero en su paso por el Hospital General notó un considerable incremento en el el número de pacientes que acuden a atención por modelantes.
Raymundo Priego Blancas documentó que del 2009 a 2019 llegaron al General de México 4 785 pacientes con secuelas de inyecciones de modelantes.
En un artículo de Secretaria de Salud con fecha al 5 de mayo del 2017 El doctor Raymundo Priego Blancas, señaló que: el 85 por ciento, de pacientes que llegaban al Hospital General para recibir atención por modelantes ya no se les podía ofrecer alternativas de tratamiento, debido al avance del daño. En esta situación, solo se proporciona a los pacientes medidas para controlar el dolor.
La doctora Victoria lleva su propio conteo en la Brigada Callejera, donde del 2020 a la fecha se han atendido más de 300 mujeres transgénero en su mayoría y trabajadoras sexuales que en haras de buscar una un cambio en su cuerpo atentan contra su salud.
“Todos estos problemas podrían ser evitados si no aplicará esta materia. Ojalá sea posible la transformación sexogenérica de manera segura y alcanzable”, concluye Victoria Tenango.
Problemas de acceso a la salud en la comunidad transgénero
De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el promedio de vida de una mujer trans en México es de 35 años de edad. En el simposio “Acceso a la salud de las personas trans: visibilizar para dignificar”, el doctor Santiago Ávila Ríos, titular de Centro de Investigaciones de Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Enfermedades Respitorias (INER), compartió el panorama de salud al que se enfrenta la comunidad transgénero.
Existen grandes brechas en el conocimiento de la salud de la comunidad transgénero:
- Históricamente, las personas trans han estado representadas en estudios epidemiológicos,y consecuentemente en los programas de prevención, atención y tratamiento.
- Falta de reconocimiento de su identidad invisibiliza las necesidades de atención de las personas transgénero.
Barreras de atención a la comunidad transgénero
- Deficit de conocimiento y habilidades de comunicación de los profesionales de la salud en relación a la atención de las personas trans.
- Alto costo en la atención médica relacionada con la afirmación de género.
- Retraso en la búsqueda de atención médica por miedo a la discriminación.
Retos de atención a la salud en la comunidad transgénero
El doctor Santiago Ávila Ríos sostiene que uno de los mayores retos que se enfrentan en cuanto a la atención a la salud de la comunidad transgénero es disminuir los riesgos y daños por la autohormonización, la inyección de biopolímeros y los procesos quirúrgicos mal practicados, así cómo el desconocimiento en el proceso de atención y acompañamiento en el proceso de reafirmación de género.
MRV
