Hace dos años, concluidas las elecciones intermedias de 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer el 5 de julio su listado de personajes que podrían dar continuidad a su proyecto de gobierno. Los llamo “corcholatas”. Encabezó su lista con Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, y Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno capitalino. Meses después, en abril de 2022, sumó al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, su principal operador político. Si bien inicialmente no incluyó al senador Ricardo Monreal, al final terminó por agregarlo a la lista.
A partir de ese momento, en los meses posteriores, los políticos comenzaron a recorrer el país para apoyar elecciones locales, desempeñar funciones propias de sus encargos en la 4T y durante estos eventos comenzaron a recibir “porras espontáneas” para llamarlos “presidente/presidenta”.
En dos años de “precampaña no oficial” Ebrard, Sheinbaum, López y Monreal compiten por el visto bueno del presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque él en diversos momentos ha mostrado su preferencia por la jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Políticamente, a los tres les ha deseado “suerte” en el único método que definirá su futuro: la encuesta de Morena.
Será este domingo 11 de junio cuando en el Consejo Nacional de Morena se definan las reglas bajo las que los cuatro morenistas, más el diputado Gerardo Fernández Noroña (PT) y el senador Manuel Velasco (PVEM), competirán en la búsqueda de la candidatura del partido para las elecciones de 2024.
Nace una encuesta
Han pasado 12 años y el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue convencido de que el método de la encuesta es la mejor vía para seleccionar al candidato presidencial de su partido Morena. Por eso, señaló que solo respaldará a él o la candidata que pase esta prueba rumbo a la elección presidencial de 2024.
El tema ha sido polémico para muchos morenistas; nació en 2011 y por esa vía se eligió al candidato presidencial de 2012 en la que López Obrador compitió contra el ahora canciller Marcelo Ebrard quien perdió. La encuesta se aplicó a militantes perredistas porque fue el partido en el que ambos militaban. "De las cinco preguntas yo gané dos y Andrés Manuel gana tres... La intención del voto le favorece", dijo Ebrard ese día. En junio de 2012, López Obrador aseguró "se resolvió bien lo de la candidatura, Marcelo actuó a la altura de las circunstancias y nos unimos al interior”. Así, cuando surgió Morena, el método fue retomado.
Ocho años después, en 2020, el presidente de la República defendió su método. "Ahí están las encuestas, ese es un método democrático si se hacen bien, si no están cuchareadas". Y ahora, rumbo al 2024, recién declaró que solo apoyará al candidato o candidata que surja de ese método.
“Quién gane la encuesta es al que voy a apoyar", afirmó López Obrador.
El tema es relevante porque en este momento Morena gobierna en 22 estados; el partido asegura que sus triunfos son resultado de las encuestas internas que realizó en su momento para elegir al mejor candidato; pero el método ha sido cuestionado por los propios participantes.
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La Silla Rota ha documentado cómo en las elecciones de 2020, 2021 y 2022 los morenistas han cuestionado este método bajo la batuta de su dirigente, Mario Delgado. En general han señalado desconocer los metodología que se utilizó, no participar en el diseño del cuestionario; e incluso haber ganado la encuesta, pero no ser nombrado candidato porque el partido ponderó temas de género, como fue el caso de la senadora Susana Harp en 2022 frente a la candidatura que terminó en manos del ahora gobernador Salomón Jara.
Sin embargo, una investigación que realizó La Silla Rota en las elecciones intermedias de 2021, con base en la información que los aspirantes morenistas presentaron a la Unidad de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral, arrojó que las campañas electorales de las y los candidatos morenistas han tenido como denominador ganar votos por mostrar su imagen a la sombra del presidente Andrés Manuel López Obrador, sea a través de una fotografía, un lema o eslogan de la 4T.
En este contexto, rumbo a las elecciones de 2024, morenistas declararon la necesidad de “piso parejo” rumbo a la encuesta de la sucesión presidencial. Pero Delgado y el titular del Ejecutivo, han asegurado que no hay favoritismos políticos de ningún tipo.
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2024: la única encuesta válida es la de AMLO
Federico Berrueto, analista político y experto en el tema en Gabinete de Comunicación Estratégica, afirmó en entrevista que "las encuestas no son una fórmula idónea para seleccionar, si así lo fuera no tendríamos elecciones, tendríamos encuestas. Esto se debe a la incapacidad de los partidos para incursionar en procesos democráticos. Y esto lo mismo vale para el oficialismo que para los partidos de oposición".
Su postura no está lejos de la de otros expertos. Hace un año, al realizar una revisión del tema, José Antonio Crespo, politólogo y columnista de El Universal, afirmó que a pesar de que Ebrard y Monreal pidieron piso parejo, saben que no serán los elegidos del mandatario. "Marcelo sabe que la preferida es Claudia, aunque él tendría una posibilidad, dependiendo de lo que se decida en su momento”, señaló.
Mientras que Gustavo López Montiel, profesor de la escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, coincidió en aquel momento en que la última palabra para nombrar a su sucesor será la del propio presidente.
"Está buscando articular una candidatura que le convenga, no solo por capacidad electoral sino también en términos de legado que busca dejar como parte de su mandato. Que ese legado se mantenga y no sea controvertido por su sucesor, aun cuando provenga de Morena".
Concluidas las elecciones 2023 en Estado de México y Coahuila, Mario Delgado declaró que Morena comenzaría a preparar el camino de la encuesta presidencial entre junio y septiembre y así ocurrió. El lunes 5 de junio indicó que se reuniría con las "corcholatas” para revisar el tema y definir criterios. Sin embargo, le ganó el presidente López Obrador, quien cenó con Ebrard, Sheinbaum, López y Monreal en la celebración de Delfina Gómez.
A partir de ese momento se aceleró la contienda interna en Morena, el martes 6 de junio el canciller Marcelo Ebrard anunció que presentó su renuncia a la Secretaría de Relaciones Exteriores y que ésta sería válida a partir del lunes 12 de junio. Esta decisión metió presión a los demás aspirantes, quienes ya avanzan en el mismo camino.
El senador Ricardo Monreal se reunió el jueves 8 de junio con el presidente a quien le informó que su ciclo en el Senado concluía para entrar a la contienda interna de Morena; Adán Augusto López informó el viernes 9 de junio, a través de un comunicado oficial de Segob, que probablemente la gira que realizó en Chiapas sería la última que hace en ese cargo porque buscará dar continuidad al proyecto de López Obrador, aunque no dio una fecha concreta.
Quien se ha mantenido más cautelosa es Claudia Sheinbaum, quien no ha definido cuándo solicitará licencia para dejar la Jefatura de Gobierno, y se limitó a decir que esperará a conocer los requisitos que se establezcan en el Consejo Nacional de Morena que se llevará a cabo este domingo 11 de junio.
Las encuestas de Morena, con lupa
Federico Berrueto destacó que en realidad una encuesta no da lugar para que el elector decida su preferencia.
"Ese debate debe realizarse en condiciones idóneas como la equidad, participación, información objetiva. Cuando hay una encuesta nada de eso se tiene. La batalla que se ha perdido en Morena es la de la democracia interna; optar por cualquier encuesta, independientemente de su metodología o de la casa que la organice, no va a resolver el tema que más se requiere que es que la sociedad decida al candidato".
Contextualizó además que en realidad una encuesta resuelve otro tipo de temas, por ejemplo, el económico en caso de que el partido no desee invertir en democracia interna cuando los contendientes priorizan sus propias aspiraciones. "Me parece que Morena perdió la oportunidad de democratizarse y optar por una encuesta es darle la espalda a la democracia".
Berrueto analizó que, después de cinco años de encuestas internas en Morena, en el fondo estas se realizan únicamente para agradar al titular del Ejecutivo.
"El método de encuesta les funciona como el dedazo, sin duda. El problema está en que no ha habido deliberación, debate, contraste. Y no lo hay porque los aspirantes quieren tener un entendimiento con el presidente. Es una competencia para ver quién es más lopezobradorista y no para poner en la mesa realmente cuál es su propuesta".
¿Respetará AMLO los resultados?
Sí, dijo el experto. "Lo hará porque los resultados van a estar a la medida del presidente. Y los candidatos o aspirantes de Morena, todos o con algunas reservas, quizá con algún pataleo según mi pronóstico, todos se van a mantener dentro de Morena ¿Por qué? Porque piensan que quien resulte candidato o candidata ganará una elección. Entonces nadie quiere ponerse a las patadas con quién tendrá el poder después de López Obrador y me parece imposible en este momento que un candidato que pierda en Morena logre ser candidato por la oposición".
Finalmente, remató “si el método de la encuesta de Morena sigue dándose en la opacidad, donde los aspirantes no tengan la posibilidad de conocer la metodología, el cuestionario y si habrá segmentación de los consultados, habrá cuestionamientos. Si no hay una forma, digamos razonablemente consensuada por parte de los aspirantes, difícilmente podemos tener un ejercicio que no sea farsa”.
MRV