El presidente Andrés Manuel López Obrador acudió este sábado a la frontera con Estados Unidos, específicamente a la aduana de Matamoros, donde no se reunió con migrantes sino con el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal. La reunión marcó el inicio de la gira del mandatario federal en el estado, en medio de la crisis migratoria que se desarrolla tras el fin del Título 42 y la entrada en vigor del Título 8.
"También está con nosotros el General Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional y el Almirante Rafael Ojeda, secretario de Marina", detalló el gobernador de Tamaulipas a través de sus redes sociales, al compartir un par de fotos en las que aparece con el presidente durante la supervisión de los trabajos de modernización de la aduana.
Con la entrada en vigor del Título 8, norma del Gobierno de Estados Unidos que restringe el acceso terrestre a su territorio, las ciudades fronterizas de México se encuentran inmersas en una crisis migratoria; mientras del lado estadounidense se reporta calma.
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Este viernes 12 de mayo, autoridades de Tamaulipas calcularon que en esta región hay 18,567 mujeres y hombres migrantes en espera para poder cruzar a Estados Unidos.
Apenas había terminado el Título 42 el Instituto Tamaulipeco para los Migrantes (ITM) contabilizó 6,084 personas en Matamoros; 12,332 en Reynosa y 161 en Nuevo Laredo; estos datos no indican la cantidad de migrantes que se encuentran en Camargo, un municipio clave para los traficantes de migrantes.
Desde el día lunes en Matamoros, se había visto a varias personas migrantes intentaban llegar a toda costa a Estados Unidos, incluso se lanzaban al río Bravo, antes de que concluyera el Título 42 y entrará en vigor el Título 8.
La movilización policial y militar en la frontera han generado crisis nerviosas entre migrantes que se encuentran en Matamoros, Tamaulipas, pues también han tenido que presenciar el levantamiento de una malla de púas, ante ello y de manera desesperada los migrantes se han comenzado a arrojar al Río Bravo.
Medios nacionales han reportado grandes cantidades de personas a la espera de lanzarse a las aguas del caudal y así pasarlo flotando o, en los lugares más angostos, caminando o nadando. Se les puede observar con niños y bolsas negras donde llevan sus pertenencias.