México se encuentra en una situación de crisis debido a la cantidad de personas desaparecidas que ha rebasado los 110,000 casos. La violencia generada por el crimen organizado es responsable de un amplio porcentaje de estos casos, lo que ha hecho que no solo los ciudadanos mexicanos, sino también los extranjeros, corran peligro o hayan sido víctimas.
De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), hasta el 19 de abril se contabilizan 487 estadounidenses desaparecidos en México. Aunque algunas personas han sido localizadas con vida, la mayoría sigue sin saberse su paradero.
La situación es aún más preocupante en los estados donde el crimen organizado tiene mayor dominio, ya que es en estos lugares donde más extranjeros han desaparecido. Por desgracia, muchos de los casos se han vuelto mediáticos en los últimos meses, y los nombres y rostros de las personas han quedado grabados en la memoria colectiva.
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Por algunos de los actuales casos, el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) tiene investigaciones abiertas en México y ha ofrecido recompensas para quienes brinden información de sus ciudadanos desaparecidos. Trabajan en conjunto con las fiscalías estatales para lograr encontrar a aquellos de los que no se sabe nada, esperando encontrarlos con vida.
Entre los casos más recientes, se encuentra el de Mónica de León, una ciudadana estadounidense de 29 años que desapareció en Tepatitlán, Jalisco. Después de cuatro meses de búsqueda, se difundieron videos en los que se ve que la joven es subida por la fuerza a una camioneta, su perrito queda abandonado en la calle, algo que ella jamás haría, según dicen las personas que la conocen.
También está el caso de María del Carmen López, una mujer de 64 años que fue secuestrada en su propia casa en Pueblo Nuevo, Villa de Álvarez, en Colima. El FBI ha difundido la ficha de búsqueda y los datos del hecho.
Otro caso es el de los marineros estadounidenses Kerry O'Brien, Frank O'Brien y William Gross, quienes desaparecieron con su embarcación en Mazatlán, Sinaloa, con rumbo a San Diego, California.
Además, el caso de los 4 estadounidenses secuestrados en Matamoros, Tamaulipas, también ha sido muy sonado. Dos de ellos fueron asesinados y los otros dos rescatados tras un intenso operativo.
La situación es crítica y es necesaria la cooperación entre los países para encontrar a las personas desaparecidas y poner fin a la violencia generada por el crimen organizado.