El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) alista la compra de vísceras de pollo para atender a pacientes en al menos 7 de sus hospitales a nivel nacional, según consta en la apertura de una licitación pública abierta en la plataforma Compranet de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Como parte de los alimentos que prevé comprar el Insabi están contempladas las vísceras de pollo como mollejas, hígados y corazones. El menú también incluye la compra de frutas y verduras, carnes rojas, lácteos, abarrotes, productos de maíz y pan industrializado.
Aunque muchas personas no las prefieren, de acuerdo con el Instituto Nacional Avícola, las vísceras de pollo son uno de los alimentos más nutritivos para mejorar la salud de cualquier enfermo, pues contienen buenas cantidades de vitamina A, hierro y vitamina B12, que ayuda a fortalecer la regeneración de células.
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De acuerdo con una investigación hecha por el portal filial de La Sila Rota, Su Médico, tan solo el hígado de pollo contiene 72% del hierro que necesita consumir el cuerpo humano adulto en un día. Su consumo ayuda a prevenir la anemia y fortalece el sistema inmunológico.
¿A dónde van las vísceras?
Las vísceras de pollo que comprará el Insabi irán a dar a la atención hospitalaria de sus pacientes en 7 centros que tiene en todo el país.
Se trata del Hospital Básico Comunitario de Amatán, en Chiapas; el Hospital General de Soledad de Graciano Sánchez, en San Luis Potosí; el Hospital General de Tekax, en Yucatán; el Hospital Materno-Infantil de Texcoco, en el Estado de México; el Hospital Integral de Nicolás Bravo y el Hospital Comunitario de Tulum, ambos en Quintana Roo.
La calidad es lo primero
Los hospitales tendrán 8 días para emitir las órdenes de compra de los productos que sean necesarios para la alimentación de sus pacientes y, además, podrán validar la calidad con la que los entregue el proveedor o devolverlos en caso de no contar con dicho estándar de calidad médica. Así lo especifica el Anexo 1 de la licitación abierta en Compranet.
"Los bienes, al momento de ser entregados por el proveedor a los hospitales del Insabi, a través de la orden de compra correspondiente, deberán cumplir con las condiciones de transportación e higiene que permitan la correcta distribución, conservación y almacenamiento de los mismos, de acuerdo con lo establecido en el contrato".
Para aquellos alimentos que, por la cantidad solicitada o por la forma de entrega (rebanadas o piezas) no puedan entregarse en los empaques originales, el proveedor deberá especificar la marca comercial, el nombre genérico del producto, la fecha de fabricación y caducidad, nombre del fabricante y fecha de rebanado o corte.
Durante las entregas de producto, los trabajadores de los 7 hospitales del Insabi se reservan su derecho a realizar un monitoreo y una revisión visual aleatoria, "con el objeto de revisar que los bienes se entreguen conforme a lo ofertado, presentación requerida y criterios de calidad, considerando cantidad, empaques y envases en buenas condiciones".
En el caso de las vísceras de pollo, así como otros productos fríos que se entreguen a los hospitales, el Insabi vigilará que cumpla con la temperatura solicitada a través de un "termómetro sonda".
Insabi: una historia llena de corrupción
Desde su creación, el Insabi ha estado envuelto en polémicas por la falta de capacidad en la atención hospitalaria y médica que han denunciado tiene. Incluso, durante la pandemia de covid-19, una auditoría realizada por la Secretaría de la Función Pública (SFP) evidenció que la falta de control y registro en la entrega-recepción de equipo médico y de laboratorio originó que los pacientes de dicha enfermedad no tuvieran la atención médica adecuada.
Apenas en febrero pasado, en la presentación de los informes de la Cuenta Pública 2021, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) informó que el Insabi dejó de ejercer más de 15,498 millones de pesos en medicamentos y atenciones médicas por "posible corrupción detectada" por el gobierno federal.
Dichas irregularidades, según la ASF, incluyen el subejercicio de recursos, pagos y prestaciones laborales sin justificar, así como compra de medicamentos a sobrecosto o pago a proveedores sin justificar.
La revisión al “Programa de Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral (U013)” de la Auditoría Superior, menciona que la falta de recursos equivale una reducción del 24.6% del total de los fondos que se tenía presupuestados.