Es bien sabido que al menos 3 ex presidentes de México fueron colaboradores de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés): Luis Echeverría, Gustavo Díaz Ordaz y Adolfo López Mateos; a los que se les suma un cuarto exmandatario, de acuerdo con una investigación del periodista Jefferson Morley.
Entre 1956 y 1969, Winston Scott fue director de la estación de la CIA en México, y durante ese tiempo mantuvo nexos con los altos mandos del gobierno mexicano. En la nómina de la red de informantes se encontraban los entonces presidente y secretario de Gobernación mexicanos bajo los nombres clave de LITEMPO-2 y LITEMPO-8 para Gustavo Díaz Ordaz y a Luis Echeverría, respectivamente, expone la columna de León A. Martínez publicada en noviembre de 2017 por El Economista.
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Las letras LI eran el código usado por la CIA para clasificar las operaciones en México; mientras TEMPO era el término dado por Scott al programa en el que estaba "un selecto grupo de altos funcionarios en México", se explica en el libro titulado Nuestro hombre en México: Winston Scott y la historia oculta de la CIA, escrito por el propio Jefferson Morley y publicado en 2008.
Para Adolfo López Mateos, Scott no asignó un alias LITEMPO, sino el nombre código LITENSOR. Estos personajes tuvieron un primer desayuno en 1958, donde surgió el programa de la red de agentes pagados dentro y en torno a la oficina presidencial mexicana y su relación se fortaleció a tal grado que el mandatario fue testigo en la boda de Scott celebrada en 1962.
Los superiores de Scott opinaban que los informantes mexicanos cobraban demasiado por servicios que dejaban mucho que desear, lo que le costó el puesto al espía norteamericano tras las revueltas estudiantiles de 1968 en México y la represión por parte del gobierno de Díaz Ordaz.
Scott esperaba que sus amigos le dieran informes precisos sobre la situación, pero en su lugar recibió la justificación de que "tuvieron que actuar porque los comunistas extranjeros estaban influenciando a la juventud mexicana". Scott se enteraría mas tarde que el peso de tal injerencia era nulo, y que las manifestaciones se debieron a una sociedad que buscaba espacios de expresión ante un régimen autoritario.
El cuarto presidente con nexos a la CIA
Un documento desclasificado de la CIA, señala que por "un número de años", incluso antes de ocupar la silla presidencial, José López Portillo tuvo "control de enlace" con la dependencia estadounidense, según el documento fechado en noviembre de 1976, a días de que asumiera como presidente de México.
¿Cuáles eran las funciones de López Portillo ante la CIA? Era un informante dentro de una "operación conjunta de escuchas telefónicas de EU y México", expone el documento. Es decir, antes de ser presidente de México, el priísta "grabó en secreto llamadas en decenas de líneas telefónicas en la capital mexicana".
¿Por qué México fue importante para el espionaje?
Durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, México fue un punto nodal del espionaje internacional debido a su vecindad con Estados Unidos, es decir, era el territorio ideal para que espías nazis, soviéticos y estadounidenses asentaran sus bases de operaciones para vigilarse los unos a los otros, explica León A. Martínez.
Estados Unidos creó la Agencia Central de Inteligencia en el año de 1947, y desde entonces su oficina en México fue una de las más importantes a escala global; además, la Embajada de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en México era el centro de espionaje de los rusos para América Latina.