De manera unánime, la Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley Federal del Trabajo, con la que se actualiza la Tabla de Enfermedades laborales. En concreto, se adicionaron padecimientos como el trastorno de ansiedad y aquellos que alteran el ciclo del sueño, como el estrés y la depresión. El dictamen fue enviado al Senado para continuar con el proceso legislativo.
La reforma también incorpora actividades económicas y puestos de trabajo susceptibles de contraer la enfermedad de trabajo; y el covid-19 en el grupo de patologías infecciosas y parasitarias, así como las enfermedades derivadas por intoxicaciones, como la neumoconiosis y males broncopulmonares producidos por aspiración de polvos y humos de origen animal, vegetal o mineral, así como las generadas por inhalación de gases o vapores y enfermedades del sistema respiratorio, informó la propia Cámara Baja.
Además, se amplía la lista de las enfermedades producidas por factores mecánicos y variaciones de los elementos naturales del medio de trabajo, así como el ajuste a la tabla para la evaluación de incapacidades permanentes, resultante de los riesgos de trabajo.
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De concretarse esta reforma, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social tendrá un plazo de 45 días hábiles a partir de su entrada en vigor para publicar el catálogo de las Cédulas para la Valuación de las Enfermedades de Trabajo en el Diario Oficial de la Federación.
La salud mental, afectada por la 4T
Desde que inició este 2023 se comenzó a sentir la falta de medicamentos para tratamientos psiquiátricos de todo tipo, tales como depresión, ansiedad, esquizofrenia, trastornos de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), epilepsia, entre otros, advirtió la periodista Lourdes Mendoza en una columna publicada por LA SILLA ROTA. "La calidad de vida de miles de pacientes se ha visto comprometida, simplemente por no encontrar sus medicinas", expuso.
Tras los meses de encierro resultado de la pandemia de covid-19, los casos en adultos y menores de edad de ente tipo de padecimientos han ido en aumento, lo que provocó que la Asociación Psiquiátrica Mexicana y la Sociedad Mexicana de Neurología Pediátrica alertara sobre el desabasto de medicamentos controlados. A lo que se suma la lentitud de autorizaciones y permisos por parte de la Cofepris, encabezada por Alejandro Svarch.
Las autoridades han señalado como culpable a la farmacéutica mexicana Psicofarma, de la familia Ocampo, con quien la 4T ya había tenido un enfrentamiento tiempo atrás. Este laboratorio fue uno de los mayores proveedores del propio gobierno federal.
Psicofarma fue señalado por la Cofepris de operar con bajos estándares de calidad, falta de trazabilidad en la fabricación de medicamentos, contaminación cruzada y hasta de guardar los empaques de medicamentos en bolsas de basura.