El director del Tecnológico Nacional de México (TecNM), Ramón Jiménez López, calificó de nazis, nazi-fascistas y de pensamiento ultraconservador y reaccionarios quienes se oponen a la iniciativa de Ley de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, conocida como Ley Conacyt.
“Yo creo que los que tuvieron todavía esa formación, que sí la tienen, podrían oponerse a una iniciativa de ley tan avanzada como la que se está presentando a la Cámara de Diputados”, dijo Jiménez López en un foro organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología para discutir la iniciativa de ley.
El Tecnológico Nacional de México (TecNM), antiguamente era llamado Dirección General de Educación Superior Tecnológica de México o Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos de México.? Es un sistema educativo de educación superior pública que engloba un conjunto de Institutos Tecnológicos o Campus presentes en todo el país.
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Contra la Ley Conacyt
Alrededor de 600 académicos solicitaron a los legisladores que se analicen cuatro propuestas que se presentaron al congreso y no sólo la iniciativa de la llamada ley Conacyt que presentó el Poder Ejecutivo.
“Es necesario obtener lo mejor de cada una de ellas para elaborar una nueva iniciativa de ley”, indicaron en un desplegado, donde también solicitaron un parlamento abierto y que el Poder Legislativo promueva la participación amplia de todos los actores involucrados.
Piden parlamento abierto para discutir Ley Conacyt
Desde el pasado 20 de febrero, integrantes de los Consejos Técnicos de Humanidades y de Investigación Científica de la UNAM solicitaron al presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Santiago Creel, abrir a audiencias públicas para debatir la iniciativa de proyecto de decreto de la Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación para intercambiar ideas en torno a la iniciativa que se encuentra en comisiones
El argumento, en la carta dirigida a Creel Miranda, es que entre la comunidad académica existen inquietudes en relación con la política de humanidades, ciencia y tecnología e innovación. Entre los puntos motivo de preocupación se encuentran los siguientes:
1. Restringe la libertad de investigación al hacer de lado la ciencia básica y la apertura de nuevos campos de conocimiento.
2. Presenta contradicciones con el marco legal existente referente a la propiedad intelectual de los desarrollos científicos y tecnológicos.
3. Genera desventajas para estudiantes (de acuerdo con su disciplina) en los criterios de asignación para el otorgamiento de becas.
4. No desarrolla criterios y políticas específicas y diferenciadas para el desarrollo de las humanidades, las ciencias, la tecnología y la innovación.
5. No establecen medidas presupuestales acordes con nuestra Constitución Política.
“Solicitamos que se lleve a cabo un ejercicio de participación amplia con las personas e instituciones a quienes va dirigida la iniciativa a fin de que pueda construirse una propuesta que contemple las necesidades y características que requiere nuestro país en materia de ciencia y tecnología”, firmaron más de 110 consejeros e invitados al consejo.
Proyecto de Ley de Ciencia frena formación de científicos y alienta fuga de cerebros, advierten
También en febrero, estudiantes mexicanos en Reino Unido advirtieron que la iniciativa de la Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, dificulta la integración de una nueva generación de investigadores por lo que urgieron a que la comunidad de becarios y jóvenes investigadores sean integrados a los procesos de consulta para la reforma a dicha ley; además, alertaron que dicha propuesta de ley es particularmente adversa para el desarrollo y permanencia del talento científico joven en México.
Los estudiantes exigieron a los legisladores que consideren las condiciones de estudio y las perspectivas de largo plazo para jóvenes en formación y que tengan en cuenta que la discusión actual está alejando a un número significativo de estudiantes de la carrera científica.
“La incertidumbre que genera el debate actual también tiene un costo. Sin la participación de becarios Conacyt y de investigadoras e investigadores, no es posible considerar la discusión de la actual propuesta de ley, mucho menos buscar su aprobación en el Poder Legislativo. Frente a esta situación es necesario acercarse a las universidades. Piensen en las/os jóvenes”.