“Van enseñando el cobre” fue la frase que Andrés Manuel López Obrador lanzó hace un año para calificar a la periodista Carmen Aristegui y otros líderes de opinión pública que han mostrado disidencias con la forma en la que gobierna el país, pasando al lado de “los arrepentidos” del sexenio.
Fue precisamente un 4 de febrero de 2022 cuando López Obrador admitió que consideraba a Carmen Aristegui una referencia de cómo debería ser el periodismo, pero “ha engañado por mucho tiempo”, dijo el mandatario, porque “está a favor del bloque conservador, (con) todos estos reportajes calumniosos”.
Pero no solo Carmen Aristegui ha caído de la gracia del presidente de México por no serle incondicional. Diversos personajes, entre los que destaca Tatiana Clouthier –su coordinadora de campaña en 2018 e íntima amiga–, se han alejado de su gobierno.
El caso de ataque más reciente en contra de la periodista Carmen Aristegui se dio el fin de semana pasado, cuando moderó la presentación del libro La democracia no se toca, escrito por el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, y el también consejero electoral Ciro Murayama.
A Carmen Aristegui la han tachado en redes sociales de “traidora”, pero no solo a ella, a muchos incluso aún militantes de Morena lo mismo. Otros, han optado por alejarse y hasta sumarse a las filas de oposición, en los 4 años que lleva el gobierno de la 4T.
Los más cercanos
En octubre pasado, el distanciamiento entre López Obrador y Tatiana Clouthier fue evidente. La hasta esa fecha secretaria de Economía se despidió del primer mandatario con un abrazo que él no respondió: replegó sus brazos a su pecho y se militó a aplaudir brevemente cuando se anunció la renuncia de quien fuera una de sus colaboradoras más cercanas.
Desde 2005, Tatiana Clouthier renunció al PAN para seguir los ideales y la agenda política de Andrés Manuel López Obrador. Entonces estaba a flor de piel la discusión por el desafuero al que fue orillado el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal y la oposición –específicamente el PAN– había lanzado una campaña que lo consideraba “un peligro para México”, ante la fuerza que cobraba entre ciertos sectores de la sociedad.
Clouthier no solo lo acompañó desde entonces, sino que –para 2018– se convirtió en su mano derecha para llegar a la Presidencia de la República. Ella aparecía con él en todos los actos de campaña y fue su coordinadora. Se le consideraba la mujer más importante detrás de la catapulta que llevó a la 4T al poder, junto con la esposa del hoy presidente: la periodista e historiadora Beatriz Gutiérrez Müller.
Pero al llegar al gobierno, Tatiana Clouthier rechazó una subsecretaría en la Secretaría de Gobernación (Segob) para ser diputada federal. En ese momento ella aclaró que se trataba de una decisión personal, pues su intención era permanecer más cerca de su familia, residente en Nuevo León.
En la más reciente demostración de fuerza política de López Obrador, una marcha multitudinaria organizada como respuesta a una manifestación convocada por la ciudadanía para rechazar reformas legales al INE; Tatiana Clouthier no asistió.
Otro caso para destacar entre los apoyos arrepentidos de la 4T es el de Porfirio Muñoz Ledo, el exdiputado que como presidente del Congreso se encargó de colocarle la banda presidencial a López Obrador en 2018, cuando asumió el poder. Hoy, el decano no solo es uno de los críticos más fieros del gobierno, sino que lo ha acusado de criminal.
En junio de 2022, Muñoz Ledo aseguró que el gobierno de la 4T mantenía nexos con el crimen organizado. “En México ha terminado la transición democrática, está iniciando la reversión autoritaria”, dijo sobre el gobierno de López Obrador.
TAMBIÉN LEE: AMLO es "absolutista, demagogo y oscurantista", acusa Muñoz Ledo
Pero en 2018, luego de colocarle la banda presidencial al tabasqueño, Muñoz Ledo lo llamó “un iluminado”. Todo eso cambió cuando, en 2020, Muñoz Ledo compitió contra Mario Delgado por la presidencia nacional de Morena y no quedó electo.
“Desde la más intensa cercanía confirmé ayer que Andrés Manuel López Obrador ha tenido una transfiguración: se mostró con una convicción profunda, más allá del poder y la gloria. Se reveló como un personaje místico, un cruzado, un iluminado”.
Hasta la entonces secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, decidió regresar a su escaño en el Senado luego de acusar discriminación y corrupción desde la cúpula del poder federal y en las decisiones que se toman en Palacio Nacional.
Aunque la ruptura no fue total, las discrepancias fueron admitidas por López Obrador en una de sus conferencias matutinas. “No había buena relación (de otras áreas de gobierno) con la secretaria de Gobernación”, dijo en febrero de 2022.
“Necesitaba yo a alguien como Adán (Augusto López) para resolver problemas (…) Olga Sánchez Cordero es una profesional, pero había discrepancias y yo necesito tener a quien me ayude por entero y que se dedique, en armonía, con la Consejería Jurídica y con otras áreas a atender problemas”.
Los más arrepentidos
No han sido los únicos. Carlos Urzúa, exsecretario de Hacienda; Germán Martínez, extitular del IMSS; y Jaime Cárdenas, ex titular del Indep, salieron por las mismas razones: diferencias irreconciliables con la 4T.
Los antes mencionados han sido –tal vez– los exfuncionarios más críticos con el gobierno de la 4T al salir de sus filas.
En una carta en la que acusó al gobierno de López Obrador de “extremista” en materia hacendaria, Carlos Urzúa sentenció que su renuncia se debió a la “inaceptable imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública”.
“Discrepancias en materia económica hubo muchas. Algunas de ellas porque en esta administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento. Estoy convencido de que toda política pública debe realizarse con base en evidencia y libre de todo extremismo, sea este de derecha o izquierda”.
TAMBIÉN LEE: La renuncia de Urzúa reveló los "verdaderos colores" de AMLO: Financial Times
Lo mismo ocurrió con Germán Martínez ante el IMSS, cuando el expanista renunció acusó “excesivos recortes en el presupuesto y la injerencia de funcionarios de la Secretaría de Hacienda” en la administración del instituto.
“Quiero decirlo lo más claro que puedo y debo: algunos funcionarios de la Secretaría de Hacienda tienen una injerencia perniciosa en el IMSS y ponen en riesgo la vocación igualitaria, de justicia y, concretamente, de prestación de servicios de salud que tiene el Seguro Social”.
Después de eso, como senador independiente y luego parte del Grupo Plural, Germán Martínez ha criticado frecuentemente al gobierno de López Obrador.
El último caso de escándalo entre los funcionarios arrepentidos de colaborar con la 4T fue el de Jaime Cárdenas, ex titular del Instituto para Devolverle al Pueblo lo robado (Indep), un organismo a través del cual se recuperaría todo aquello que fue parte de delitos como corrupción y crimen organizado.
En un reportaje para la revista Proceso, Cárdenas acusó a López Obrador de pedirle “sacar de donde fuera” los 2 mil millones de pesos que se rifarían como premios en la rifa del Avión Presidencial. Al no poder conseguir más de lo que pudo en ese momento, decidió renunciar.
“Encontramos al inicio de nuestra función probables irregularidades administrativas, procedimiento de valuación que no garantizan los principios del artículo 134 constitucional (el mayor beneficio para el Estado), mutilación de joyas, contratos favorables a las empresas y no al Indep, y, conductas de servidores públicos contrarias a las normas”, acusó Cárdenas en su carta de renuncia.
Luego del reportaje de la revista, López Obrador acusó las declaraciones de Jaime Cárdenas de “politiquería y coraje”.
“Es un refrito que lo agarre Proceso, por él y por el problema que tiene Proceso con nosotros. A ver, yo pregunto, ¿vale la pena desde el punto de vista periodístico una portada, hay corrupción, alguien se robó dinero?”, cuestionó Obrador.