Un artículo de la revista estadounidense The Atlantic, titulada “El autócrata de al lado” y firmada por David Frum advierte que la democracia liberal en México está bajo asalto y peor aún, el atacante es el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
“El presidente errático y autoritario de México, Andrés Manuel López Obrador, está tramando poner fin al compromiso de un cuarto de siglo del país con la democracia liberal multipartidista. Está subvirtiendo las instituciones que han defendido los logros democráticos de México, sobre todo, el admirado e independiente sistema electoral del país. En la trayectoria actual de López Obrador, las elecciones federales programadas para el verano de 2024 pueden ser menos que libres y lejos de ser justas”, advierte David Frum en The Atlantic.
El reporte señala que México ya está ensangrentado por el desorden y la violencia. El país registra más de 30,000 homicidios al año, que es aproximadamente el triple de la tasa de homicidios de los Estados Unidos. De esos homicidios, solo alrededor del 2% son efectivamente procesados, según un informe reciente de la Institución Brookings.
“Si López Obrador logra manipular las próximas elecciones a favor de su partido, hará más daño a la legitimidad del gobierno mexicano y abrirá aún más espacio para que los cárteles criminales afirmen su poder”, afirma el artículo.
Y lanza la sentencia en seguridad, si el Estado mexicano decae, los delincuentes se atreverán a más.
La verdadera historia de la llamada cuarta transformación es grandes promesas, poca entrega. Un presidente que llegó al poder por la decepción con el statu quo está perpetuando el statu quo y alimentando más decepción. Solo de una manera López Obrador puede afirmar ser verdaderamente transformador: en su aspiración de suprimir la democracia multipartidista de México y llevar al país de regreso al pasado autoritario.
Frum advirtió que en los próximos meses, la democracia mexicana enfrentará duras pruebas. Si México puede superarlos, un mundo de progreso llama. De lo contrario, el país corre el riesgo de caer en el autoritarismo en el centro rodeado de anarquía en el interior.