“Amar es sufrir”, “por amor todo se soporta”, “el amor todo lo puede”, son algunas de las frases comunes que reflejan el pensamiento social sobre el amor. Estas ideas acerca de cómo hombres y mujeres deben relacionarse en “el amor” se presentan y reproducen a través de las películas, la música y los libros.
Se encuentra tan arraigado el mito del amor romántico en la sociedad patriarcal en la que nos encontramos, que es común conocer historias que pasaron de ser románticas a ser “tóxicas”, es decir violentas. Además, gracias al avance del movimiento feminista, el empoderamiento de las mujeres dio a conocer que la vida en pareja no siempre se trata de seguir los ritos patriarcales de casarse, tener una casa e hijos.
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El amor romántico, según las y los expertos de las relaciones sociales, es un mito al que las personas aspiran en sus relaciones sexo-afectivas y que daña principalmente a las mujeres desde temprana edad. Asimismo, fomenta la reproducción de comportamientos machistas por parte de hombres, e incluso mujeres en relaciones heterosexuales, y homosexuales.
El divorcio y las separaciones de pareja en México
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2011 por cada 100 matrimonios hubo 16 separaciones legales; en 2015, 20; y en 2019, 32. En 2020 la cifra disminuyó a 28 debido a la pandemia por la COVID-19, pero en 2021 repuntó a 33.
“Aunque los datos del INEGI solamente registran las relaciones formales que realizaron un matrimonio y un rompimiento legal, en nuestro país hay muchas parejas que se separan, pero no se divorcian de manera formal, las cuales forman una estadística que no conocemos”, advierte la académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Melissa García Meraz.
A pesar de que hay más gente que llega a la disolución del vínculo, también hay quienes se casan. “Si hacemos una resta, salimos en saldos positivos”, afirma la universitaria en entrevista.
A propósito del Día del Amor y la Amistad, que se celebra el 14 de febrero, la especialista explica: aún cuando las tendencias mundiales marcan que numerosas relaciones de pareja terminarán en divorcio, hay varias personas que continúan casándose. Prevalece la idea de encontrar a tu pareja y al amor para construir una familia, aunque hoy en día, el sistema de creencias sobre la vida en pareja y el amor romántico continúan cambiando.
Los conflictos son diferentes en parejas casadas que en unión libre. Estas últimas los enfrentan de manera más abierta que quienes están en matrimonio.
“Hay una especie de visualización de que cuando estás en matrimonio estás en una institución, que es algo muy formal y tienes más barreras para salir”, señala.
¿El matrimonio no lo es todo?
En épocas pasadas, rememora, la unión libre era vista como una especie de prueba previa al matrimonio, pero ahora es una opción de vida. Para no separarse, sugiere la especialista, es fundamental darle mantenimiento a la relación: comunicarse, planear juntos, hablar de los sentimientos y emociones, tener tiempo libre para los dos. De esta manera, es probable preservarla.
García Meraz considera que las redes sociales revolucionan todas las áreas, entre ellas las de las relaciones interpersonales. Hay una tendencia de los individuos a buscar información acerca de la pareja. Antes te tardabas en conocer a una persona, en cambio ahora recibimos demasiada información en su perfil, donde muestran una especie de ventana, se puede conocer a su círculo de amistades, incluso favorecen la intimidad inmediata.
A pesar de esta visualización positiva, también tienen un lado negativo. Quienes pasan más tiempo en las redes desarrollan situaciones ansiosas frente a la pareja, pues pueden conflictuarse si la otra persona está en línea y no se comunica con ella, alerta la universitaria.
Con estas herramientas, quien vigila a la pareja se puede volver obsesivo y ejercer un proceso de intrusión, incluso de violencia, que no respeta la privacidad. Aquellos que desarrollan apego y ansiedad hacia el otro, tienden a no emplear las redes sociales de manera positiva.
“Somos seres sociales que buscamos para encontrar a otro. A veces encontramos a personas parecidas a nosotros, y a veces a otras muy diferentes que nos sacan de nuestra zona de confort o nos brindan aprendizaje. Es hermoso”. El fin de una relación, expone, comienza a verse no como un fracaso, sino como una experiencia que muestra la fortaleza de los individuos.