El reciente uso de la Inteligencia Artificial ha llevado a distintos países a nivel mundial a adoptar medidas para el aprovechamiento y regulación de esta nueva herramienta tecnológica, aunque aún existen muchas áreas de oportunidad o países que no están haciendo lo suficiente en el terreno de la IA, como lo refleja el informe elaborado por Oxford Insights, titulado "Índice de preparación gubernamental para la IA 2023".
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El informe resalta cambios significativos en el panorama de la inteligencia artificial (IA), destacando la disminución en el número de estrategias de IA publicadas por año, aunque se observa una mayor diversidad en el panorama. Mientras los lanzamientos de estrategias globales han decrecido, se destaca que la mitad de las estrategias provienen de países de ingresos bajos y medianos bajos, siendo Ruanda el primer país de bajos ingresos en publicar una estrategia de IA.
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El país mejor calificado en el informe es Estados Unidos, con un promedio de 84.8, seguido por Singapur con un promedio de 81.97. En Europa, Reino Unido tiene la mayor calificación, con 78.57. No obstante, se señala una disparidad entre países de altos ingresos y el resto, con los primeros obteniendo puntuaciones más altas en el pilar del sector tecnológico. Algunos países de ingresos medios, como Malasia y los países BRIC, superan a sus grupos y se ubican entre los 50 primeros en este pilar.
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El informe resalta un aumento significativo en la colaboración internacional en materia de gobernanza y ética de la IA, con cumbres internacionales y marcos propuestos, como los Principios Rectores Internacionales del G7. La colaboración regional también se ha ampliado, evidenciada en acuerdos como la Declaración de Santiago en América Latina.
El desafío persistente de la brecha digital es subrayado, especialmente en el pilar de Datos e Infraestructura, donde se evidencian disparidades entre grupos de ingresos y regiones. A pesar de las promesas de la IA generativa para países de bajos ingresos, la falta de base sólida en datos e infraestructura plantea desafíos, como la dependencia de tecnología extranjera y posibles sesgos lingüísticos.
¿Cómo le fue a México en el informe?
Pese a ubicarse por encima del promedio de América Latina, a nivel mundial México se colocó en la posición 68, con una calificación de 50.37 puntos. Esto al desglosarse el desempeño por parte del Gobierno (43.08); la Tecnología implementada en el país (39.55) y; el factor que analiza la calidad de los Datos y la Infraestructura, en la cual el país recibió su mejor calificación (68.49).
Un informe reciente resalta el desempeño diverso de América Latina y el Caribe en el ámbito de la inteligencia artificial, posicionando a Brasil como líder regional con un puntaje de 63.70, mientras que Haití se sitúa en la clasificación más baja con 21.97. Cinco países, incluyendo Brasil, Chile, Uruguay, Colombia y Argentina, se destacan con puntajes entre 57.72 y 63.70, especialmente en el pilar gubernamental. México se ubica en octavo lugar a nivel región.
"Estar preparados pasa porque nuestros alumnos aprueben matemáticas y física en la prueba PISA; por asumir la responsabilidad de formar un millón de ingenieras e ingenieros en los próximos años, por becarlos en el extranjero y por asegurar que regresen a México", destacó Eduardo Bohórquez, activista por la Transparencia en México y a nivel mundial, al destacar "lo poco que se destaca es en materia regulatoria", así como que “readiness” es la capacidad institucional para lidiar con la inteligencia artificial.
El informe también destaca en América Latina eventos notables, como la firma de la Declaración de Santiago por 20 gobiernos de la región, reconociendo la necesidad de una participación proactiva para aprovechar las oportunidades y abordar los riesgos de la IA. Se resalta el aumento del impulso en el Caribe, con la República Dominicana siendo el primer país caribeño en publicar su Estrategia Nacional de IA.
Se observa una disminución en el lanzamiento de estrategias globales de IA, aunque la diversidad de estrategias parece aumentar. Además, se destaca la colaboración internacional en gobernanza y ética de la IA, con acuerdos como la Declaración de Santiago y una mayor presencia de la IA en la agenda de desarrollo internacional.