Luego de que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), publicó los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA), la Secretaría de Educación Pública informó que el gobierno trabaja por el fortalecimiento de la escuela pública, para brindar una formación con enfoque humanista, científico, con equidad e inclusión que favorezca el bienestar de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
En un comunicado, señaló que la evaluación aplicada en los meses de abril y mayo de 2022 es una prueba estandarizada que tiene como propósito medir, a través de preguntas, la formación de estudiantes de 15 años.
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No obstante, la SEP señaló que las pruebas internacionales estandarizadas no consideran las condiciones reales en las que se desarrolla el trabajo docente, así como los procesos situados de la enseñanza y los aprendizajes en las aulas de los distintos países, ya que la más reciente aplicación de esta evaluación ocurrió en el contexto mundial de la etapa final de la emergencia sanitaria por COVID-19.
“Todos los países enfrentaron de manera diferenciada esta terrible circunstancia”, resaltó.
La adaptabilidad del sistema educativo en México
Asimismo, indicó que los resultados que dio a conocer PISA no demuestran cambios significativos respecto a las ediciones anteriores de esta evaluación.
“Nuestros estudiantes presentan retos en las tres áreas evaluadas: matemáticas, español y ciencias, lo que confirma que era necesario un cambio en el modelo educativo, situación que se agravó por la emergencia sanitaria”.
“En el contexto en que fue realizada esta evaluación, los esfuerzos realizados por las y los adolescentes y docentes reflejan la adaptabilidad de nuestro sistema educativo frente a circunstancias inusuales”.
Además, instó a realizar un análisis considerando el contexto de los resultados de estas pruebas, como las condiciones socioeconómicas y culturales de cada país para evitar interpretaciones reduccionistas.
“La educación que estamos construyendo reconoce la gran diversidad y riqueza étnica, sociocultural y lingüística de nuestro país; promueve y reafirma valores como el respeto, la honestidad, la confianza en el otro, la solidaridad y el diálogo para alcanzar acuerdos, colocando siempre al centro a nuestras y nuestros estudiantes”, concluyó.
¿Cómo le fue a México en el examen?
De acuerdo con los datos publicados por la OCDE, México mantiene un nivel por debajo del promedio internacional en Ciencias, Matemáticas y Lectura.
En matemáticas, los estudiantes mexicanos obtuvieron un puntaje promedio de 395 puntos, lo que reflejó una caída de 14 puntos respecto del registro previo (en 2018 se obtuvo una media de 409 puntos). La caída en matemáticas fue la más pronunciada de todas las áreas de estudio.
Para el área de ciencias, en 2022 México anotó una calificación de 410 puntos, un retroceso de 9 puntos respecto a la medición previa. Por su parte, en comprensión lectora el puntaje fue de 415, una caída de 5 puntos.
Estos niveles de rendimiento escolar no eran tan bajos desde el 2003 para el área de matemáticas y 2006 para el área de ciencias y comprensión lectora. Además de que el promedio de rendimiento de los estudiantes es significativamente bajo comparado con otros países con economías similares a la de México, se observa que también hay pocos estudiantes destacados.
En México menos del 1% de los estudiantes obtuvieron alto rendimiento en las áreas de estudio, mientras que el promedio para los países OCDE en este indicador fue de entre 7 y 9%, de acuerdo con las cifras publicadas por la OCDE.
No hay educación sin igualdad
Otro de los factores que impactan el rendimiento de los estudiantes en México, es la desigualdad. En 2022, la prueba PISA mostró que el 25% de los estudiantes más ricos superaron con 58 puntos al 25% de los estudiantes más pobres en matemáticas. Esta fue la brecha más pronunciada.
Por otro lado, en la comparación 2018-2022, se observó que mientras los alumnos con más ventajas sociales y educativas mantuvieron estable su rendimiento en comprensión lectora, los alumnos menos favorecidos anotaron una caída de 11 puntos en este rubro.
En el área de ciencias la disparidad también fue pronunciada, ya que mientras el grupo de estudiantes más ricos mejoró en 3 puntos sus capacidades, el grupo de los más pobres registró una baja de 6 puntos.
Las cifras muestran que, si bien la caída en el rendimiento escolar de México no puede ser explicada sólo por la pandemia, los estudiantes con más vulnerabilidad social y económica sí fueron significativamente más golpeados por dicha crisis.