A cuatro años del inicio de Videoacademia Penitenciaria, sus fundadoras, Vanessa Coppel y Tatiana Ortiz Monasterio, reconocen que es necesario apoyo del gobierno para llegar al 100% de las mujeres privadas de su libertad en prisiones de las 32 entidades del país.
Plan B es una escuela diseñada para mujeres privadas de su libertad para que puedan cambiar su concepción de ellas mismas y de la violencia. En entrevista, Vanessa Coppel, comentó que Video Academia Penitenciaria es un proyecto con el que se busca acompañar a mujeres en prisiones del país para mejorar su situación emocional y futura reinserción social.
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La Academia Penitenciaria es una escuela en línea presente en 12 estados del país diseñada para servir y acompañar a mujeres en prisión para que puedan aprender a reinterpretar la historia y redefinir la historia que las ha erosionado más profundamente y por lo cual están atoradas.
“Es una asistencia mental y emocional para mujeres en prisión a través en línea donde se proyectan perspectivas de vida a través de clases que inician a las 10 de la mañana, de lunes a viernes”, comenta Vanessa Coppel.
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Plan B ofrece diversos talleres para las mujeres en prisión
La gama de clases y talleres en beneficio de las mujeres privadas de la libertad, incluye clases de yoga y meditación, clases de herbolaria, redacción y escritura creativa, así como un taller de lectura.
“Tenemos talleres de revaluación y recuperación emocional. Tenemos talleres de ejercicio y también hay recreativos como de cocina. Tenemos un montón de cosas diferentes que ayudan a tener una perspectiva de vida diferente”.
En entrevista, Vanessa Coppel menciona que Plan B es una escuela basada en el voluntariado de las personas, de toda la sociedad civil, la cual se puede sumar a través de apoyos o su participación en clases o talleres.
“Es voluntario. Eso quiere decir que nos organizamos con las autoridades de los penales. Hay que instalar dentro de un salón una pantalla. Tenemos que poner internet, hay que tener una computadora y habilitarlo con sillas como un salón de clase normal. La clase o taller se proyecta a través de esta pantalla de 70 pulgadas. Todo lo hacemos con apoyo de la sociedad civil”.
A cuatro años del inicio del proyecto, Vanessa Coppel, reconoce que se ha avanzado al llegar a doce prisiones del país, principalmente del Estado de México donde comenzó el proyecto que ha llegado a más de 12 mil mujeres privadas de la libertad en prisiones del país.
Sin embargo, piden ayuda de las autoridades para que se pueda llegar a toda la población femenil en prisiones de las 32 entidades del país.
“Tenemos salones que están recién incorporados, entonces hay poquitas alumnas y eso se va aumentando con el paso del tiempo. Entonces sí haremos llegar al 100% por supuesto, pero necesitamos recursos. Nosotros hacemos la labor técnica que es la que es más sencilla en cuestiones de conectividad, pero habilitar salones, conseguir las pantallas para crear el espacio físico. Para que eso se dé toma tiempo y toma recursos, entonces es toda una labor conjunta, no las autoridades nosotros y la sociedad civil”.